La mujer inició un proceso legal contra la compañía distribuidora por dicha factura.
Una mujer de Florida recibe una factura de agua de más de 40 mil dólares a pesar de no vivir ahí: “¿cómo es tan alto?”
La mujer señaló que una de las razones de dicha factura se debería al cambio reciente, en dos ocasiones, del medidor de la vivienda.
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Una residente de la ciudad de St. Petersburg, en Florida, de nombre Ashley Wright, se llevó una amarga sorpresa luego de recibir una factura de agua cercana a $48,000 por un consumo que, según afirma, se habría generado mientras la casa estaba desocupada.
Una factura generada en los errores
De acuerdo con información de News Channel 8, los registros de la ciudad muestran que en noviembre del año pasado el medidor de agua de Wright fue reemplazado dos veces en cuestión de días, luego de que trabajadores reportaran la caja del equipo llena de agua y dejaran constancia de una orden de “check service leak”.
En las notas internas incluso se indicó que uno de los medidores se “rompió” porque fue instalado demasiado apretado.
Antes de esos cambios, el consumo promedio de Wright era de poco más de 1,000 galones al mes, pero tras las sustituciones el sistema marcó lecturas anormales: primero 12,000 galones, luego 111,000, hasta alcanzar un total de 212,000 galones supuestamente usados en una casa deshabitada.
“Llamé cuando vi los 12,000 y me dijeron que era una fuga. Después subió y subió… ¿Cómo son 40,000 dólares? ¡Es como si estuviéramos dando agua a toda la calle!”, relató indignada Wright.
La vecina también explicó que nunca recibió la notificación oficial sobre el reemplazo del medidor. “Se suponía que iban a dejar una carta en mi puerta, pero esa carta fue entregada en otra dirección, así que nunca supimos lo que habían hecho”, afirmó.
Qué dicen la ciudad y los registros
La historia de Wright destapó nuevas críticas al sistema de notificación de St. Petersburg. Hasta ahora, el departamento de facturación no ha respondido cómo se alerta a los clientes cuando se sustituyen medidores o se detectan fugas. Tampoco el alcalde ni su administración han emitido comentarios públicos, pese a la presión mediática y a la indignación ciudadana.
Mientras tanto, el Concejo Municipal aprobó modificaciones al código para ampliar los escenarios en que se pueden ajustar facturas por “eventos anormales”, consumos inesperados o fuera del control de los usuarios, y reducir los costos de dichos ajustes. Estas reformas buscan dar alivio a residentes que, como Wright, se enfrentan a cargos imposibles de explicar.
En el expediente del caso constan las órdenes de trabajo, los reemplazos fallidos de medidor y las anotaciones de “caja llena de agua”. Ahora, la disputa legal y administrativa girará en torno a determinar si el monto millonario se originó en una fuga real, en un error de medición o en un problema operativo durante la instalación de los medidores.
Una lucha que busca sentar precedente
Ashley Wright insiste en que se trata de un error de la ciudad y espera que las autoridades corrijan su factura antes de que más residentes enfrenten situaciones similares. “Quiero que arreglen esto, porque mañana podría ser cualquier otro vecino el que reciba una cuenta que no tiene sentido”, advirtió.