El coronel Pérez de los Cobos y el ministro del Interior.

El coronel Pérez de los Cobos y el ministro del Interior. E.E.

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El cese de De los Cobos se vuelve contra Marlaska: las 6 razones que dejan al ministro en la cuerda floja

El varapalo judicial recibido este miércoles por el ministro es el remate a un periodo polémico y muy convulso al frente de Interior.

1 abril, 2021 03:45

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El varapalo recibido este miércoles por el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, le coloca en una posición muy comprometida. La Justicia le obliga a restituir al frente de la Comandancia de Madrid al coronel Diego Pérez de los Cobos.

Pérez de los Cobos, hombre clave en la causa del procés y en la lucha contra ETA, fue destituido de manera fulminante el 24 de mayo de 2020 por negarse a facilitar al Gobierno el acceso a información que manejaba la Policía judicial sobre las manifestaciones del 8-M.

"Es una investigación delicada para el Gobierno y tenemos que conocer lo que la Guardia Civil está entregando a la jueza", le dijo al teléfono aquel día la directora de la Guardia Civil

No lo hizo y esa fue su condena. María Gámez se limitó a comunicarle su cese fulminante alegando "pérdida de confianza".

El coronel se había negado reiteradamente a la petición de sus superiores políticos de facilitarles información sobre el procedimiento penal que instruía la jueza Carmen Rodríguez-Medel. La magistrada instruía la causa en la que indagaba sobre la celebración de la manifestación del 8 de marzo, Día de la Mujer, cuando la pandemia del Covid-19 ya estaba extendida.

Ahora, el juez de la Audiencia Nacional Celestino Salgado concluye que la destitución del mando de la Benemérita constituyó una "desviación de poder", porque su motivación fue "ilegal": se debió al empeño de Pérez de los Cobos en "cumplir con lo que la ley establece" sobre la debida reserva de las investigaciones judiciales.

El cese de Pérez de los Cobos se vuelve contra Marlaska tras una legislatura plagada de polémicas: la gestión de la crisis migratoria en Canarias, el acto surrealista de destrucción de armas de ETA con una apisonadora, los continuos traslados semanales de etarras a cárceles próximas al País Vasco o la defensa del método de la 'patada en la puerta' para acabar con las fiestas ilegales en pandemia.

Ahora hay al menos seis razones que empujan al ministro a la dimisión. 

1. Represalias

Hace unos días, el ministro decidió no conceder el ascenso a general al propio coronel Pérez de los Cobos. Su nombre figuraba el primero entre la quincena de aspirantes a los nuevos ascensos en el seno del Instituto Armado, pero finalmente no fue seleccionado.

Días después, en el Congreso, en su comparecencia durante la comisión de la Operación Kitchen, Pérez de los Cobos afirmó que tanto esa situación como la de su cese eran del todo insólitas. Que no tenía constancia de que nunca hubiera ocurrido algo así, dando a entender que se trataba de una represalia.

María Gámez y Fernando Grande-Marlaska.

María Gámez y Fernando Grande-Marlaska. Efe

2. "Miedo" en el Cuerpo

Cuando Pedro Sánchez alcanzó el Palacio de la Moncloa y otorgó a Marlaska el mando del Ministerio del Interior, las altas instancias de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado observaron aquel movimiento tan satisfechos como sorprendidos. Llegaba un magistrado que en su despacho de la Audiencia Nacional había exhibido siempre mano dura contra los terroristas y total sintonía con los investigadores policiales. 

Sin embargo, conforme fueron pasando los meses, esa simpatía se fue perdiendo. En ello han influido cuestiones como la política penitenciaria de acercamiento de etarras a cárceles próximas al País Vasco.

Pero sin duda, el punto de no retorno fue el cese de De los Cobos al frente de la Comandancia de Madrid. Esa decisión terminó de distanciarle de importantes miembros de la Benemérita, e instaló un cierto "miedo" entre los mandos y los investigadores del Cuerpo a verse ante situaciones similares. 

