Un ladrón con un mal día en el trabajo

Un ladrón con un mal día en el trabajo

La Jungla / Social

Unos ladrones de joyas fracasan miserablemente y una cámara los inmortaliza

En la Jungla. El asalto no tuvo todo el éxito que esperaban los malhechores, pero al menos han conseguido triunfar en la red. Menos da una piedra.

27 julio, 2017 09:58

Todos tenemos un mal día en el trabajo, uno de esos días en los que las cosas no salen como estaban previstas, en los que el jefe ha tomado más café del habitual o en los que te topas con problemas que no deberían estar ahí. Y aunque parezca mentira, a los ladrones les pasa lo mismo.

A pesar de la imagen romántica que nos ofrecen algunas películas, convirtiéndoles en héroes en el lado equivocado de la Ley y que nunca fallan, los ladrones torpes o con mala suerte también existen. Un buen ejemplo son estos asaltantes que trataron de desvalijar una tienda de oro en Shah Alam, Malasia, el pasado lunes.

Los ladrones entraron como toros en la tienda solo para ser frenados por el cristal de seguridad de la tienda, más resistentes que una fusión de una Game Boy y un Nokia. Los intentos del ladrón por meter la mano en los pequeños agujeros que abre son realmente cómicos:

La propia tienda publicó en Facebook la grabación -suponemos que para fardar de seguridad- y están cerca de los seis millones de reproducciones. Pese al fracaso del robo, los daños causados obligarán a cerrar la tienda durante dos semanas.

Otros robos fallidos de la red

Este no es ni mucho menos el primer robo fallido en triunfar en la red. Probablemente el más conocido es este, el de un joven que no escuchó las señales del destino tras caerse al intentar entrar en una tienda de licores. Una vez dentro -tras otro importante golpe- se dio cuenta que no podía salir, por lo que se sentó a esperar a que la policía le liberase y, de paso, le detuviera.

Otro ejemplo es el de este intento de asalto a una Apple Store, en el que el coche usado para irrumpir en la tienda se queda patéticamente atrapado en el interior.

Y es que a veces pagar hasta parece cómodo.