Ana Oramas, este jueves en el Parlamento de Canarias, donde ocupa la vicepresidencia de la cámara.

Ana Oramas, este jueves en el Parlamento de Canarias, donde ocupa la vicepresidencia de la cámara. Estefanía Briganty.

Reportajes POLÍTICA

Ana Oramas: "Sánchez debió haber llevado a la Cumbre la inmigración en Canarias; lo del cambio de hora es humillante"

Dos años después de abandonar el Congreso de los Diputados, la ahora Vicepresidenta del Parlamento de Canarias aborda con EL ESPAÑOL la actualidad política nacional mientras recuerda sus 15 años en Madrid.

Más información: Ana Oramas, la diputada cañera contra Sánchez; de codearse con Borbones a luchar por Canarias.

Santa Cruz de Tenerife
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Volver es un verbo que en Santa Cruz de Tenerife tiene olor a sal y a papeles viejos. Ana Oramas camina otra vez por los pasillos del Parlamento de Canarias, el mismo edificio donde, cuando llegó por primera vez, sólo eran dos mujeres entre sesenta escaños: ella y Teresita Morales.

Hoy casi la mitad del hemiciclo es femenina, pero el gesto con el que se sienta —espalda recta, manos en el regazo, la mirada que calcula— es el de siempre: el de quien aprendió a pelear cada coma como si fuera un presupuesto entero.

En la mesa baja de la sala de reuniones descansan dos reliquias que cuentan de otro tiempo y de un carácter: el Luis Carandell a la mejor relación con la prensa (2012) y el Emilio Castelar al mejor orador (2018). Brillan discretos, como si el metal hubiera absorbido la costumbre de la tribuna.

Fueron quince años intensos en Madrid —siete legislaturas, dos reyes, tres presidentes— y ahora, tras dos años fuera del Congreso, la política que convirtió la brevedad en un arte vuelve a su kilómetro cero. Lo hace desde la vicepresidencia de la Cámara y al frente de la Comisión de Discapacidad, con una agenda de islas: plátano, hospitales completos en territorios mínimos, aeropuertos que son carreteras y fronteras que se mueven.

Vídeo | Ana Oramas: “Canarias no quiere ser más que nadie, solo tener las mismas condiciones que el resto de España” EL ESPAÑOL

Afuera, el tráfico trepa por la capital; adentro, los cuadros de las paredes parecen observar en silencio. Oramas acomoda el bajo verde de la chaqueta sobre la butaca, cruza las piernas, y la escena, por un instante, queda en suspenso: la oradora, la ciudad y la política en punto muerto, justo antes de arrancar otra vez.

Pregunta.– Han pasado dos años desde que dejó el Congreso. ¿Qué ha cambiado?

Respuesta.– Lo primero es que he vuelto al Parlamento de Canarias después de 30 años. Ha cambiado España, ha cambiado el mundo y ha cambiado la política. En Canarias todavía tenemos que luchar por nuestros derechos. Somos una comunidad que no queremos ser más que ninguna, buscamos tener las mismas condiciones que el resto de los españoles.

Vuelvo encontrando problemas que todavía están sin resolver. El drama de la inmigración, que viví como diputada y ahora vivo como diputada canaria. Nuestro sector agrario, al que defendí en Madrid, pero ahora veo otra vez los riesgos que tiene el sector agrario del plátano. Las ayudas por la erupción del volcán de La Palma, queda mucho que hacer en muchos sectores económicos de la isla. Y, en política nacional, fueron 15 años absolutamente intensos. No creo que haya habido 15 años en la política nacional tan intensos como los que yo estuve.

P.– Usted vivió dos reyes y tres presidentes desde el escaño. ¿Qué le enseñó ese tránsito? Desde 2017 no ha habido cambio de presidente.

R.– Que hay gente a la que le transforma el poder. Yo he conocido a presidentes en la intimidad y a ministros. Y hay gente que era amiga mía que en el momento que llega al poder se transforma. Hay gente, sin embargo, que sigue teniendo los mismos valores, los mismos compromisos y que no les cambia el poder ni las cloacas del Estado. Yo creo que lo importante no es cuántos años estás, sino cómo estás y para qué.

P.– Se dice que el Congreso de los Diputados, en términos de respeto, nunca volverá a ser el mismo.

