La veterana de guerra, María Koltakova, a la izquierda, con sus medallas, y a la derecha, tras conducir un T-72.

La veterana de guerra, María Koltakova, a la izquierda, con sus medallas, y a la derecha, tras conducir un T-72.

Reportajes

Muere con 104 años la 'abuela de hierro', María Koltakova: pilotó un tanque, luchó contra Hitler y ganó 16 récords

Esta veterana de la Segunda Guerra Mundial saltó a la fama en 2015, cuando entró en el Libro Guinness por ser la rusa más mayor en saltar en paracaídas, practicar buceo y conducir un blindado con más de 90 años.

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Los 104 años de vida de María Koltakova podrían servir para protagonizar una película de Quentin Tarantino. Esta ciudadana rusa ha fallecido este domingo, cerrando una biografía marcada por su participación en la Segunda Guerra Mundial en las filas del Ejército Rojo y por los 16 récord Guinness en deportes extremos que batió siendo anciana.

El gobernador de la región rusa de Voronezh, Alexandr Gúsev, ha dado a conocer esta noticia a través de su cuenta de Telegram: "Cuando nos abandona una persona como esta, todo el planeta se torna más pobre. María Koltakova era una personalidad legendaria".

Ese calificativo no es una exageración, porque tal y como ha recordado el gobernador, Koltakova participó "heroicamente en la Gran Guerra Patria (la Segunda Guerra Mundial), defendiendo Voronezh".

Esta veterana conocida en su país como 'la abuela de hierro' nació en 1921, en Voronezh, y vivió unos años muy complicados para la Unión Soviética. Con solo 20 años, en 1941, la Alemania de Adolf Hitler invadió su país.

Ante el rápido avance germano, el gobierno comunista comenzó una fuerte campaña propagandística para lograr un alistamiento masivo y expulsar a los invasores. María Koltakova respondió al llamamiento presentándose uniéndose voluntariamente al Ejército Rojo.

María Koltakova, recién alistada al Ejército Rojo, en plena Segunda Guerra Mundial.

María Koltakova, recién alistada al Ejército Rojo, en plena Segunda Guerra Mundial. @veteranmariakoltakova

"Recuerdo cómo el 22 de junio (de 1941), todos se reunieron para tomar el té, y luego escuchamos el discurso de Molotov sobre que Alemania atacó a la Unión Soviética sin declarar la guerra", relató ella misma en sus redes sociales.

"Nos inscribimos en la 303 División de Voluntarios Siberianos, que se formó en el territorio de Kuzbass. Nos graduamos de los cursos de enfermería y fuimos a la guerra".

Durante su servicio, participó en la batalla de Kursk, y en las operaciones de liberación de Ucrania, Polonia, Checoslovaquia... Hasta que fue herida a solo 60 kilómetros de Berlín, cuando el Ejército Rojo se encontraba a punto de derrotar a las tropas de Hitler.

"El final de la guerra fue inesperado", relató ella misma en un post realizado en su perfil de Facebook.

"Sin fuerzas, me apoyé en un árbol, no podía creer que fuera verdad. Caminábamos por las calles de Praga y los lugareños nos regalaban flores, nos ofrecían cerveza, nos invitaban a sus casas. Nunca había habido tanta alegría como ese día".

Su valiente participación no pasó inadvertida para la cúpula del régimen comunista, que la convirtió en una heroína nacional y se la premió con distintas condecoraciones.

María Koltakova (segunda por la derecha, fila de arriba), junto a sus compañeros del equipo sanitario del Ejército Rojo del que formó parte.

María Koltakova (segunda por la derecha, fila de arriba), junto a sus compañeros del equipo sanitario del Ejército Rojo del que formó parte. @veteranmariakoltakova

Y es que, según rememoraba ella misma, rescató del campo de batalla a más de 300 soldados heridos.

"Sacábamos a los heridos del campo de batalla a gatas, a pie, corriendo, bajo una lluvia de balas y metralla, los arrastrábamos como si fueran un tesoro precioso", relató en un post realizado en Facebook.

"En 1942, el general Iván Chernyakhovsky me entregó la primera medalla. De las 250 chicas de mi compañía sanitaria, hoy solo quedo yo".

Pero, para ella, el horror de la guerra no terminó con la caída del Tercer Reich. Tras el final de la contienda que había enfrentado a las potencias europeas, la Unión Soviética decidió intervenir contra el Imperio Japonés conquistando las Islas Kuriles, en el Pacífico.

Koltakova no solo vivió las consecuencias de un conflicto en sus carnes propias, sino que también tuvo que afrontar la pérdida de su hermano.

"Todos entendían que la guerra había terminado y que era un momento histórico. Nadie imaginaba que muchas divisiones serían trasladadas al frente del Lejano Oriente y que, tres meses después, comenzaría otra guerra, esta vez contra Japón. Y que mi hermano mayor, Zhenya, moriría en esa guerra y que nunca más lo volvería a ver", escribió en Facebook.

16 récord Guinness

Con el final definitivo de la Segunda Guerra Mundial, Koltakova consiguió una gran popularidad en su país. Incluso en la Rusia actual seguía siendo una persona muy respetada por encarnar los valores del ciudadano que no duda en alistarse para defender a su país.

Algo que al régimen de Putin le viene especialmente bien en estos tiempos, teniendo en cuenta el complejo conflicto que mantiene con Ucrania.

Pero a Koltakova no la conocen como 'la abuela de hierro' solo por su papel en la contienda. Y es que esta mujer volvió a saltar a la fama en 2015, con 94 años, al entrar en la historia del Libro Guinness por haber batido 16 récords como la persona más mayor en participar en distintos deportes extremos.

María Koltakova, en el asiento del piloto de un tanque T-72.

María Koltakova, en el asiento del piloto de un tanque T-72.

Dos de ellos, entre 2015 y 2021. Se convirtió en la persona de mayor edad en saltar en paracaídas en Rusia. Pilotó simuladores de los cazas de combate Su-34. Practicó buceo, vuelo en globo aerostático, ala delta y bodyflight...

Y por si fuera poco, pilotó un tanque. Concretamente, un T-72, de los que se ven muchos en combate en los campos de batalla en Ucrania. Y todo ello, con más de 90 años.

Con su partida, no solo se fue un tesoro histórico, también un referente que demuestra que la edad solo es un estado mental.