Situación de la circulación en la M-30 por los puentes de la Constitución y de la Inmaculada.

Situación de la circulación en la M-30 por los puentes de la Constitución y de la Inmaculada. EFE

Sociedad Sondeo El Español/ Sociométrica (y V)

La mayoría quiere mover los festivos para evitar el ‘acueducto’ de esta semana

Un 41% propone que la Constitución y la Inmaculada sean fiestas consecutivas / El 12,6% quiere que estos festivos se celebren el mismo día / Uno de cada tres dejaría el calendario tal y como está.

7 diciembre, 2016 00:36
Joaquín Vera Javier G. Jorrín

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Las vacaciones de Navidad han dado su pistoletazo de salida en España este año con el puente de todos los puentes. Este 2016 el calendario ha colocado el día de la Constitución y el de la Inmaculada en mitad de la semana -martes y jueves-, convirtiendo a esta en una atípica: vacacional. Un macropuente festivo que no convence a la mayoría de españoles: cuatro de cada diez preferiría mover una de las dos fiestas para que caigan en días consecutivos.

Así se desprende de la encuesta realizada por SocioMétrica para EL ESPAÑOL, donde se observa que un 36,8% de los ciudadanos prefieren el inmovilismo: dejar el calendario laboral tal y como está ahora. Sólo uno de cada diez se muestra a favor de juntar la fiesta laica de la Constitución (6 de diciembre) con la religiosa de la Inmaculada (8 de diciembre).

Cada año se abre el debate sobre si la actividad laboral puede quedar afectada por un puente tan largo. Por eso, hace ahora cinco años, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se comprometió a trasladar los festivos al “lunes más cercano”. “Racionalizaremos el calendario para hacer compatibles los derechos de los trabajadores con la competitividad de las empresas. Abordaremos los costes que para nuestra economía suponen los puentes, de manera que se trasladarán las fiestas al lunes más cercano, con la excepción de aquellas fechas de mayor arraigo social”.

Los empresarios y los trabajadores acordaron racionalizar los puentes, pero el Gobierno estaba entonces centrado en la reforma laboral y dejó este tema de lado. Cinco años después de su primer discurso de investidura, nada queda de aquella promesa. Este inmovilismo por parte del presidente del Partido Popular parece coincidir con la posición de los populares encuestados por SocioMétrica, ya que el 48,1% de ellos apuesta por dejar el calendario sin alterar. Son los votantes que más apuestan por esta postura seguidos de los de Ciudadanos, PSOE y Podemos.

La opción preferida de los votantes de Podemos (46,7%) es mover una de los dos festivos para que caigan consecutivos, mientras que la solución menos apoyada por los simpatizantes de Albert Rivera -tan sólo respaldada por un 3,5% de los encuestados- es juntar ambas fiestas en un solo día.

La lógica económica

En 2011 el Gobierno se aferraba a cualquier idea que pudiese ayudar a la economía. Las palabras eficiencia y racionalización eran dos de las favoritas del presidente. La reforma de los puentes prometía mejorar las dos variables, pero el Ejecutivo optó por centrarse entonces en la reforma laboral.

El Gobierno encargó a los agentes sociales negociar una propuesta para la reforma de las pensiones y llegaron a un acuerdo. La CEOE, UGT y Comisiones Obreras acordaron pasar a lunes tres fiestas del calendario: el 15 de agosto, día de la Asunción de la Virgen; el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos y el 6 de diciembre, aniversario de la Constitución. Los sindicatos y la patronal presentaron la propuesta al Ministerio de Empleo el 10 de enero de 2012 para que se aprobara en el Consejo de Ministros de esa semana, sin embargo nunca llegó a validarse.

La CEOE elaboró entonces un cálculo del coste de los puentes en un informe que presentó al Gobierno y a los sindicatos. Para elaborar sus estimaciones utilizó el impacto de la huelga general del 29 de septiembre de 2010. Si el seguimiento de los paros hubiese sido del 100% hubiese supuesto una caída del PIB del 0,45% del PIB, que en términos actuales serían unos 5.000 millones de euros. Si los paros fuesen del 70%, el descenso de la actividad sería del 0,31% del PIB, algo más de 3.200 millones de euros.

Los empresarios también defendieron el impacto positivo para el sector turístico, aunque el grueso de los hosteleros prefieren que el calendario se mantenga tal y como está. Para la CEOE, “la existencia de un puente no ofrece la posibilidad de que el 100% de los trabajadores pueda disfrutar del mismo, circunstancia que sí propicia el traslado de cualquier festivo de la semana a un lunes”.

Para la industria, la medida de trasladar los festivos a los lunes sería “enormemente positiva” ya que el día festivo entre semana “obliga a realizar, al menos, dos parones en la producción: el primero, el día festivo de que se trate, y el segundo, el domingo, con el consiguiente incremento de costes”.

Los sindicatos aprobaron la reforma de los festivos como una medida para ayudar a flexibilizar los tiempos de trabajo y descanso “para atender necesidades empresariales y para atender necesidades de las personas”. En cualquier caso, solicitaron no mover cuatro festivos incluidos en el Estatuto del Trabajador: la Fiesta del Trabajo, el 1 de enero, el 12 de octubre y el 25 de diciembre.