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¿Existe un legado románico en O Salnés? Así es la arquitectura religiosa que lo demuestra

Los principales vestigios se localizan en los municipios del interior de la comarca como Meis, Ribadumia o Meaño, los cuales suman más de una decena de conjuntos monumentales del arte románico
Interior del Monasterio de Armenteira.
Interior del Monasterio de Armenteira.
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Hace ya una década, la Fundación Santa María la Real de Palencia catalogaba cerca de 170 monumentos románicos en toda la provincia de Pontevedra, de los cuales, alrededor de una veintena se encontraban repartidos entre la comarca do Salnés y los territorios del Ullán ―es decir, Catoira, Valga y Pontecesures. En el caso particular del Salnés, la mayoría de estos tesoros inventariados del arte románico rondan los 700 u 800 años de antigüedad y se localizan, principalmente, en las localidades del interior de la comarca. De hecho, el tridente formado por los municipios de Meis, Ribadumia y Meaño suma más de una decena de referencias constructivas cuyo origen lleva implícita la huella del Imperio Romano. No obstante, de todas cuantas existen, la iglesia y el Monasterio de Santa María da Armenteira son, sin atisbo de dudas, uno de los conjuntos monumentales más destacados de este catálogo del románico que se extiende por esta comarca de las Rías Baixas. 

El patrimonio con más historia en Meis

Entrada al monasterio de Armenteira. Foto: Shutterstock

La localidad de Meis alberga algunos de los vestigios del románico más destacados de toda O Salnés. Tal y como decíamos unas líneas más arriba, la conocida de forma popular como la "catedral" de la comarca constituye uno de los ejemplos más representativos de este tipo de iglesias con tres ábsides semicirculares propias de dicho período. La construcción en cuestión hunde sus raíces en el siglo XII, fundada por San Ero bajo la Orden del Císter. El templo presenta ciertas influencias mozárabes y es considerado una de las joyas monumentales más importantes del sur de Galicia dentro de su estilo, pues se trata de un monasterio románico de transición. Cabe destacar que la zona norte de la capilla mayor se encuentra el sepulcro de Don Álvaro de Mendoza e Soutomaior, donde destaca la cúpula y el rosetón que continúan la línea de su portada. 

En los límites de Meis otro monumento de origen románico a reseñar es la iglesia de San Salvador, la cual conserva varios elementos de su estructura original. Entre sus elementos añadidos a posteriori destaca el caso de la fachada del muro del atrio a la cual se agregaron varias piezas de un baldaquino del siglo XVI con representaciones religiosas. Este templo conserva además su nave románica con la portada principal y una lateral, aunque el hueco de esta última puerta se encuentra tapado. La iglesia de San Vicente de Nogueira también se suma a esta lista pues conserva en buen estado varios capiteles exteriores y el singular ábside semicircular así como la puerta orientada al oeste. Por último, la Fundación de Santa María la Real también suma las iglesias meisinas de San Martiño de Meis y Santa María de Paradela. Sin embargo, cabe señalar el hecho de que dicho catálogo no incluye una de las consideradas joyas del románico arousana: la capilla de O Mosteiro.  

Los otros tesoros medievales del Salnés

Iglesias de Lois, Barrantes y Besomaño, así como los canecillos del templo de San Xoán de Meaño

En el caso particular de Ribadumia, el listado de vestigios de origen romano pone el foco en los templos de Lois, Barrantes y Besomaño. La primera de las citadas responde a una tipología tradicional del románico gallego en la que destaca una nave y ábside rectangulares, techos de madera y bóveda de cañón. La de Barrantes por su parte, y aunque fue modificada entre los siglos XV y XVI, todavía conserva los restos de un baldaquino empotrado en la parte interior del prebisterio, justo al lado de la sacristía. Cabe destacar también el hecho de que los capiteles fueron reutilizados como fuentes en el exterior del templo. Por último, en el caso de la pequeña iglesia de Besomaño, su estructura fue reconstruida por completo en el siglo XVIII, por lo que no se mantienen demasiados elementos de origen románico o se encuentran demasiado erosionados, como es el caso de los canecillos. No obstante, una de las singularidades de esta arcaica construcción ―aunque no tenga que ver con la formulación romana― tiene que ver con su curiosa torreta circular de acceso al campanario. 

Con respecto a Meaño, los visitantes que quieran encontrar el legado románico en este pequeño municipio tendrán una cita obligada con la iglesia de San Xoán de Meaño. El templo destaca dentro de la tipología por la veintena de canecillos románicos que decoran los aleros, los cuales son en esencia de tres tipos: vegetales o geométricos, zoomorfos y obscenos o admonitorios. Todavía en los límites meañeses, la iglesia de Simes se presenta como otro ejemplo del románico en O Salnés. Al margen de los tres municipios ya citados, otros templos arousanos como el de San Pedro de Fontecarmoa, San Juán de Baión, Santa María de Caleiro y San Martín de Sobrán también constituyen interesantes ejemplos de las iglesias del románico en el rural gallego.

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