Suso Hidalgo, de Elepé.

Suso Hidalgo, de Elepé. Treintayseis

Comercio

Elepé, el templo de los discos en Vigo que avanza hacia el medio siglo

Con Suso Hidalgo al mando, la tienda acaba de cumplir 46 años, casi cinco décadas en las que ha visto pasar modas y grandes conciertos y en las que ha formado parte de la escena musical de la ciudad

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"Elepé, dígame". Suso Hidalgo atiende una llamada a pocos minutos de abrir las puertas del negocio en el que lleva 45 años trabajando. Un cliente le pide que le reserve un disco; no es uno cualquiera, es el vinilo del Pet Sounds, de los Beach Boys, pocos días después de conocerse el fallecimiento de su líder Brian Wilson.

La primera vez que entró en Elepé, la tienda, que abrió en mayo de 1979, la regentaban José Ríos y Conchi González. Sonaba I Thank You, del disco Degüello, de ZZ Top. "Me acuerdo perfectamente porque es un grupo que me flipa y ese disco acababa de salir y no lo conocía, entonces me dejó impresión esa canción cuando la escuché por primera vez", cuenta Suso a Treintayseis mientras reordena varios discos. "No es un recuerdo difícil de guardar", apunta.

En enero de 1980 comenzó a trabajar en el negocio del que hace 20 años que lleva el timón, en Doctor Cadaval, 35, un local más grande al que se tuvieron que trasladar cuando Elepé comenzó a crecer, al poco tiempo de abrir.

Discos Elepé.

Discos Elepé. Treintayseis

Tendencias que van y vienen

Detrás del mostrador, Suso ha visto pasar todo tipo de modas y de tendencias, tanto en la música como en la industria musical. Él sigue siendo prescriptor si un cliente llega para descubrir nuevos grupos, algo que la radio ya ha dejado de ser. "Yo la escucho habitualmente, pero ahora prácticamente es un medio que para consumo musical está acabado", asegura, haciendo referencia a emisoras como Radio3, que "ha cambiado su programación para atraer un público más joven", precisamente el público que "ya no escucha la radio".

"Hoy es fácil grabar, pero es difícil venderlo. Ese es el problema: grabar, graba cualquiera, pero ¿a quién se lo vendes? Ahí está el secreto", reflexiona sobre el cambio de tendencia, que hoy gira hacia las redes sociales, un espacio en el que "hay que tener cierto arte" para manejarse.

Pero Suso advierte una propensión a volver a los formatos físicos. "Ahora todo es muy instantáneo y se olvida rápido, pero los jóvenes están volviendo a consumir cosas tangibles, tanto libros como discos", señala.

Destaca, también, que "en el boom digital absoluto", ahora se vuelve a vender algo "primitivo, una tecnología de hace 50 años", como son los vinilos, que han dejado de ser una moda y se llevan vendiendo "bien" desde hace 20 años. "Nunca se sabe cómo van a ir las cosas", asevera en referencia al negocio de la música.

Discos Elepé.

Discos Elepé. Treintayseis

"Una pelea dura"

"Hay mucha gente esforzándose en hacer un trabajo musical o en montar sellos discográficos, pero es una pelea dura, como la mía de venderlos después", añade. "Lo que pasa es que somos gente que le gusta mucho la música y que disfruta, aunque a veces hay que sufrir para disfrutar", dice entre risas.

Suso se muestra ajeno a ciertos fenómenos musicales, especialmente el destinado a generar "fans", como puede ser Sebastián Yatra, al que desconocía cuando vino a tocar a Vigo, pero no significa que esté fuera de lo que suena actualmente; además, insiste, "a cada uno le puede gustar lo que quiera".

Uno de los muchos carteles que decoran las paredes de Elepé es reciente: el de la portada de un disco recopilatorio de 2023, O Celta Somos Nós. Un tributo punrockeiro ao celtismo. Preguntado por qué le parece Oliveira dos Cen Anos, el himno del Centenario compuesto por C. Tangana, reconoce que tanto el himno como el videoclip le parecen "espectaculares", aunque el tema musical, aunque "buenísimo", le parece "un poco largo".

"El Celta cada vez tiene una afición más joven, que entra mucho dentro de la línea de C. Tangana", añade Suso, que destaca que el artista madrileño le parece "un tío muy inteligente" y alaba la intención del himno de fusionar diferentes estilos, "que es lo interesante de la música, no estar clavado en un palo único".

Discos Elepé.

Discos Elepé. Treintayseis

Del disco al directo

Elepé también brilla por el rastro de los conciertos a los que ha asistido su propietario, que valora las diferentes salas que ofrece la ciudad, aunque considera que falta un espacio intermedio, "para 400 o 500 personas".

El problema que observa en los eventos de música en directo son, por ejemplo, los horarios y que muchos son entre semana, lo que hace que actuaciones se celebren delante de medio centenar de personas; sobre esto señala la "pereza" de muchos que antes eran habituales consumidores de música en directo, que dejan de asistir por la necesidad de trasnochar.

Aun así, valora que sigue habiendo mucha gente que "se pega palizas para ver conciertos" en otras ciudades de Galicia.

Para Suso, esa ingrata dedicación a la música hace que aquellos valientes que siguen apostando por ello sean unos "jabatos", dispuestos a subirse a una furgoneta y recorrer salas del país para, después, tampoco sacar tanto rédito económico.

Grandes conciertos

En su memoria perviven actuaciones de grupos como The Steepwater Band en la Salason de Cangas, ya cerrada, o el "mítico" concierto de los Rolling Stones en Balaídos, en 1998. Añade a Stacie Collins en La Iguana o a Gilberto Gil, dentro del ciclo "Para Vigo me voy", "tocando canciones de Bob Marley, eso me pareció un espectáculo".

Precisamente, en el debe de los conciertos de Castrelos, donde tocaron bandas como Oasis, Arctic Monkeys o Metallica, señala que ahora es difícil ver a este tipo de grupos, ya que tiran los más "populacheros".

Discos Elepé.

Discos Elepé. Treintayseis

"Antes siempre había un par de grupos algo potentes. Ahora se llena, es un éxito, vale, pero se puede llenar también con otro tipo de grupos", lamenta, además de no entender la falta de grupos locales en el escenario del auditorio al aire libre. "Les queda la Puerta del Sol... o la puerta de su casa", ríe Suso.

Mientras continúa reordenando discos, entra en Elepé un joven con el que entabla una conversación amigable. Es un cliente habitual, que confirma que la tienda de Suso sigue siendo parada obligatoria para cualquier generación y cualquier edad. Sólo hace falta una condición: ser un amante de la música.