Luis, copropietario de Gelati Dini y una imagen de una heladería. YouTube/IA
Luis, empresario, sobre lo que gana con su negocio de helados: "Facturo 700.000€ al año y genero un beneficio del 12%"
Este joven de 34 años, que huyó de Venezuela, ha revelado que con sus 3 heladerías en Barcelona obtiene un beneficio mensual de más de 6.000 euros.
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Luis Di Pietro es un joven italovenezolano que emigró a España con el objetivo de montar su propio negocio. Es copropietario de la franquicia de heladerías Dino Gelati y es dueño de tres heladerías en Barcelona.
Actualmente, a sus 34 años, lleva más de una década tratando de impulsar sus negocios en España. Tras una inversión inicial de 230.000 euros para la primera heladería e infinidad de complicaciones relacionadas con la concesión de licencias y la contratación de personal, ha logrado grandes beneficios.
"Facturo 700.000 euros al año por las tres heladerías y consigo un beneficio neto que se encuentra entre un 10% y un 12%", ha confesado durante una entrevista con el creador de contenido Eric Ponce.
Más de 6.000 euros al mes
Entonces, cuenta que si contabiliza todos los gastos de personal, productos, impuestos y licencia, el dinero neto que se embolsa cada año asciende hasta los 70.000 u 80.000 euros, lo que se traduce en "6.000 y pico euros al mes".
El dinero generado ha podido invertirlo para seguir emprendiendo. De hecho, Luis es el fundador de Épica Network, una empresa de telecomunicaciones ubicada en España que ofrece servicios de fibra y móvil.
Sin embargo, su trayectoria no siempre ha sido un camino de rosas. Cuenta que tuvo que huir de Venezuela por la crisis política cuando tenía 20 años y que cuando llegó a España sabía que su objetivo era conseguir un empleo por cuenta propia que sirviera como una fuente de trabajo para él y su familia.
Intentó expandir su negocio más allá de la Ciudad Condal -donde hay más locales de la franquicia de helados Dino Gelati-, en concreto en Madrid. No obstante, tuvo que cerrar a los 3 meses, entre otros motivos porque el alquiler del local era muy elevado. "En Madrid, en la pandemia, abrí la tienda en la Calle Mayor y casi me voy a la quiebra en menos de tres meses", recuerda.
Problema de la estacionalidad
En la actualidad, aunque las cifras muestran el éxito de su apuesta, también tiene que afrontar obstáculos relacionados con la estacionalidad de las heladerías, ya que en la temporada de invierno la clientela se reduce considerablemente.
"Al ser un negocio estacional, en invierno, sobre todo en algunas zonas, la facturación baja. La mayor caja está en verano, ahí es donde haces el agosto y esto es importante saberlo si quieres apostar por un proyecto de estas características", concluye Luis.