Alejandro Zuhang, empresario chino afincado en España, durante una intervención en un vídeo de YouTube.

Alejandro Zuhang, empresario chino afincado en España, durante una intervención en un vídeo de YouTube. E.E.

Sociedad

Alejandro Zuhang, empresario chino, sobre el trabajo: "En España se calienta la silla; en China se cumplen objetivos"

El empresario chino Alejandro Zuhang compara la productividad en España y China, subrayando las diferencias en la forma de trabajar y en los resultados.

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Las claves

Alejandro Zuhang, empresario chino, destaca la diferencia de productividad entre España y China, atribuyéndola a la cultura laboral de cada país.

En China, no hay restricciones legales sobre las horas de trabajo, permitiendo jornadas flexibles y prolongadas, a diferencia de España, donde hay regulaciones estrictas.

La comparación de Zuhang también aborda el coste de vida, resaltando que, aunque los salarios en China y España pueden ser similares, el menor coste de vivienda en España permite más ahorro.

Zuhang enfatiza que la educación y la disciplina en China fomentan una cultura del esfuerzo desde edades tempranas, impactando en el mercado laboral.

Una de las grandes quejas de muchos empresarios en España tiene que ver con la falta de productividad de los trabajadores españoles, un asunto al que se ha referido el empresario chino afincado en nuestro país, Alejandro Zuhang.

El emprendedor ha comparado la situación en España con respecto a su país natal, haciendo referencia a asuntos como la brecha de productividad y las condiciones laborales, asuntos que son evaluados de una forma distinta a nivel normativo.

Mientras que en España se opta por reforzar el marco normativo con respecto a la jornada laboral y la conciliación entre el trabajo y la vida personal, en China se apuesta por un modelo principalmente basado en la flexibilidad e intensidad en el trabajo, todo ello con un impacto directo sobre la competitividad de las empresas y el nivel de vida de los empleados.

En su paso por Sísifo Podcast, Zuhang ha hecho especial hincapié en las diferencias entre ambos países a la hora de organizar la jornada, pero también en términos de capacidad de ahorro y acceso a la vivienda, destacando que hay un claro choque de modelos.

La principal diferencia que encuentra entre el mercado laboral asiático y el europeo tiene que ver con la intensidad en el trabajo, destacando que "una hora de un trabajador chino son ocho de un trabajador español".

Según explica Alejandro, en China es frecuente que los empleados prolonguen su jornada de manera continua hasta completar todas las tareas, señalando que un trabajador chino es capaz de trabajar hasta 14 horas seguidas si es necesario para terminar sus quehaceres.

En comparación con España, incide en que en nuestro país es habitual que parte del tiempo laboral se dedique a realizar pausas, lo que no hace más que mermar la eficiencia por hora trabajada y, por lo tanto, afecta directamente a la productividad laboral.

Diferencias en la jornada laboral

Además de la intensidad y dedicación de los trabajadores, existen grandes diferencias en lo que respecta a la normativa laboral entre ambos países, y así lo aprecia Zuhang, que recuerda que en China no existe un máximo de horas de trabajo marcado por ley.

"En China no hay ley que fije las horas de trabajo; puedes trabajar 50 o 20, y si terminas antes te vas a casa", lo que recalca que ofrece una total flexibilidad, además de indicar que la duración dependerá en gran parte de los objetivos que tenga cada empresa en particular.

Esta situación no tiene nada que ver con España, donde la legislación laboral fija los límites y establece diferentes mecanismos de control como el registro horario obligatorio. De esta forma se aprecia un claro contraste entre ambos países.

Mientras que en China se da prioridad a la flexibilidad basada en resultados, en España se trata de garantizar el cumplimiento de la normativa, y esta diferencia a nivel legal tiene incidencia directa sobre la competitividad y la conciliación de los trabajadores.

El emprendedor también ha hecho una comparativa con respecto a la disciplina y formación, señalando especialmente que la educación es la base de la cultura del esfuerzo e indicando que en China "la disciplina va por delante de todo lo que aprendas".

"Ahí no podía faltar a clase, aquí si no vas no pasa nada", señala un Alejandro Zuhang que considera que el modelo chino apuesta por interiorizar la exigencia y la constancia desde edades tempranas y que, a posteriori, se trasladan al mercado laboral.

De esta forma, se educa con el fin de que los trabajadores tengan la capacidad de poder asumir jornadas prolongadas de trabajo y mantener la concentración en sus tareas para cumplir objetivos.

Coste de vida, vivienda y poder adquisitivo

El análisis de Zuhang también ha pasado por abordar cuestiones relacionadas con el coste de la vida, sobre todo en lo que tiene que ver con la vivienda, destacando que "ni un camarero promedio en Pekín puede permitirse alquilar un piso con su sueldo".

De esta manera, asegura que los altos precios obligan a compartir vivienda entre 3-4 personas, incluso aunque se esté disfrutando de empleos a tiempo completo. En España, aunque el acceso a la vivienda es un gran reto social y económico, un trabajador medio tiene más opciones para alquilar, aunque también suponga un esfuerzo económico.

La comparación entre ambos países muestra cómo el crecimiento económico chino no siempre significa que tenga que ver con el bienestar de los ciudadanos. El emprendedor también encuentra diferencias significativas en lo relativo al ahorro y capacidad adquisitiva.

"Los chinos en España ahorran mucho; los que viven en China llevan prácticamente el mismo estilo de vida que un español", explica, aunque es consciente de que existe la percepción general de que los salarios chinos son bajos.

Alejandro Zuhang destaca que el coste de la vida en grandes urbes como Pekín o Shanghái reduce de manera sustancial la capacidad de ahorro. Al mismo tiempo, destaca que trabajar en España ofrece a muchos ciudadanos chinos la posibilidad de crear un colchón económico.

Lo explica asegurando que, aunque los ingresos puedan ser parecidos entre ambos países, el menor coste relativo de la vivienda en comparación con China, hace que estos trabajadores puedan ahorrar parte del salario.

Esta diferencia tiene que ver con la importancia de dar valor tanto a los ingresos nominales como a la relación entre los salarios y los precios en cada uno de los mercados.