Niño-Becerra, catedrático en Economía.

Niño-Becerra, catedrático en Economía.

Sociedad

Niño-Becerra, catedrático en Economía, ante el problema de la vivienda en España: "La única solución es construir nuevas ciudades"

Vivir en pisos compartidos hasta pasados los 30 años o no llegar a emanciparse de la casa de sus progenitores, la propuesta del experto toca una fibra sensible.

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No es un tema de actualidad: la vivienda vuelve a ser centro de debate social y económico en España. Son muchas las voces anónimas que se alzan contra la situación que tantos viven en nuestro país, especialmente jóvenes, pero en esta ocasión, también se ha sumado el catedrático de Estructura Económica en la Universidad Ramon Llull, Santiago Niño-Becerra (@sninobecerra)

El experto, una de las voces más reconocidas en cuanto a divulgación económica, muy activo por otra parte en sus redes sociales, manifestaba en una entrevista propia, publicada en X (antes Twitter), cómo la población más joven está atrapada en un modelo que les obliga a destinar hasta el 90% de su salario al pago de un alquiler.

"La realidad de los jóvenes en España es dura", escribió Niño-Becerra en la red social, en un mensaje que rápidamente se viralizó. A su juicio, lo que está sucediendo no es fruto del azar ni de una “maldición bíblica”, sino la consecuencia directa de decisiones políticas tomadas hace décadas.

El economista recuerda que entre los años 1955 y 1980 se construyó en España una importante cantidad de vivienda de protección oficial (VPO). Sin embargo, la mayoría de esos inmuebles se destinaron a la venta y no al alquiler social, y además, con plazos de protección muy cortos, de tan solo 10 o 15 años. 

Según Niño-Becerra, este diseño resultó insuficiente para generar un parque estable de vivienda pública que sirviera como colchón frente a la especulación inmobiliaria. Si en aquel momento se hubiera optado por un modelo con alquiler protegido durante 99 años, como ocurre en algunos países europeos, hoy el panorama sería radicalmente distinto. "Se decidió mal. Y esa mala decisión tiene consecuencias que todavía pagamos", subraya.

La única salida real

Las consecuencias son visibles: una generación entera de jóvenes españoles que vive con la soga al cuello. Quienes logran emanciparse, lo hacen dedicando la mayor parte de sus ingresos al alquiler, con escasa capacidad de ahorro y pocas opciones para construir proyectos de futuro.

Niño-Becerra sostiene que esta dinámica no solo afecta a la economía individual, sino también al crecimiento económico del país, ya que limita el consumo, la movilidad laboral y la natalidad, un tema especialmente sensible en el debate demográfico español.

Más allá de señalar el diagnóstico, el economista ha sorprendido con una propuesta contundente: construir nuevas ciudades desde cero. "La única forma de arreglar el problema de la vivienda en España es construyendo ciudades nuevas", afirmó.

No se refiere a levantar un barrio o un polígono adicional junto a los ya existentes, sino a planificar y urbanizar desde cero núcleos urbanos completos, con capacidad para 25.000 o 30.000 habitantes, diseñados con nuevas formas de movilidad, servicios y espacios residenciales adaptados a la demanda actual.

Según explica, este modelo es similar al que ya está explorando el Reino Unido, donde se han levantado ciudades enteras en zonas despobladas, con criterios de sostenibilidad y planificación integral.

El bono joven: 'un parche'

Niño-Becerra no ahorra críticas a las medidas actuales del Gobierno, como el bono joven del alquiler o la limitación de precios en zonas concretas. Para él, estas políticas no son más que parches que tapan agujeros sin resolver el problema de raíz.

"Lo del bono es utilizar un parche, tapar un agujero, pero no resuelve nada", sentenció en X, dejando claro que mientras la oferta de vivienda siga siendo inferior a la demanda, cualquier ayuda directa terminará empujando los precios hacia arriba.

La comparación europea

El economista también recuerda que España se sitúa a la cola de Europa en cuanto a vivienda pública en alquiler. Mientras países como Austria, Francia o Países Bajos cuentan con parques de vivienda social que superan el 15% o el 20% del total, en España apenas se alcanza el 2,5%.

Esto explica por qué el mercado español es mucho más vulnerable a la especulación, con subidas de precios constantes que dificultan el acceso a quienes más lo necesitan.

La idea de crear nuevas ciudades puede sonar utópica, pero abre un debate que va más allá de la vivienda: el de la planificación urbana en la España vaciada. De hecho, el país cuenta con kilómetricos territorios despoblados donde podrían levantarse estas nuevas urbes, siempre que vayan acompañadas de infraestructuras de transporte, servicios sanitarios, educativos y oportunidades laborales.

El problema de la vivienda no es solo económico. Tiene también una dimensión social y de género. Los estudios muestran que las mujeres jóvenes sufren en mayor medida la precariedad habitacional, al tener de media salarios más bajos y una mayor carga en tareas de cuidados.