R.– Yo siempre he distinguido lo que es un contrincante político de un enemigo político. Tuve la suerte durante estos 15 años de conocer a gente de todos los partidos que nos respetábamos. Podíamos tener unos debates durísimos, pero nunca se faltaba el respeto ni la educación. Podía venir un proyecto de ley y estar en contra, pero si tú hacías unas enmiendas que mejoraban el proyecto de ley, se te aceptaban.

Ahora no existen ni las ponencias ni se negocia nada. A mí me horrorizó la llegada de Podemos a la política nacional, no de la izquierda. Yo conocí a un Gaspar Llamazares... a gente de Izquierda Unida, a gente de Esquerra Republicana, a gente de EH Bildu con unas formas completamente diferentes.

Ana Oramas toma posesión como diputada el 26 de junio de 2007

Ana Oramas toma posesión como diputada el 26 de junio de 2007

P.– ¿Cuándo se rompió eso?

R.– Pues yo creo que fue precisamente con la llegada de Podemos. Y agravada con la de Vox. En ese momento se perdieron muchas cosas, como el respeto al sitio, la tolerancia... y se volvieron a discursos extremos: conmigo o contra mí. Nosotros, por ejemplo, los portavoces, nos íbamos a comer o nos íbamos a tomar algo cada mes y medio. Eso se ha acabado.

"Siempre comenzaba una legislatura explicándole a los diputados y a los nuevos ministros que la distancia entre Fuerteventura y El Hierro es la misma que entre Madrid y Barcelona, y todos se sorprendían"

P.– Pero no todo sería sencillo. Usted vivió etapas bastante complicadas, como la crisis financiera.

R.– Lo de la crisis financiera fue tremendo porque no sabíamos si España podía salir adelante o iba a ser intervenida, como Grecia y como Portugal. El PSOE y el Partido Popular me pidieron que presidiera lo que para mí fue una de las Comisiones de Investigación más importantes que ha tenido este país, que fue la de la crisis financiera. Y, además, la única que llegó a conclusiones con un gran consenso político.

Y que implicó la modificación de leyes y temas que afectaban a los ciudadanos de este país ante las entidades financieras y ante el papel de los órganos reguladores, como Banco de España, Comisión Nacional de Mercado de Valores y otras entidades.

P.– En 2012 citó la ahora reconocida frase de Montoro "Que caiga España, que ya la levantaremos nosotros". Aquello fue una auténtica crisis. ¿Cómo se vivió?

R.– El presidente Zapatero nos informa que Bruselas exige que en 48 horas España haga un recorte de 15.000 millones de euros. Y que si no se hacía ese recorte sobre la marcha, España sería intervenida. Los hombres famosos de negro vendría a nuestro país a despedir funcionarios, a bajar las pensiones, a bajar sueldos y a eliminar derechos sociales. Pero nos dijo que no había problema porque Angela Merkel le había garantizado que el PP se iba abstener para poderlo sacar el PSOE y eso nos lo ratificó dos días antes.

Pues el día anterior a la votación de ese recorte importante, nos llaman a las 00:00 de la noche a mí y a Duran i Lleida. Él y yo hablamos porque dependía de los dos. No servía que uno tomara una decisión u otra. Decidí, con el presidente de mi partido y en aquel momento de Canarias, Paulino Rivero, que aunque tuviera un coste político íbamos a ayudar a que España no fuera intervenida.

Montoro, con el que yo había tenido también muchas relaciones, se me acerca y me dice: "¿Cómo van a ustedes a salvar al Gobierno?" Digo: "No, no vamos a salvar al gobierno, vamos a impedir que España caiga". Y entonces Montoro fue cuando soltó "que España caiga, que ya la levantaremos nosotros".

Oramas, condecorada por su oratoria y conocida por intervenciones breves y combativas en Madrid, posa para la cámara de EL ESPAÑOL en el patio del Parlamento de Canarias.

Oramas, condecorada por su oratoria y conocida por intervenciones breves y combativas en Madrid, posa para la cámara de EL ESPAÑOL en el patio del Parlamento de Canarias. Estefanía Briganty.

