¿Quién podía imaginar hace dos semanas que Barbora Krejcikova conseguiría ganar Roland Garros? Nadie, quizás ni ella misma. Sin embargo, el deporte, como la vida, recompensa siempre el esfuerzo y premia la capacidad de aprovechar las oportunidades. Eso fue exactamente lo que hizo la checa, que este sábado celebró su primer Grand Slam individual a los 25 años al tumbar a Anastasia Pavlyuchenkova (6-1, 2-6, 6-4 en 1h58m), se aseguró aparecer el lunes entre las 15 mejores de la clasificación y confirmó la irregularidad del circuito femenino: por sexto año consecutivo, la campeona de Roland Garros estrenó su palmarés de grandes títulos en París.