Eugenio d'Ors y María Pérez Peix en la foto que el tuitero ha elegido para su perfil.

Eugenio d'Ors y María Pérez Peix en la foto que el tuitero ha elegido para su perfil.

La Jungla / Social

Así es Eugenio D'Ors, el tuitero que 'odia' los colegios y es azote de los 'indepes'

En la Jungla. Usando el nombre del mítico periodista, ha saltado a la fama por las historias del colegio de sus hijos, pero lo que le gusta es la sátira política.

16 febrero, 2019 02:25

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De pequeños todos odiábamos ir al colegio. Pasar sentados horas y horas obligados a hacer multiplicaciones, redacciones sobre qué hicimos el fin de semana y aprendernos la maldita tabla periódica. Pensábamos que nada podía ser peor que aquel infierno. Era difícil sospechar que volver como padres podría ser casi igual de intenso.

Eso es exactamente lo que nos demostró un tuitero con uno de los mejores hilos del 2018. Bajo el pseudónimo del mítico escritor y periodista Eugenio d'Ors, este padre de tres hijos que trabaja en el mundo de los libros catalán y del Maresme (aunque no sabe si seguirá mucho en Cataluña), hizo que viéramos como una anécdota que le ocurrió en el colegio de sus hijos se convertía en una experiencia casi de terror.

Trapitos era la mascota de la clase de su hija, y le tocaba cuidar de ella ese fin de semana, que se convirtió en un no parar de apariciones y desapariciones del muñeco y en una agobiante lista de tareas.

"Como alumno el colegio no me gustaba nada. No me gustaba estudiar ni hacer deberes, así que me lo iba sacando todo con la ley del mínimo esfuerzo. Además era un graciosillo, así que me pasaba mucho tiempo castigado o con notas para mis padres" explica a EL ESPAÑOL. "Como padre soy un sufridor, me preocupa todo: notas, deberes, comportamiento, estoy muy encima. Pero sin duda el colegio me estresa menos como padre que como alumno. Aunque también me pongan deberes..."

La cosa con Trapitos no terminó demasiado bien y sus consecuencias vibraron hasta el siguiente hilo:

"Todos mis hilos son reales y han sucedido. A veces no en el día que indico, sino que recupero cosas y las actualizo. En general tiendo a mostrar detalles que muchas veces nos pasan desapercibidos, unas veces los exagero un poco y otras veces no es necesario. Son situaciones muy normalizadas, pero si las coges, les quitas el pellejo y las muestras tal como son, la gente se percata de la ridiculez de algunas escenas que ellos mismo también ven pero en el momento no les dan importancia".

Y más tarde se convirtió en el ídolo de todos logrando lo que muchos han deseado con toda su alma: que lo echen del grupo de WhatsApp de padres:

Un ejemplo a seguir. Aunque ninguno de sus hilos iguala el surrealismo que en el que narra cómo trasladaron a la tieta que se había muerto en otro pueblo al suyo. Su nick es Eugenio d'Ors, pero ese día se vistió de William Faulkner.

¿Teme que en el colegio le descubran? "Que yo sepa nadie sabe de mi cuenta. Tampoco me relaciono mucho, más allá de dos o tres padres. Soy de los que cuando estoy en el parque me quedo solo, a mi rollo, así que... Y menos con los padres de la peque, que acaba de empezar. No sé ni quiénes son", se ríe.

Y aunque ha saltado al superestrellato tuitero gracias a estos hilos, lo cierto es que a él lo que le gusta es el comentario político. Tanto que ante la andanada de nuevos seguidores que le llegó con el hilo de Trapito tuvo que avisar de lo que se iban a encontrar:

Y es que vivir en Cataluña en los años del procés es una mina para quien quiera escribir de política. Eso sí, aunque muchas veces la carrera independentista tenga mucho de ópera bufa, su tono puede cambiar. Hasta llega a tener un tono casi de CSI. "Es verdad que alguna vez me pongo serio, en algún hilo lo he hecho, harto de cosas que pasan y que vivimos. Pero a todo le intento poner siempre un toque de humor, aunque sea una chispilla. A veces me paso tanto con la ironía y el sarcasmo que se enfadan algunos lectores". 

Como esta minuciosa reconstrucción de los hechos del 20 de septiembre en la Secretaría de Hacienda situada en Rambla Cataluña, una de las más minuciosas que se han hecho:

"El procés es de una ridiculez tan extrema que parece una parodia. Esos vídeos de gente diciendo buenas noches por un megáfono a los presos, o haciendo el corro de la patata en la plaza de san Jaime, gente adulta, talludita, me mueve a pena, por un lado, porque ocupan su tiempo en una lucha estéril y hueca, y por otro me generan mucho rechazo, porque parte de esa gente segregan a los que son como yo, y a nuestros hijos, y nos querrían fuera de Cataluña".

"Es muy de Berlanga la parte rústica del independentismo, que yo diría que es mayoritaria, esa Cataluña rural, aldeana, que vive muchas veces del campo subvencionado y que bajan a Barcelona a manifestarse con sus tractores y nos colapsan la ciudad. Y luego la parte corrupta, claro. Ese tejemaneje nacionalista del "qué hay de lo mío", tan español, tan nuestro, es muy de Berlanga".

En otros hilos, se pone al más puro estilo Émile Zola: 

Pero aunque a veces parezca otros escritores, él eligió a Eugenio d'Ors ¿por qué? "Pues fue sin pensarlo mucho, la verdad. Pero qué duda cabe que es un escritor y pensador poco querido en Cataluña. Pues lo escogí para hacer pupa, seguramente". "Eugenio d'Ors del procés hubiera pensado que parte de Cataluña ha enloquecido, una vez más. Se parece bastante a lo que ya sucedió durante la II República, pero quizás más dilatado en el tiempo y con mucha más ingeniería social".

Aunque de vez en cuando hace un homenaje al periodista del que toma el nombre, haciendo también de crítico de arte:

"Le tengo mucho cariño al primero que hice, sobre la inmersión lingüística, por ser el primero. Y de los familiares, el de Trapillo es el más sonado. Pero todos tienen algo"

"A veces los vuelvo a leer y cambiaría cositas, pero en general me gustan. Dentro de unos años a lo mejor los leo y pienso: 'vaya chorradas escribías'", se ríe. "Sí que corregiría algún gazapo que se ha colado en alguno. No los soporto".

Y mientras él se pone nervioso con sus errores tipográficos, hay gente que conoce el verdadero terror:

[Mas información: Cómo los grupos de WhatsApp del cole te harán querer ser un ermitaño]