P.– Ocho años después de consensuar esa votación con Paulino Rivero, usted rompió la disciplina de voto de su partido y dijo 'no' a la moción de censura de Pedro Sánchez. ¿Lo volvería a hacer?

R.– Sí. Yo he sido alcaldesa, diputada autonómica, diputada nacional, y te puedo decir que nunca me he encontrado a ninguna persona que me haya dicho: "Me fallaste". Nunca he votado en contra de mis convicciones, ni siquiera por disciplina de partido. Y nunca en contra de mi tierra.

Yo creía en Pedro Sánchez. Y la historia de este país hubiera sido distinta con un acuerdo con Ciudadanos. Pero, Ciudadanos, por querer dar el sorpasso al PP, nos encontramos con otras elecciones en las que la alternativa para el PSOE era pactar con Podemos. Yo me identifico con el discurso que hizo Sánchez en aquel momento, el de que iba a convocar elecciones porque no podía permitir que este país tuviera a Podemos en el Gobierno y a Pablo Iglesias como vicepresidente.

En aquella campaña electoral, cuando yo iba por los pueblos de Canarias, mucha gente retornada de Venezuela me decía: "Ana, prométeme que mi voto no va a servir para que Podemos llegue al Gobierno". Ellos habían vivido lo que era Venezuela. Y yo me comprometí públicamente con ellos.

P.– ¿Cómo definiría la última legislatura de Pedro Sánchez?

R.– Ha sido un horror. Viví la rebelión de Cataluña, cómo se pactó la intervención en aquel momento y los errores que se cometieron. Pero a mí me ha humillado la amnistía. No el indulto, que creo que es legítimo. Porque tú juzgas a una persona que ha vulnerado la legalidad de un país y la Constitución, la condenas, y un Gobierno puede tomar la decisión de indultar. Y la podemos compartir o no, pero la amnistía es distinto.

La amnistía es decir que se equivocó el Estado, que se equivocó el Congreso y el Senado, que pedimos perdón. No que les perdonamos, sino que les estamos pidiendo perdón. A mí desde luego me parece un error, porque creo que el indulto es el camino adecuado. Y que los políticos vuelvan a la actividad política. Pero pedirle perdón a gente que no está arrepentida y que dicen que lo volverían a hacer.

P.– ¿El nacionalismo y el independentismo gobiernan España?

R.– Sí. Lo que pasa que hay algunos que tenemos sentido de Estado, como somos los nacionalistas canarios y mi compañera Cristina Valido, y hay otros que van a lo suyo, como dijo Montoro: "Y si cae España, que caiga". Tú no puedes hacer que el Gobierno de un país, las políticas de un país y la gobernabilidad en general de un Estado dependan de temas ajenos a los que estás negociando.

A Pedro Sánchez le ha venido bien no tener presupuestos para no tener que hacer recortes, porque cuando uno prorroga los presupuestos tiene un ahorro de unos 20 o 30 mil millones de euros al no revisar precios, sueldos ni inversiones nuevas. Pero eso no es serio.

La exdiputada en el Congreso de Coalición Canaria, de perfil ante la grabadora, defiende la agenda canaria desde el Parlamento autonómico.

La exdiputada en el Congreso de Coalición Canaria, de perfil ante la grabadora, defiende la agenda canaria desde el Parlamento autonómico. Estefanía Briganty.

P.– ¿Ha estado a la altura la respuesta del PSOE con los casos Koldo/Ábalos, Santos Cerdán y Begoña Gómez?

R.– Los temas de corrupción son terribles. Le pasó al PP, le pasó al PSOE en la época de Felipe González y le ha vuelto a pasar ahora al PSOE cuando estamos todavía con el tema de la Gürtel. La sociedad no puede permitir temas de corrupción. Y creo que lo que no puede ser es que los juicios sean 20 años después.

Y creo que los gobiernos y los partidos tienen que erradicar eso y no ponerse a defensa numantinas, sino abrir investigaciones, llegar hasta al fondo y cerrarlas lo antes posible. Incluso personarse ellos en los juzgados.

Lo que sí me duele es lo asqueroso que es todo el tema de la prostitución, de las mujeres. Nosotros tuvimos el caso del 'Tito Berni', que está todavía en los juzgados, en mitad del confinamiento. Con mujeres pobres y prostitutas. Es una pérdida de valores absolutos. Pero lo que no puede ser tampoco es que esta sociedad esté más pendiente del tema de las amantes y de los gastos en prostitución que de la corrupción en sí. No se puede perdonar ni una cosa ni la otra, tiene que tener un coste político y tiene que haber dimisiones.

