Montaje de Emilio Baena con unas oficinas de Hacienda (Marta Fernández, Europa Press).

Montaje de Emilio Baena con unas oficinas de Hacienda (Marta Fernández, Europa Press).

Sociedad

Emilio Baena, extrabajador de Hacienda, avisa a los contribuyentes: “Ya no hace falta que un inspector te revise”

Te contamos cómo la Agencia Tributaria ha dejado los expedientes en papel para centrarse en las nuevas tecnologías para revisar tus datos.

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La declaración de la Renta es un trámite que deben realizar todos los años los españoles. Y es que, como decía un antiguo lema publicitario, ‘Hacienda somos todos’. A unos les saldrá a pagar; a otros, a devolver.

Muchos contribuyentes se olvidan de Hacienda una vez han cumplido el trámite. Sin embargo, el fisco dispone de hasta cuatro años para poder revisar los datos aportados.

Un periodo que arranca el último día del plazo voluntario de la presentación de la declaración (habitualmente el 30 de junio del año siguiente al ejercicio fiscal declarado. Por tanto, para la renta de 2024, presentada este 2025, el plazo de revisión de Hacienda concluye en junio de 2029.

Analizar millones de datos

Emilio Baena trabajó durante más de diez años en Hacienda. Por tanto, conoce de primera mano los procedimientos del fisco para reclamar a los contribuyentes por una declaración.

“​Te comparto las señales que, si las haces, 100% te van a investigar”, afirma el extrabajador del ministerio en la red social LinkedIn.

Desde su punto de vista, y durante años, “Hacienda funcionaba con revisiones manuales y expedientes en papel”. Pero hoy, según explica, “la realidad es otra”. ¿Cuál es esa otra realidad?

Pues que “la Agencia Tributaria usa herramientas de Big Data e inteligencia artificial para analizar millones de datos cada día”.

Por tanto, “cada contribuyente, persona o empresa, tiene un ‘perfil de riesgo’, una puntuación dinámica que se actualiza en tiempo real según unos parámetros definidos”. ¿Cuáles son esos parámetros? Baena los sintetiza en seis.

El primero de ellos son “los gastos que no encajan con tus ingresos”.​ El segundo, movimientos de dinero entre cuentas sin justificar. Y, el tercero, “operaciones internacionales o uso de criptomonedas”.​

A estos tres hay que añadir otros tres más: Exceso de efectivo o facturas con patrones anómalos; aparición en registros internacionales de sociedades; e incongruencias con la información que reportan bancos y plataformas.​

“Ya no hace falta que un inspector te revise.​ Lo hace un algoritmo, 24/7”, resume la situación Emilio Baena. “Y la IA no se cansa, no se distrae y no olvida.​ Cada compra, transferencia o inversión alimenta el sistema que decide si mereces una inspección”.

Por tanto, y a su entender, “la estrategia fiscal no es opcional: es tu defensa.​ Planificar no es evadir. No basta con ser legal, también hay que parecerlo. ​Porque una inspección te agota, te quita tiempo, recursos y el sueño”.