Los hermanos Caballero siguen teniendo un largo camino de éxito por recorrer. Lo acaban de confirmar con el anuncio oficial de la renovación de Muertos S.L., la nueva comedia que han estrenado en Movistar Plus+. 

La noticia llega de la mano de un divertido vídeo en el que aparece Carlos Areces, que interpreta al protagonista Dámaso en la primera entrega. Se dirige hacia Alberto Caballero, contando que ha leído los guiones de los siguientes episodios y dejando sobre la mesa algunos cambios como sugerencia para su personaje.

También, al final del clip, Alberto Caballero hace un guiño a la reciente polémica que se ha generado en torno al actor Hovik Keuchkerian, que ha reconocido tachar las acotaciones en los guiones que recibe.

Así fue la primera temporada

Cuando fallece Gonzalo Torregrosa, propietario y fundador de la Funeraria Torregrosa, Dámaso Carrillo, su mano derecha en la empresa, no duda en que lo mejor para la continuidad del negocio es que él asuma el mando.

Aunque Dámaso Carrillo lo tenía todo pensado para suceder a su jefe en la empresa, contra todo pronóstico Nieves, la septuagenaria viuda, decide ponerse al frente, ayudada por su inútil y entusiasta yerno, Chemi, experto en Marketing, y en contra de los planes de sus hijas de cerrar y montar un gimnasio.

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Mientras Dámaso conspira y manipula a sus compañeros contra la nueva dirección, la empresa se enfrentará a la competencia, la funeraria Transitus, y a su plan para expandir su negocio, y a un caso a lo #metoo, que sin duda amenazarán el legado de Gonzalo Torregrosa.

Aunque sus creadores rehúyan de la comparación con The Office, lo cierto es que Muertos S.L. incorpora muchos elementos que rápidamente se pueden relacionar con la ficción. Sin embargo, si bien el formato sea similar y la idea de hacer comedia en el entorno laboral son características compartidas, las similitudes se aprovechan para zambullirse en el riesgo y en el -a veces- pantanoso terreno del humor negro. Todo ello teniendo en los cimientos un costumbrismo como el español, que da mucha cancha para hacer comedia porque por norma general nos reímos hasta de nuestras desgracias.

Si sumamos este patrón a los esquemas que suelen funcionarles a los hermanos Caballero en todas sus series, que cuentan con un repartazo a la altura y ciertas innovaciones técnicas como el uso del zoom dramático, el resultado es una serie irreverente y en ocasiones desternillante como esta.