Una mujer, tomando su almuerzo.

Una mujer, tomando su almuerzo. Istock

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La felicidad también depende de nuestra alimentación: así lo explican los expertos

Adoptar una dieta equilibrada puede afectar de forma directa nuestro bienestar emocional. Descubre los motivos.

17 marzo, 2024 00:27

"Somos lo que comemos". Un dicho que podrían corroborar los datos: una encuesta llevada a cabo por HelloFresh, empresa de kits de recetas, revela que el 91,4% de los españoles considera que la calidad de la alimentación influye en nuestro estado de ánimo, y que un 96,3% cree que la variedad en su dieta influye en su bienestar emocional de forma positiva. Y, ojo, no solo disfrutamos comiendo, sino que un 65% también lo hace cocinando.

¿Pero hasta qué punto es cierto? El dietista-nutricionista Ramón de Cangas, consultado por la firma, explica: "Lo que comes afecta a cómo te sientes porque los nutrientes y otras sustancias presentes en los alimentos influyen en tu sistema inmune y pueden hasta cambiar la forma de expresarse de tus genes. Esto, y otras cosas, influye en el funcionamiento de nuestras neuronas y hace que una alimentación saludable se relacione con menos alteraciones del estado de ánimo.

Existe un vínculo, conocido como eje 'sistema metabólico-sistema inmune': si acumulamos demasiada grasa corporal, se puede desencadenar una inflamación crónica y también una neuroinflamación (inflamación del cerebro). Esto puede alterar nuestro estado de ánimo e influir negativamente en nuestra salud mental.

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Lo que comemos también cuida a los millones de microbios que viven en nuestro intestino y en nuestra boca y ellos, a cambio, cuidan de nuestro cerebro. Es decir, para los amantes de la microbiota intestinal: puede influir en tus emociones y tu comportamiento, ya que el cerebro, el intestino y las bacterias del intestino están muy vinculados".

¿Cómo cuidarnos?

El experto brinda algunos consejos básicos para conseguir limitar los efectos negativos de nuestra dieta:

  • Dieta mediterránea: el estudio PREDIMED descubrió resultados muy positivos en individuos con depresión que seguían una dieta mediterránea e incluían el aceite de oliva virgen extra. 
  • Menos procesados y más verde: Incorporar a nuestra dieta alimentos poco procesados, así como priorizar alimentos vegetales, ricos en sustancias fitoquímicas que reducen el daño oxidativo y aportan fibra con efecto prebiótico para nuestra microbiota intestinal.
  • Omega-3 y vitamina D: la incorporación de ácidos grasos omega-3 de cadena larga del pescado azul, con vitamina D que es vital para la salud mental también son muy beneficiosos, al igual que otras grasas poliinsaturadas procedentes de frutos secos.
  • Fermentados, probióticos y prebióticos: yogur, kéfir fruta, ya que juntos constituyen un grupo especialmente positivo para nuestra microbiota.

Estas pautas son especialmente relevantes teniendo en cuenta los datos alarmantes: según un nuevo informe Bienestar y Felicidad de Herbalife, apenas el 11% de la población española sostiene seguir una dieta que considere saludable y equilibrada, y un modesto 5% admite hacerlo "rara vez" o "nunca". 

Al explorar las razones detrás de estas cifras, el 45% atribuyó su elección a los antojos de dulces y al consumo excesivo de azúcar. Este dato también pone de manifiesto la necesidad imperante de fomentar opciones de snacks nutritivos que ayuden a abordar estos desafíos alimentarios y promover hábitos más saludables.