La situación puso a las unidades de la Policía Judicial en un auténtico dilema: ¿informar o no informar a sus superiores de las investigaciones en curso?  "La situación que se ha creado es tal que ya no sabemos lo que tenemos que hacer. Si doy demasiada información, incurro en una responsabilidad. Si no lo hago, me cesan. Nos preocupa esa tesitura que se crea en el cuerpo", ha afirmado un agente que lleva 30 años en la Benemérita. 

3. Historia cantada

Edmundo Bal, que además de portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Interior es abogado del Estado, se subió a la tribuna del Congreso para advertir al ministro de lo que podía suceder si Pérez de los Cobos no se quedaba de brazos cruzados: "Si es una pérdida de confianza, usted conoce que la jurisdicción contencioso administrativa no justifica el cese del funcionario simplemente fundándose en un cese en una pérdida de confianza, sino que tiene que detallarlo", dijo.

Bal remató su intervención augurando lo que finalmente ha ocurrido: "Si el coronel Pérez de los Cobos lo recurre mucho me temo que va a ganar el recurso contra su cese". Era una historia cantada.

El coronel consideró desde el principio que su destitución fue del todo "injusta" e "ilegal" y dijo que acudiría a los tribunales. Para él, la "pérdida de confianza" esgrimida por Interior como motivo del cese encubría, en realidad, la verdadera razón de la decisión: presionarle para que -en contra de la normativa sobre Policía Judicial e incumpliendo instrucciones expresas de la jueza- consiguiera de sus subordinados información relativa a una causa criminal que podía comprometer al Gobierno por su gestión de la Covid en las semanas iniciales de la pandemia.

4. Ceses en cadena

El cese de De los Cobos propició un seísmo en cadena que acabó con la renovación casi al completo de la cúpula del Cuerpo. Tras la decisión de Interior, Laurentino Ceña, Directora Adjunto Operativo (DAO), dejó su cargo tras negarse a cesar al coronel. 

El DAO se marchaba al no poder aguantar más "las injerencias políticas, tanto en ascensos, medallas y nombramientos". Antes de abandonar su cargo, reunió a los generales del cuerpo y les pidió responsabilidad para defender la institución. Les dijo también que "nunca se había visto algo así".

Marlaska cesó después al número 3 de la Guardia Civil, el general Fernando Santafé Soler. No era la primera vez que ocurría algo así. En el verano de 2018, a los pocos meses de llegar al cargo, Manuel Sánchez Corbí, coronel jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, fue destituido de un modo muy similar. Marlaska alegó "pérdida de confianza" para justificar el cese.

La destitución se produjo una semana después de que Corbí enviase un correo electrónico a sus subordinados explicándoles que se paralizaban las operaciones vinculadas a la partida de la caja de fondos reservados porque ésta había sido congelada con la llegada del nuevo equipo al frente del Ministerio. 

5. Clamor en la Guardia Civil

Buena parte de las asociaciones de la Guardia Civil han celebrado la decisión de la Audiencia Nacional contra la decisión de Marlaska. Una de ellas, APROGC, dice que con este fallo se frena "una deriva peligrosa" de cesar y poner a cargos según las tendencias o ideologías políticas del representante de la Administración de turno.

Jucil, por su parte, ha pedido ya que el ministro dé explicaciones sobre este asunto y que posteriormente dimita ante lo que consideran que fue un "ataque al Estado de Derecho".

"Sentimos vergüenza", dijeron a EL ESPAÑOL desde la Asociación Española de Suboficiales de la Guardia Civil (ASESGC) cuando se produjo la defenestración del coronel. "Ya no cuenta con el respaldo ni la confianza de los guardias civiles, ni siquiera de los más próximos. No sólo no los ha defendido directamente, ha contribuido a echar por tierra su trabajo y prestigio".

6. Clamor político

El fallo de la Audiencia Nacional es recurrible, pero impone al Ministerio del Interior, de entrada, las costas del contencioso. Tres principales partidos de la oposición han exigido ya la dimisión de Marlaska.

Pablo Casado señala que en el caso de que no dimita, el jefe del Ejecutivo debe tomar la decisión de cesarlo de su cargo. La líder de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha dicho que España "no merece un ministro como él". Desde Vox, la diputada Macarena Olona ha calificado a Marlaska de "indigno y prevaricador".