Parte de la M-30, donde entrarían en juego las restricciones.

Parte de la M-30, donde entrarían en juego las restricciones. EFE

España Protocolo anticontaminación

Las asociaciones de conductores, contra Carmena: "Esto no puede ser, avise antes"

Estos colectivos critican que el Ayuntamiento haya mantenido en vilo a los conductores hasta casi medianoche.

6 noviembre, 2016 02:19

Noticias relacionadas

Quien conduce en Madrid ya no puede elegir la hora a la que se acuesta. Por lo menos en días de protocolo anticontaminación. La prohibición de circular por la M-30 a la mitad de los vehículos coleó hasta las once de la noche. Las estaciones medidoras siguen emitiendo datos definitivos hasta el anochecer y como el Ayuntamiento quiere plegarse a ellos, las restricciones tienen algo de hombre lobo: llegan con la medianoche.

Juan –probablemente no se llame así– conduce su taxi a la hora del almuerzo por la calle Atocha. Ayer, los niveles no superaron la barrera que marca el segundo escenario del protocolo y cualquiera puede coger el coche. “A nosotros incluso nos va bien porque si la gente conduce menos, por lógica, tendrá que pillar más taxi. Pero oiga, avise antes”.

El taxista, estetoscopio más afilado de la ciudad, ha palpado el descontento: “Es que la gente está nerviosa, no se entera, no sabe qué va a tener que hacer al día siguiente”. La crítica de Juan la comparten varias asociaciones de conductores, que sostienen: “Claro que debemos trabajar para reducir la contaminación, pero con orden”. El equipo de Gobierno de Carmena, consciente del agobio generado, ya ha adelantado que contempla elaborar un sistema mixto; un método que le permita avisar antes a los madrileños.

"Con la incertidumbre no se juega"

Jesús Fernández es el vicepresidente de la Federación del Taxi de Madrid. Como su compañero, resalta la tranquilidad del sector: “El 80% de nuestra flota es ecológica, por lo que podría circular en caso de restringirse la mitad de los vehículos. Además, todos los taxis deben serlo para 2020”. Como relata Fernández, los coches ecológicos forman parte del listado de excepciones que contempla el protocolo.

“El problema es la falta de información”, coincide. “Estas decisiones hay que tomarlas, pero no se puede jugar con la incertidumbre. Deben hacer un esfuerzo por informar mejor al ciudadano. Nosotros, desde la federación, podemos ayudar”. En este punto, Fernández tiende su mano a Carmena para trasladar las consecuencias del protocolo a los ciudadanos.

“Por favor, información clara”

A pesar de no haberse prohibido todavía la circulación de la mitad de los vehículos, ya han entrado en marcha algunas medidas como la limitación a 70km/h en la M-30. “Esto no afecta al usuario, más allá de añadir un par de minutos al trayecto. La tarifa sigue siendo la misma”, explica Fernández.

“Nosotros somos los que nos tragamos la polución más de cerca. Las medidas hay que tomarlas y, como colectivo, nunca nos opondremos. Eso sí, esto requiere una información clara”, incide antes de despedirse.

“Las medidas son ineficaces e insolidarias”

“Lo que se está haciendo no sirve para nada. Se toman medidas encaminadas a reducir la emisión, cuando en realidad el problema es de inmisión”. El presidente de la Asociación de Automovilistas Europeos, Mario Arnaldo, empieza con tono científico la entrevista. ¿A qué se refiere con lo de la inmisión? “Las alertas que dan estos días las estaciones se producen porque la contaminación, debido a la meteorología, falta de vientos, no se puede dispersar. El límite se sobrepasa por la noche por un tema de acumulación”, afirma. Con estas palabras hace referencia al mensaje emitido por Carmena, que comparó la subida de la contaminación con la fiebre de un niño.

En cuanto a las medidas dictadas por el Consistorio, la reducción de la velocidad y la restricción al aparcamiento en el centro, responde: “Son ineficaces e insolidarias porque el problema es estructural, y no coyuntural. Si ven un riesgo tan alto, que restrinjan el tráfico al 100%. La velocidad da igual. Un coche parado en un atasco contamina más que uno que vaya a 120km/h”.

“La dinámica adoptada no tiene ningún sentido. La acumulación se da por la noche y es muy tarde para avisar. Adopto medidas y al día siguiente, que es cuando entran en marcha, los niveles que las han urgido ya no son tales”, reflexiona Arnaldo. “Por otro lado, Madrid no supera la media anual de emisiones que puso Europa como límite”, advierte.

“El transporte público no es una solución”

Entonces, ¿qué hacemos? ¿Seguimos contaminando? “Veo dos ejes de actuación claros. El primero, rejuvenecer el parque de automóviles. Hay que hacer todo lo posible. Más de la mitad de los vehículos en Madrid sobrepasan los once años, y eso es muy peligroso desde el punto de vista medioambiental. Debe incentivarse a los conductores a renovar”. ¿Y el segundo eje? “El transporte público, sin duda. La conexión del centro de la ciudad es buena pero, ¿qué pasa con el tipo que vive en Alcorcón y tiene que ir a trabajar a San Sebastián de los Reyes? Es inviable pedirle que deje de usar el coche para coger transporte público”, apostilla.

“A pesar de sus buenas condiciones, el transporte público no da respuesta a este problema. La contaminación no entiende de festivos. El Ayuntamiento debería tomar medidas estructurales, y no coyunturales, como ha sido el caso”, termina Arnaldo.

“La gente no sabe qué hacer”

Adán Jiménez representa a esta asociación, que engrosa a las empresas que recogen coches particulares en las estaciones y los custodian hasta que su propietario lo desea. Según se desprende de su relato, el cliente más común es aquel que llega a Atocha o Chamartín en coche a las seis de la mañana y les entrega el vehículo para recogerlo al regresar de su destino. “Es un perfil concreto, pero muy frecuente. No van en transporte público porque no hay servicio de cercanías a las cinco de la madrugada”, explica.

“Cerca de la mitad de las reservas se cancelaron ante la previsión de que podría restringirse la circulación a la mitad de los vehículos”, confiesa. “Sí, las empresas están preocupadas”.

Pero Jiménez recalca que no es sólo “una cuestión de negocio”: “¿Qué solución tienen esas personas? ¿Coger un taxi desde Boadilla o Alcalá de Henares hasta Madrid? Además, no es posible organizarse con tan poco tiempo. Esto es un desastre. La gente no sabe qué hacer”, concluye.