“Sí, efectivamente”, responde Martín Arranz a EL ESPAÑOL, el histórico apoderado de la escuela taurina Marcial Lalanda, padre adoptivo de Joselito, cuando se le pregunta si tienen que entregar las llaves al Ayuntamiento y no esperar a que las recojan, como dijeron esta semana. “Las tengo en mi casa”.

El miércoles se convocó a los aficionados para que acudieran al Batán a presenciar la recogida de las llaves por parte de Madrid Destino, en modo apoyo-despedida. “A mí me dijeron que vendrían a la una de la tarde. Vieron a gente y les dije que no sabía cómo iban a reaccionar”, explica Martín Arranz. ¿Quién los convocó? “Los aficionados prácticos y los padres de algunos chavales. No queríamos engañar a nadie”, dice sin que le pregunten.

Desde el Ayuntamiento insisten en que en ningún momento existía ese plan. “No sabemos por qué lo dijeron. Tienen que personarse en las oficinas de Madrid Destino en Conde Duque para entregar las llaves de las instalaciones y un inventario. Se les comunicó por burofax. Alegaron que no lo recibieron y lo volvimos a enviar”. Martín Arranz lo reconoce. “Me llamaron por la noche para decirme que nos habían enviado un burofax que no recibimos. La encargada de las oficinas a veces no está”.

¿Y va a ir a devolver las llaves? “No. Están aquí conmigo”. “Si no las entrega”, resuelven desde el Ayuntamiento, “se pondrán en marcha las medidas legales pertinentes”. “Esto es ya un desafío. ¿Te crees que con tantos años y después de cuatro infartos les voy a tener miedo a los coletudos?”, ataja Arranz.

En el Ayuntamiento mantienen la calma. “Hay un vencimiento del contrato y tienen la obligación de acceder a la entrega de llaves. Si no, se interpondrá una denuncia por el cauce normal”.

Nueva plataforma de aficionados

Esta posibilidad atrinchera aún más en su posición a Martín Arranz. “A lo mejor tenemos que hacerlo nosotros. Ir a los tribunales y exponer nuestro punto de vista, la posible prevaricación de la señora alcaldesa Manuela Carmena. Madrid Destino tiene cedido el uso a la escuela taurina y a la promoción de la fiesta de los toros. ¡Lo estoy leyendo! Se acordó en un pleno”, aclara.

“Ayer”, por el miércoles, “estuvimos hasta las ocho de la tarde reunidos en el Batán”, recuerda. “Decidimos crear una plataforma de aficionados para gestionar las instalaciones. No queremos ni Comunidad ni Ayuntamiento. Que sea de los aficionados”. El escudo del concepto abstracto afición da para mucho. “Son ellos los que tienen que retomarlo. Tiene que ir al Batán”.

Insiste en que después de lo ocurrido en la falsa entrega de llaves, “la situación ha cambiado: llevamos trabajando un año y pico en silencio, pero se acabó. Vamos a mandar una nota de prensa explicando todo esto”.

Tauromaquias Integradas 'coming soon'

Otro de los proyectos en los que está involucrado Martín Arranz junto al resto de componentes que quedaron de la extinta Marcial Lalanda es la plataforma Tauromaquia Integradas. “Lo vamos a presentar en marzo con profesionales, para ver cómo cae entre la opinión pública. Vamos a crear una escuela online de nivel superior”, entre otras cosas que detalla off the record.

¿Es verdad que planean modificar la lidia, hacerla menos cruenta? “Se dice mucho de Tauromaquias Integradas. Nos llaman podemitas, que estamos alimentando el enemigo. Me da igual. El proyecto se va presentar en marzo y va a salir a debate público. Hace falta progreso. Llevamos trabajando en esto 40 personas mucho tiempo. Nos queda un año más de trabajo, pero en marzo adelantaremos algunas cosas”, avanza.

Una de las “preocupaciones” de Tauromaquias Integradas, según cuenta a este diario, es el maestro José Luis Bote. “Él lleva 23 años trabajando, es un ejemplo de romanticismo. Tienen que darle cabida en el Ayuntamiento. Está enfermo”. ¿Por qué no se fue a la escuela Yiyo, que refundó la Comunidad? “No lo quisieron contratar. Eso lo vamos a contar bien porque es duro”, confiesa.

El funcionamiento del Batán, por ahora, no ha cambiado. Esta tarde han estado entrenando algunos chavales. “Sin problema, como todos los días”, ha respondido uno de ellos a EL ESPAÑOL.

Martín Arranz ve en todo esto una salvación. “Me ha dado vida. Cuando me enteré que Carmena iba a cerrar el Batán, iba con Bote y Joselito en el coche, pegué un salto. Me ha recuperado. Me acuerdo perfectamente del día, fue un 27 de junio de 2016”. Hacer cambiar de opinión a Carmena es su último objetivo. “Respeto a todos del Rey para abajo pero no cuando se meten conmigo. Creemos que tenemos la razón legal. Esto es un desafío, ponlo, ponlo. Pon que desafíamos a la alcaldesa. Queremos que el Batán siga abierto, sólo eso”.

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