Montaje con una imagen de archivo de una vivienda en alquiler y una imagen de Marian.
Marian (37) tiene una vivienda en alquiler para ella sola: "Pago 700€ al mes, soy la única en mi entorno que no comparte piso"
La mujer contó cómo consiguió por mera casualidad un alquiler asequible en el que reside ella sola.
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España vive un serio problema de vivienda a causa de la falta de oferta y el exceso de demanda, provocando una incontrolable subida de precios en todo el país.
Esto ha dificultado el acceso a una vivienda tanto en alquiler como en compra, haciendo que gran parte de las personas se vean obligadas a compartir pisos en lugar de alquilar viviendas completas.
Por ello es que suena tan extraño el caso de Marian, una mujer que vive sola en una vivienda en alquiler por 700 euros al mes en Madrid.
Alquileres enteros o compartidos
El problema de la vivienda en España se ha intensificado en los últimos años debido al aumento sostenido de los precios del alquiler, especialmente en grandes ciudades como Madrid, Barcelona, Valencia o Málaga.
A esto se suma la escasez de oferta, la elevada demanda y la presión del turismo en determinadas zonas, factores que han disparado los costes hasta niveles difíciles de asumir para muchas personas.
Como consecuencia, el acceso a una vivienda digna se ha convertido en uno de los principales retos sociales y económicos del país.
Para una gran parte de la población, especialmente jóvenes, trabajadores con salarios bajos o inestables y estudiantes, alquilar un piso por cuenta propia se ha vuelto prácticamente inaccesible.
Los precios superan con frecuencia el 30% de los ingresos recomendados para un alquiler sostenible, lo que hace inviable afrontar los gastos sin apoyo.
Además, los requisitos de los propietarios, como fianzas elevadas, avales o contratos laborales indefinidos, complican aún más la posibilidad de vivir de manera independiente.
Ante esta situación, compartir vivienda se ha convertido en una solución habitual y, en muchos casos, la única opción viable.
Vivir con compañeros de piso permite dividir el coste del alquiler y de los suministros, facilitando el acceso a zonas mejor ubicadas o más cercanas al trabajo y a los servicios.
Sin embargo, esta alternativa también refleja una problemática de fondo: la dificultad creciente para formar un hogar propio, un síntoma de la falta de políticas eficaces que garanticen vivienda asequible para la población.
De hecho, se estima que solo un 16% de los que alquilan pueden vivir solos. Por esa razón sorprende tanto el caso de Marian Cabrera, una mujer de 37 años que vive sola en una vivienda en alquiler en Madrid y por tan solo 700 euros al mes.
"Un paciente mío tenía de alquiler varios pisos así aparte de estudios y me lo ofreció. Yo le dije: por favor a mí. Y dijo vale. Fue así, pero nunca me lo imaginé. Soy la única de mi entorno que vivo sola", aseguraba la dentista en LaSexta Noticias.
Al igual que Marian, los informativos mostró la realidad de Goretti, una mujer de 42 años que también reside sola en una vivienda en alquiler, solo que en su caso en Barcelona y por 1.100 euros al mes.
"Conozco muy poca gente que viva sola, muy poca, y la que conozco es porque el piso es de un amigo o lo ha conseguido por otras vías que le han arreglado el precio pero es que no se puede", aseguraba la mujer.
"La clave para poder alquilar es el no hacer. Hay muchas cosas que no hago, o sea, hay ropa que no compro, cenas que no salgo. Así de difícil es vivir sola en un país en el que el alquiler está imposible".
Lo cierto es que a noviembre de 2025, el precio medio de un alquiler en Barcelona es de 1.650 euros mensuales mientras que en Madrid el precio se sitúa en torno a 1.600 euros mensuales.
Por tanto, tanto la realidad de Marian como la de Goretti son casos extraños en un sector que no deja de subir el precio de los alquileres, dificultando el acceso a una vivienda y provocando que muchos decidan independizarse más tarde o borren de sus planes cualquier idea de formar una familia.