P.– En los móviles de Koldo constan nuevas conversaciones con Ángel Víctor Torres sobre compras de mascarillas y una refinería en Canarias. ¿Hay materia de responsabilidad política para Torres, más allá de lo penal?

R.– Mire, yo soy vicepresidenta del Parlamento. Aquí se ha abierto una comisión de de investigación que ya ha terminado su trabajo, pero están en este momento en fase de emitir el informe. Y por eso voy a ser respetuosa y no voy a manifestar mi opinión hasta que salga el informe. Lo que sí le digo es lo siguiente: Canarias fue donde la trama del señor Aldama y Koldo más facturó. Porque no sólo se facturaron las mascarillas, sino también todas las analíticas.

Y en este momento nadie se puede creer que eso fuera decisión de un jefe de servicio o de un director general, cuando estamos hablando de grandes sumas de dinero. Además, se contrató a la empresa Plus Ultra, relacionada también con el chavismo, para traer mascarillas a Canarias. Nadie se puede creer que en un gobierno con 11 consejeros, ninguno estuviera al tanto de las compras a dedo y de las contrataciones por 30 millones.

Que a lo mejor había que hacerlas. Pero que se justifiquen y no digan que no conocían el tema, que no conocían los expedientes. ¿Qué se llegó, al señor Koldo y al señor Aldama por iluminación divina? Y hay responsabilidades penales y responsabilidades políticas. ¿Por qué Ángel Víctor Torres dijo en un primer momento que no sabía quién era Aldama, luego reconoció que se había reunido...?

P.– ¿Ha quedado manchada la imagen institucional de Canarias?

R.– La institución no creo. Lo que sí, el PSOE impidió en su momento la salida de un informe de la Audiencia de Cuentas que criticó estas contrataciones, también impidió que se creara aquí una comisión de investigación, que ahora se ha podido crear ya que los socialistas no tienen mayoría en esta comunidad autónoma.

La dirigente de CC, de frente y sin titubeos, repasa su trayectoria del municipio a la tribuna nacional y su vuelta a la política autonómica

La dirigente de CC, de frente y sin titubeos, repasa su trayectoria del municipio a la tribuna nacional y su vuelta a la política autonómica Estefanía Briganty.

P.– Hablemos de otras cuestiones. La ruta canaria se ha visto bastante reducida, según Frontex.

R.– Hace sólo una semana han llegado mil personas. Así que todo eso se ha venido abajo. Canarias tiene en este momento proyectos de cooperación con Mauritania, Marruecos, Senegal. Y, sobre todo, tenemos información, de qué movimientos está habiendo por África.

El tema de la inmigración es muy cómodo para el PSOE y para el PP. Y también para la Unión Europea. Porque tienen unas islas jaula. Nosotros somos la frontera sur de Europa. Los inmigrantes no vienen con propósito de quedarse en Canarias. Y nosotros no tenemos tanta capacidad de acogida.

P.– ¿Qué se le pide a Madrid y a Bruselas?

R.– Madrid no destina recursos ni tampoco se le paga a Canarias lo que le cuesta a su sanidad y a sus servicios sociales la acogida de menores. Ni tampoco se está aceptando los recursos que le han dicho al presidente de Canarias tanto la presidenta Von der Leyen como la comisaria de Frontex.

Porque no es prioritario para el Gobierno socialista y tampoco para el Partido Popular. La inmigración es prioritaria como arma política, no como un problema de solucionar. Sánchez debió haber llevado a la Cumbre Europea el tema de la la inmigración en Canarias, lo del cambio de hora es humillante.

P.– ¿Cómo describe lo que ocurre en los muelles de Canarias?

R.– Es un drama humanitario, fundamentalmente es un drama humanitario. No hay pueblo más tolerante que el canario. La Isla del Hierro, con 15.000 habitantes, tiene 300 menores no acompañados, y Madrid sigue sin pagar lo que cuesta a la sanidad y a los servicios sociales de las islas ese esfuerzo cotidiano.

