Una mujer sujeta dos décimos de Lotería
José Luis, lotero, sobre los premios de Lotería de Navidad sin impuestos: "Los primeros 40.000 euros están exentos"
Cada diciembre, José Luis repite la misma explicación casi tantas veces como décimos de Lotería de Navidad vende. Los premios mantienen el mismo esquema fiscal: los primeros 40.000 euros están exentos y todo lo que exceda tributa al 20%.
Más información: Lotería de Navidad 2025
A José Luis le basta escuchar el ruido de la puerta automática para adivinar en qué fase del año está. En diciembre, la administración donde trabaja desde hace años se convierte en un pequeño escenario de emociones cruzadas: ilusión, nervios, supersticiones y ese vértigo que antecede al Sorteo de Navidad. “La gente viene con una mezcla de prisa y esperanza que no ves en ningún otro momento”, resume, mientras acomoda una pila de décimos recién llegados.
Durante la campaña de Lotería de Navidad, explica, los compradores se dividen en dos mundos: los previsores y los de última hora. “Más de un tercio viene el día 21 por la tarde. A veces entran casi sin respirar. Te dicen: ‘Dame el que te quede, que me ha dado un presentimiento’. Y tú intentas seguir el ritmo sin que se note el caos”, bromea.
Una de las escenas que más recuerda ocurrió hace dos años, minutos antes de cerrar: “Entró una mujer con el abrigo medio puesto, me pidió ‘el número que te haya llegado hoy’ y salió corriendo. A los diez minutos volvió porque se había dejado el bolso. Estaba tan nerviosa que ni se dio cuenta”.
Cuánto pagas a Hacienda por cada premio de Lotería de Navidad
Cada diciembre, José Luis repite la misma explicación casi tantas veces como décimos vende. Los premios mantienen el mismo esquema fiscal: los primeros 40.000 euros están exentos y todo lo que exceda tributa al 20%.
“Cuando alguien pregunta por el Gordo, siempre aclaro que de los 400.000 euros por décimo, el ganador se lleva 328.000. El resto ya va retenido. La gente lo agradece porque creen que luego tendrán que ir a presentar papeles a Hacienda, y no es así. Aquí ya sale todo descontado.”
En la práctica, solo afectan estas retenciones a los primeros tres premios. Los cuartos y quintos quedan justo en el límite exento.
La avalancha final cuando llega la Lotería de Navidad: supersticiones, prisas y números imposibles
Para José Luis, los días previos al sorteo tienen una atmósfera que no se repite en ningún otro momento del año. “Hay clientes que compran siempre el mismo número porque les recuerda una fecha. Otros solo quieren números ‘bonitos’. Y luego están los supersticiosos de verdad: uno solo compra si llueve, otro viene siempre el mismo día a la misma hora.”
La escena se repite cada campaña: el 21 por la tarde y el 22 a primera hora, la administración se llena de compradores que deciden apostar en el último segundo. “Es curioso ver cómo cambia la energía. Los primeros días la gente viene tranquila, pero en la recta final ves manos temblorosas, discusiones amistosas por el último décimo y hasta carreras para llegar antes de que cerremos.”
Un sorteo que une al barrio
José Luis es testigo privilegiado de algo valioso: el efecto social. “Hay personas que vienen solo para charlar, para preguntarme si ya han llegado nuevos números o simplemente para compartir ilusión. La Navidad en una administración es como tener un pequeño termómetro del estado de ánimo del barrio.”
Lo que más le conmueve no son las cifras, sino lo que representan. “Para algunos, comprar un décimo es mantener una tradición familiar. Para otros, es regalar esperanza. Y hay quienes, simplemente, necesitan sentir que el año puede terminar con una sorpresa.”
Cuando le preguntan si este año “caerá algo gordo”, José Luis sonríe y usa su frase habitual: “La suerte es caprichosa. Yo solo pongo el mostrador. Lo demás… que lo decida el bombo.”