Ilustración de 'La chica del bañador verde'.

Ilustración de 'La chica del bañador verde'. Jéssica Gómez

La Jungla / Social

La historia detrás de 'La chica del bañador verde'

En la jungla. Hablamos con Jéssica Gómez, la autora de la carta contra los complejos que ya han compartido más de 160.000 personas en Facebook.

12 julio, 2016 11:27

Noticias relacionadas

Siempre le dijeron que debería haber puesto todo su empeño en dedicarse a juntar palabras. Que lo suyo era esto del negro sobre blanco. Sin embargo, a Jéssica Gómez (Gijón, 1983) la vida le llevó por otros derroteros profesionales que poco o nada tienen que ver con la escritura. Ahora, su teléfono no deja de sonar mientras su marido, irónicamente, le dice que la saluda desde la Tierra. El motivo es una carta abierta que publicó hace una semana en Facebook, La chica del bañador verde, que seguro que has leído ya, tras haberse compartido de forma masiva (más de 160.000 veces) en la últimos siete días.

La pregunta que todo el mundo se hace es una: “¿Quién es la chica de la que hablas?”. La respuesta, para aquellos que creen en los cuentos, no puede ser más prosaica. “No lo sé. De hecho, si la viese por la calle sola, no sé si llegaría a reconocerla. No sé siquiera si la habrá leído”.

La realidad de los hechos que narra la carta del momento tienen que ver con Xivares, una bonita playa salvaje del concejo de Carreño, en Gijón. Tal y como cuenta, la protagonista de su relato estaba ahí, con su grupo de amigos, y no puedo evitar fijarse en sus curvas y retrotraerse a su adolescencia a través de su figura. “Lo único de lo que no estoy 100% segura es de que el libro fuera suyo. Estaba en una bolsa en la que le vi hurgar, pero...”

Quiso escribir allí mismo el relato, sobre la marcha, pero no pudo hacerlo hasta una semana después. Tras la publicación del mismo, Jéssica vio cómo la onda expansiva comenzó a llegar a muchísimos sitios. “El viernes comenzaron a llamarme de todos sitios, me llegaban mensajes de gente que hacía 15 años que no veía diciéndome que me habían leído y yo pensaba: ‘¡Joder! ¡Si tampoco es lo mejor que he escrito!”, resume la autora.

Sea como fuere, la carta es un escrito de rápido alcance, manido, tal y como ella misma reconoce, pero universal: somos perfectos en nuestra imperfección. “Su éxito reside en que es un texto con el que es muy fácil sentirse identificado. Da igual cuál sea tu ideología, tu religión, si tienes hijos o no, o el grupo social al que pertenezcas; es muy fácil sentirse identificado con ella”.

No es su único éxito

Jéssica, que tiene una cuenta de Facebook con 25.000 seguidores en la que publica relatos y dibujos que ella misma elabora, es autora de algunos libros de cuentos como Una teta, una naranja, una aceituna o El monstruo curioso. La historia de La chica del bañador verde no es, sin embargo, su mayor éxito. En 2012, con apenas 700 humildes seguidores, publicó un poema titulado Respira, que también tuvo un enorme alcance. “Lo que ocurre con este tipo de escritos virales es que al final, acaban plagiándote. Y con éste lo han hecho tanto, que no sé ya en cuántos sitios e idiomas lo he visto publicado. Incluso en coreano”. 

Tras La chica del bañador verde, esta gijonense de 33 años, madre de dos hijos, ha recibido todo tipo de mensajes y comentarios; se han puesto en contacto con ella diversas publicaciones e incluso le han ofrecido la posibilidad de crear un corto basado en su relato. Sin embargo, su carta tampoco ha estado exenta de críticas. Hay quien la ha acusado de que su relato iba en contra de los cuerpos perfectos o de hacer “apología de la obesidad”. Jéssica se defiende: “En ningún momento digo que esté gorda y, en realidad, todos tenemos algo que no nos gusta o que queremos tapar. Pero en fin, siempre hay quien no entiende lo que escribes”.

En los próximos meses, esta joven autora planea sacar un álbum ilustrado que se llamará Hechos de estrellas. El crowdfunding, como suele ser habitual para muchos autores, es la vía para poder hacerlo realidad. Ella, sobrepasada por el alcance de la última idea que brotó de su cabeza, confía en que el proyecto llegue a buen puerto gracias al empujón que ha recibido en los últimos días. “Tal vez La chica del bañador verde pueda ayudarme”.