Mujer merendando.

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La merienda típica gallega que tiene pocas calorías y que recomiendan los nutricionistas para no engordar: la receta

Se trata de una receta tradicional a la que puedes hacer algunas modificaciones para conseguir reducir calorías y aumentar su valor nutricional. 

Más información: El alimento típico de Galicia que tiene mucha proteína y recomiendan los nutricionistas: es perfecto para una cena rápida

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Los nutricionistas suelen recomendar meriendas saludables y bajas en calorías que aporten nutrientes esenciales sin un exceso de azúcar o grasas poco saludables. Algunas opciones incluyen frutas, yogures naturales, frutos secos en pequeñas cantidades o preparaciones caseras con ingredientes saludables.

En consecuencia, si quieres preparar un plato típico gallego para merendar puedes probar a hacer filloas gallegas en su versión más light. Para ello, se pueden hacer algunas modificaciones en la receta tradicional para reducir su aporte calórico y hacerlas más equilibradas.

Las filloas gallegas son un postre o acompañamiento típico de Galicia, similar a las crêpes francesas, pero con características propias que varían según la zona y la receta familiar. Son especialmente populares en carnaval, aunque se consumen durante todo el año.

Si quieres disfrutar de las filloas gallegas sin renunciar a una versión más saludable y ligera, puedes hacer algunos ajustes en la receta tradicional para reducir calorías y aumentar su valor nutricional.

Ingredientes

100 g de harina integral o de avena (puedes tamizarla para una textura más fina).

250 ml de leche desnatada o bebida vegetal sin azúcar (almendra, avena, soja).

2 claras de huevo y 1 huevo entero (para reducir grasas y aumentar proteína).

1 cucharadita de edulcorante natural (stevia, eritritol) o unas gotas de esencia de vainilla.

Ralladura de limón o naranja para dar sabor sin añadir calorías.

½ cucharadita de aceite de oliva virgen extra o de coco (opcional, solo para la sartén).

Paso 1

Mezcla los ingredientes: En un bol, bate los huevos con la leche y el edulcorante. Luego, añade la harina poco a poco y sigue batiendo hasta obtener una masa líquida y sin grumos.

Paso 2

Deja reposar: Idealmente, deja la masa en la nevera unos 30 minutos para que tome cuerpo.

Paso 3

Engrasa la sartén con una gota de aceite y retira el exceso con papel de cocina.

Paso 4

Cocina las filloas: Vierte un cucharón de masa en la sartén caliente y extiende bien. Cocina unos segundos hasta que los bordes se despeguen, luego da la vuelta y cocina unos segundos más.

Paso 5

Repite hasta acabar la masa.

Los acompañamientos saludables para estas filloas saludables pueden ser los siguientes.

  • Frutas frescas: plátano, fresas, kiwi, arándanos.
  • Yogur natural sin azúcar: para untar y aportar cremosidad.
  • Cacao puro sin azúcar: espolvoreado por encima.
  • Mermelada sin azúcar o compota casera de manzana.
  • Crema de frutos secos 100% natural en poca cantidad.

En cualquier caso, las filloas gallegas se pueden comer tanto con acompañamientos dulces como los anteriormente mencionados como con opciones saladas: acompañando embutidos, quesos o incluso con un toque de caldo de cocido.

Los beneficios de esta versión de las filloas gallegas son los siguientes: en primer lugar, tienen menos calorías al reducir el uso de manteca o aceite, también más fibra gracias a la harina integral o de avena, así como más proteínas, por el uso de claras de huevo. Igualmente, menos azúcar, al sustituirla por edulcorantes naturales.

Con respecto al origen de las filloas gallegas, se remonta a tiempos ancestrales y está ligado a la cultura gastronómica de Galicia. Se cree que derivan de recetas muy antiguas ya presentes en la época romana, cuando se preparaban tortas finas de harina y agua cocinadas sobre piedras calientes o planchas de hierro.

Los romanos introdujeron el uso de harinas en la península ibérica, y es probable que de ahí evolucionaran las filloas en Galicia, adaptándose con ingredientes locales. Por otro lado, las tribus celtas ya elaboraban masas similares a base de cereales.

A lo largo del tiempo, la receta ha ido evolucionando, incorporando ingredientes como leche, azúcar o canela en su versión dulce, y caldo o incluso chorizo en la versión salada. Actualmente, siguen siendo un símbolo de la repostería gallega y se disfrutan en todo tipo de celebraciones.