El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostiene la Ley Genius firmada, que desarrollará un marco regulatorio para las criptomonedas stablecoin y ampliará la supervisión de la industria, en la Casa Blanca en Washington, D.C., Estados Unidos, 18 de julio de 2025.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sostiene la Ley Genius firmada, que desarrollará un marco regulatorio para las criptomonedas stablecoin y ampliará la supervisión de la industria, en la Casa Blanca en Washington, D.C., Estados Unidos, 18 de julio de 2025. Annabelle Gordon Reuters

Estados Unidos

Trump hace de oro a Vance y a su propia familia manipulando el mercado de criptomonedas desde la Casa Blanca

El mandatario estadounidense, que pasó de ser un escéptico de los activos digitales a su principal promotor a escala global, obtiene beneficios de 1.200 millones de dólares a través de sus esquemas con criptomonedas, según Forbes.

Trump no es el único. Otros setenta altos cargos de su Administración, incluido su vicepresidente JD Vance y otros siete miembros del Gabinete, participan del negocio de las criptos.

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Álvaro Escalonilla
Publicada

Donald Trump pasó de ser un gran escéptico de las criptomonedas a ser su principal promotor a escala global. Pasó de considerarlas poco menos que una "estafa" a soñar con convertir Estados Unidos, por qué no, en "la capital mundial" de las criptos. De cero a cien.

No cambió de postura hasta el pasado verano. Fue entonces cuando dio un giro de 180 grados que, quizás, tuvo que ver con la necesidad de encontrar financiación de donde hiciera falta para costear su campaña electoral. Cuando los dólares empezaron a escasear, aparecieron en escena un puñado de inversores en criptos dispuestos a sufragar su envite presidencial.

"No soy un fan de Bitcoin y otras criptodivisas, que no son dinero, y cuyo valor es altamente volátil y basado en el aire", había escrito el presidente de Estados Unidos en redes sociales en la recta final de su primer mandato. Trump argumentaba entonces que "los criptoactivos no regulados pueden facilitar comportamientos ilícitos, como el tráfico de drogas y otras actividades ilegales".

En su segunda etapa en la Casa Blanca, en cambio, las criptomonedas han pasado a ser una de las piedras angulares de su proyecto político. El asunto se ha convertido en algo personal. El mandatario estadounidense declaró nada menos que 51 millones de dólares en criptoactivos.

El pasado mes de enero, coincidiendo con su toma de posesión, el magnate sacó al mercado $Trump, su propia meme coin. Para entonces, la familia Trump ya tenía entre sus principales fuentes de ingresos a World Liberty Financial (WLF, por sus siglas), una empresa dedicada a las criptomonedas.

Lanzada en otoño del pasado año y gestionada por Donald Jr. y Eric, sus dos hijos mayores, la compañía cerró el pasado mes de mayo un acuerdo de inversión de 2.000 millones de dólares con un fondo de inversión que administra Abu Dabi en el exchange de cripto Binance, una plataforma acusada en los tribunales de Estados Unidos de lavado de activos y otros delitos fiscales.

Su fundador, Changpeng Zhao, que todavía mantiene el 90 por ciento de la compañía, fue condenado a cuatro meses de prisión después de declararse culpable de violar las leyes bancarias en 2023. Ahora, busca el indulto de un Trump cuyo entorno utiliza sus servicios.

También en mayo, el mandatario estadounidense organizó, en su club de golf privado de Virginia, un evento para los 220 principales inversores en $Trump. Un evento cuya mera asistencia costaba 1 millón de euros.

La lista de asistentes se guardó en el más absoluto secreto. Sin embargo, según pudo saber The New York Times, una de las contadas personas que acudieron a la cita trabajaba nada menos que como asesor del Partido Comunista chino. No importó. He Tianying estuvo presente en la recepción privada posterior a la cena para las 25 personas que habían realizado un mayor desembolso en el meme coin presidencial.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, alegó que Trump había asistido a su propio evento "en su tiempo personal", no como presidente. No hubo, insistió, conflicto de interés alguno. ¿Por qué? Porque, además, sus activos en criptomonedas están "en un fideicomiso administrado por sus hijos". Caso cerrado.

La secretaria de prensa de la Casa Blanca no convence a casi nadie. La gestión de Trump es, en palabras de Larry Noble, exasesor legal de la Comisión Electoral Federal, "uno de los mayores conflictos de interés jamás vistos en un presidente". El politólogo estadounidense Steven Levitsky, profesor de Gobierno en la Universidad de Harvard y coautor del bestseller Cómo mueren las democracias (Ariel, 2018), va incluso más lejos. Nunca ha visto, dice, "una corrupción tan abierta en ningún gobierno moderno".

Trump no está solo

La situación es anómala por varios motivos. Primero, porque Trump es el primer presidente de la historia de Estados Unidos que participa de forma activa en la industria de las criptomonedas. Pero Trump no está solo, claro. Otros setenta altos funcionarios de su Administración también han participado —o siguen haciéndolo— de este negocio, según adelantó esta semana The Washington Post.