P.– ¿Cómo influye la memoria emigrante de Canarias en el debate actual sobre acogida?

R.– Los canarios fuimos emigrantes. Hay 100.000 en Venezuela, todavía quedan 6.000 nacidos en Cuba. Canarias no tiene capacidad de acogimiento de ningún tipo… Nosotros tenemos una economía de servicios… y no tenemos territorio. El adulto que pisa El Hierro o Tenerife estará dentro de seis meses en Barcelona, en Bilbao, en Madrid; dentro de ocho, en París; y dentro de un año, en Múnich.

"Habría que cambiar las leyes para que todos los presidentes de España, todos los ministros, todos los diputados y todos los senadores, tengan que pasar por un ayuntamiento"

P.– ¿Qué falta para tener un grupo propio en el Congreso otra vez?

R.– Primero, unión del nacionalismo. Estuve con Guadalupe González Taño, diputada de Coalición Canaria, con María Fernández y con José Luis Pérez Tello. Después con Pedro Quevedo, de Nueva Canarias [izquierda nacionalista] también estuve dos legislaturas.

Coalición Canaria tuvo cuatro diputados y seis senadores. Teníamos grupo en el Senado y en el Congreso. Canarias tiene 15 diputados. Ahora los diputados canarios del PP son muy valientes porque gobierna Pedro Sánchez. Pero cuando vienen los suyos, tenemos diputados mudos.

Canarias ha avanzado gracias al nacionalismo canario. Y además, sin ningún agravio con ninguna comunidad autónoma. En este momento yo creo que se están dando los mimbres para que dentro de dos años, o cuando sean las elecciones generales, el nacionalismo canario vaya unido.

Ana Oramas, de pie en el patio de Santa Cruz, reivindica la hoja canaria: vivienda, servicios y control de las adjudicaciones de pandemia.

Ana Oramas, de pie en el patio de Santa Cruz, reivindica la hoja canaria: vivienda, servicios y control de las adjudicaciones de pandemia. Estefanía Briganty.

P .– Usted en Madrid pactó con el PSOE en su momento y con el PP en otro. ¿Eso era una cuestión de centrismo o de mero interés?

R.– Nosotros [Coalición Canaria] no vamos a Madrid para estar en la oposición. No somos independentistas, no queremos ser más que nadie. Vamos a Madrid a que se cumplan los derechos de los canarios.

Canarias vive del turismo y de la agricultura. No tenemos industria, no tenemos grandes empresas y eso hace que sean los sueldos más bajos, las pensiones más bajas. Todo lo que era bueno para los ciudadanos de España y Canarias, independiente de quien lo propusiera, lo escuchamos y lo apoyamos.

P.– Por terminar. Empezó muy joven en Santa Cruz. Después, Gobierno, diputada autonómica y siete legislaturas en Madrid. ¿Cuál fue la etapa que más ha disfrutado?

R.– La que fue más dura, pero la que más satisfacción me dio, fue la de ser alcaldesa de La Laguna. Esos 12 años fueron apasionantes. Eran 24 horas de jornada siete días a la semana. Pero en un Consistorio es donde tomas decisiones que cambian de manera directa la vida de las personas. La gente va a ver al alcalde y al Ayuntamiento cuando no sabe dónde ir.

Y ser alcalde te marca. Es apasionante, pero te exprime todo, te saca todo, no tienes vida. El día de Reyes, en vez de estar con tu niña, estás con los bomberos. El día de Navidad, estás en la cena de la policía que está de guardia. Te llaman a las 02:00 porque se ha caído un edificio. Tienes las reuniones con los vecinos en los barrios.

P.– Hace justo un año entrevista a Miguel Ángel Revilla. ¿Nunca se retirará, como él, o ya tiene una fecha?

R.– Yo nunca he estado más de 12 años en ningún puesto. Podía haber seguido de alcaldesa, pude haber seguido en el gobierno de diputada hace 30 años, podía haber seguido de diputada en Madrid, pero el volver se lo pedí yo a Fernando Clavijo. Venirme para Canarias fue por temas familiares pero también porque creía que había cubierto ya una etapa. Yo creo que en la política hay que saber dejar paso y dar oportunidad a la gente joven, que sean ellos los que decidan el futuro de este país y de Canarias.