Santi y un fontanero generado por IA.

Santi y un fontanero generado por IA. YouTube/Gemini

Sociedad

Santi, fontanero de 37 años, sobre la falta de personal: "Este trabajo te mata físicamente, tengo marcas en la rodilla"

Santi es fontanero desde los 17 años y ha explicado por qué los jóvenes han perdido el interés en esta profesión, que está cada vez más envejecida.

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A sus 37 años, Santi tiene dos décadas de experiencia como fontanero. A los 17 se inscribió en un instituto para formarse gracias a la influencia de su primo, que se dedicaba a esta profesión.

Actualmente es autónomo y tiene un equipo a su cargo en Madrid. Su sector tiene mucha demanda, pero poco personal, tal y como cuenta en el podcast Sector Oficios.

"Los fontaneros están muy demandados y muy cotizados, explica el propio Santi. Pero reconoce que en Madrid "no los hay, ya quedan pocos".

La demanda es tan elevada que, cuando un cliente les pide cita, le tienen que dar para "dentro de mes y medio o dos meses".

Para Santi, uno de los problemas principales es el envejecimiento y la falta de relevo generacional, pues la edad media de los fontaneros es cada vez más alta.

Se trata "de un problema en todo el sector de los oficios, pero en fontanería incluso más", valora el entrevistado.

El fontanero corrobora la falta de interés de los jóvenes por el sector: "Intenté hacer con mi sobrino lo mismo que mi primo hizo conmigo, pero a los jóvenes de ahora "les cuesta un poquito más".

Sin embargo, cree que el oficio de la electricidad "atrae más a chavales jóvenes", pero la fontanería no la consideran "una alternativa real" de futuro.

Una de las posibles causas también está en el desgaste físico. "Es un trabajo que físicamente pues te mata", explica. Además, comenta que él tiene marcas en las rodillas.

Otro factor que menciona el fontanero es la percepción negativa que tiene la profesión: "Ser fontanero se asocia con ser un poco guarro".

Para Santi esa no es la realidad del trabajo, pues los desatascos son solo una parte del oficio. Además, ellos trabajan en obra nueva y normalmente no les toca esa parte.

Además, el fontanero cree que falta promoción del oficio y "se ha perdido la publicidad" que antes se hacía.

Aún así, defiende su profesión e invita a los jóvenes a probarla. Cree que es un trabajo divertido y que genera mucha satisfacción personal, sobre todo al ayudar a la gente.