Los setenta cargos públicos señalados por el rotativo tenían criptomonedas, inversiones en empresas de blockchain o, en su defecto, activos digitales en el momento de su nombramiento. La horquilla de inversiones oscila, siempre según el Post, entre las decenas de miles y los 120 millones de dólares. Algunos funcionarios procedían del mundo cripto antes de recalar en la Administración Trump. Eran criptobros. Todos sin excepción habían respaldado su campaña presidencial.

En la lista figuran los nombres del vicepresidente JD Vance y de otros siete miembros del Gabinete, que declararon al menos 2 millones de dólares en criptomonedas. Desde el secretario del Tesoro, Scott Bessent, hasta el secretario de Sanidad, Robert F. Kennedy Jr., pasando por el secretario de Defensa, Pete Hegseth. También Mike Waltz, el antiguo asesor de seguridad nacional, cesado por la filtración del chat de Signal que reveló los planes para atacar Yemen, y la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard.

Por poner las cifras en perspectiva, ningún miembro de la Administración de Joe Biden declaró tener negocios relacionados con las criptos. El primero en la lista de sucesión, JD Vance, que también es el presidente financiero del Comité Nacional Republicano, declara posesiones en bitcoin entre 250.001 y 500.000 dólares, según The Washington Post.

Hay, sin embargo, quien trata de tomar distancias por cuestiones estéticas. Un portavoz de Bessent, por ejemplo, trasladaba al Post que el secretario del Tesoro vendió los activos antes de asumir la cartera.

Trato preferente

Desde el regreso de Trump a la Casa Blanca, hace sólo seis meses, la Comisión de Bolsa y Valores ha archivado o detenido más de una docena de casos abiertos contra empresas relacionadas con la industria de las criptomonedas.

Un volantazo con respecto de las políticas de la Administración Biden, que creó un equipo nacional de aplicación de la ley sobre criptomonedas con el objetivo de "regular a través de la persecución penal" la industria. El Departamento de Justicia de Pam Bondi no tardó en cerrarlo.

"El presidente Trump está tomando medidas decisivas para establecer claridad regulatoria para la tecnología financiera digital y para asegurar la posición de Estados Unidos como líder mundial en la economía de activos digitales", explicó entonces el secretario de prensa de la Casa Blanca, Harrison Fields, que garantizó que, en la Administración Trump, "los conflictos de interés nunca se toleran".

Semana cripto

La Casa Blanca cantó esta semana su mayor victoria en materia legislativa sobre las criptos. El jueves, la Cámara de Representantes aprobó sin hacer demasiado ruido la denominada Ley Genius, un proyecto legislativo que nace con la vocación de crear un marco regulatorio para los tokens de criptomonedas vinculados al dólar estadounidense, conocidos como stablecoins.

Los stablecoins son un tipo de moneda diseñada para mantener un valor constante, en general, la paridad 1:1 con el dólar.

La propuesta recibió 308 votos a favor y sólo 122 en contra. Tuvo apoyo bipartidista. No en vano, la industria de las criptos desembolsó casi 120 millones de dólares para respaldar las candidaturas al Congreso más amables con su modelo de negocio.

La Cámara envió la propuesta a un Trump que no tardó en convertirla en ley. Su firma tuvo resultados casi automáticos. Con viento de cola, el valor de mercado del sector cripto alcanzó el viernes los 4 billones de dólares, según CoinGecko.

Porque el jueves, además, los congresistas sacaron adelante por mayoría otros dos proyectos de ley relacionados con los activos digitales que ahora pasan a estar en manos del Senado. Uno establece un marco regulatorio general para las criptomonedas; el otro busca prohibir que Estados Unidos emita una moneda digital de banco central.

Antes de la semana cripto, el presidente ya había dado instrucciones al Departamento del Tesoro para crear dos reservas nacionales de activos cripto, incorporando Bitcoin junto al oro, divisas extranjeras y otros activos en la reserva de Estados Unidos.

Desde luego, todos los demócratas ven con buenos ojos el trato preferente de la Administración Trump al sector. Esta semana, sin ir más lejos, la congresista Maxine Waters y los demócratas del Comité de Servicios Financieros del Senado han pasado a la ofensiva para denunciar que, desde su primer día en el cargo, "Trump ha hecho todo lo posible para desmantelar a los reguladores del sector cripto y eliminar demandas judiciales".

"Mientras tanto, amasó una fortuna en criptomonedas que ahora supera el valor de cualquiera de sus propiedades inmobiliarias", añade el comunicado del Comité demócrata, que cita una investigación de la revista Forbes para señalar que "Trump ha acumulado una asombrosa fortuna personal únicamente a través de sus esquemas con criptomonedas: 1.200 millones de dólares y contando".