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Esta receta solo tiene tres ingredientes y era la cena favorita de mi abuela gallega: ideal para calentarse en invierno
Se trata de una cena fácil y rápida de hacer, además de nutritiva, con propiedades antioxidantes, saciantes y antiinflamatorias.
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- Total: 45 min
El recetario gallego para el invierno está lleno de platos tradicionales, contundentes y reconfortantes, diseñados para combatir el frío característico de la región. Muchas de estas recetas se basan en productos locales de calidad como carnes, pescados, mariscos, verduras y legumbres.
El caldo gallego es el emblema de la cocina gallega en invierno. Se elabora con una base de grelos (o en su defecto, nabizas o berza), patatas, unto (grasa curada de cerdo), alubias blancas y, en ocasiones, carne de cerdo salada. Es un plato sencillo pero lleno de sabor y profundamente reconfortante.
Sin embargo, también hay otras recetas gallegas que son perfectas para el invierno, caso del boniato asado, una receta sencilla, nutritiva y reconfortante, ideal para disfrutar durante el invierno. Este tubérculo, también conocido como batata o camote, destaca por su sabor dulce, textura cremosa y versatilidad en la cocina. Asarlo potencia su dulzura natural y concentra los sabores, convirtiéndolo en un plato delicioso que puede servirse tanto solo como acompañado.
El boniato asado es una preparación culinaria tan sencilla como versátil, con un toque dulce y reconfortante que lo convierte en un alimento estrella para los meses más fríos del año. Este tubérculo, pariente de la patata, ha sido consumido durante siglos por diferentes culturas, tanto en platos salados como en postres. Su dulzura natural y textura suave lo hacen ideal para una amplia gama de recetas.
Ingredientes
Boniatos (la cantidad depende de los comensales).
Una pizca de sal (opcional).
Especias como canela, nuez moscada o comino (opcional para dar un toque especial).
Paso 1
Precalentar el horno: Calienta el horno a 200 °C (calor arriba y abajo).
Paso 2
Lavar y secar: Lava los boniatos con agua fría para eliminar cualquier resto de tierra y sécalos bien con un paño.
Paso 3
Opcional: cortar o pinchar: Puedes asarlos enteros (sin pelar) o cortarlos por la mitad a lo largo. Si los dejas enteros, pincha varias veces la piel con un tenedor para evitar que estallen.
Paso 4
Hornear: Coloca los boniatos en una bandeja con papel de horno y ásalos durante 40-60 minutos, dependiendo de su tamaño. Estarán listos cuando puedas introducir un cuchillo fácilmente en el centro.
Paso 5
Servir: Una vez asados, retíralos del horno y déjalos enfriar un poco antes de servir. Puedes comerlos directamente con una pizca de sal o incluso añadir un chorrito de miel, siropes o especias para resaltar su dulzura.
¿Cuáles son las formas de disfrutar el boniato asado? En primer lugar, solo o con condimentos: su sabor dulce lo hace delicioso por sí solo, pero puedes añadirle mantequilla, miel, canela o incluso sal marina y pimentón para un contraste de sabores.
En segundo lugar, la guarnición versátil: combina perfectamente con carnes asadas, pescados o ensaladas. Además, si los rellenas con queso, frutos secos o incluso carne picada, se convierten en una comida completa. Y finalmente, también se usa en los postres saludables: tritúralo y úsalo como base para pasteles, flanes o galletas.
¿Por qué asar boniatos? en primer lugar, porque realza el sabor: el proceso de asado carameliza los azúcares naturales del boniato, intensificando su dulzura y dándole un sabor profundo y delicioso.
En segundo lugar, por el aroma cálido: el olor que desprende mientras se hornea es acogedor, ideal para crear un ambiente hogareño. Y finalmente, por la facilidad y rapidez: es una receta sin complicaciones. Con solo unos minutos de preparación y el tiempo de horno adecuado, el resultado es delicioso.
En España, el boniato es típico de otoño e invierno, asociado a festividades como la Castañada y el Día de Todos los Santos. Es común verlo asado en hornos tradicionales o comprado en puestos callejeros, especialmente en zonas rurales. Su sabor dulce y su capacidad para reconfortar lo convierten en un alimento nostálgico que evoca los días de frío y las reuniones familiares.
Además, en otros países como Japón, los boniatos asados (conocidos como "yakiimo") son un clásico del invierno, vendidos en carritos ambulantes que anuncian su llegada con un canto característico.