Francesc Torralba, filósofo: "La cultura digital ha fomentado el narcisismo entre los jóvenes"
Francesc Torralba, filósofo: "La tendencia a hacerse 'selfies', exhibir el 'yo', el cuerpo y los viajes, es narcisista"
Nacido en Barcelona el 15 de mayo de 1967. Doctorado en Filosofía, Teología, Pedagogía, Historia, Arqueología y Artes Cristianas. Actualmente es catedrático en la Universitat Ramon Llull.
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El mito griego de Narciso nunca había sido tan verídico, sobre todo en una sociedad en la que muchos jóvenes viven bajo el paraguas de sus padres y de las redes sociales. Al igual que Narciso, habitan en una burbuja en la que necesitan admiración y beneplácito por parte del resto. El narcisismo es un término que a lo largo de la historia del psicoanálisis ha sido dotado de diversos significados.
Una personalidad narcisista puede estar formada por más de un factor, pero uno de gran calado reside en los límites que los padres establecen en la educación de sus hijos. Las consecuencias que puede acarrear una educación excesivamente laxa o permisiva en la formación o personalidad pueden propiciar este tipo de comportamientos.
"No hay vida humana sin contrariedades, algunas son minúsculas, otras mayúsculas, pero cualquier proyecto académico, económico, deportivo o familiar exige enfrentarse a ellas. Es indispensable formar el carácter y la persona para poder hacerlas frente”, explica Francesc Torralba en conversación con EL ESPAÑOL.
Francesc Torralba, filósofo y autor de más de 2000 artículos y 100 libros.
Por eso, es importante que esa fase de formación mantenga un equilibrio. “Una educación donde todo valga, donde no haya límites, todo se permita, no haya exigencia, esfuerzo, frustración y fracaso, es un error”, argumenta Francesc. Además, añade que “la contrariedad, a pesar de que no la buscamos y no nos gusta, educa, porque exige trabajar la inteligencia, la disciplina, la imaginación y la cooperación”.
Agrega que el narcisismo “significa estar enamorado de uno mismo, ponerse en el centro, olvidarse de los demás”. Por eso Francesc expresa que “esta tendencia de convertir al niño en el centro, de decirle que sí a todos sus deseos, le hace mucho daño, porque en la vida real hay frustración, hay decepción y no les preparamos para asumirlo”.
Es muy importante que los hijos estén preparados para todo lo que se van a encontrar cuando se les de mayor libertad, para cuando tengan que empezar a “echar a volar”. Francesc considera que “hay que preparar a los hijos para combatir, desarrollar su inteligencia, imaginación y esfuerzo”.
Un término inglés que se está empleando mucho últimamente es el de burnout que en español quiere decir algo así como síndrome del trabajador quemado. No todo el mundo que vive en una burbuja es susceptible de padecerlo, pero es más posible que eso suceda si no se está preparado para encontrar adversidades.
El desafío de educar
El filósofo catalán añade “que cuando viene la vida real fuera de esa burbuja y no se tienen ni las herramientas, ni la resiliencia, ni la constancia, ni la capacidad para levantarse, son varias las personas que se desmoronan. Yo lo veo en la universidad, lo vemos en bachillerato y a veces llegan a la autodestrucción y el suicidio”.
Precisamente, para evitar estas situaciones hay que saber mantener una estabilidad y Francesc considera “que hay dos extremos a evitar, la libertad total y por otro lado la vigilancia o hiperprotección”. En el primer caso, sucede que los niños pueden acceder a contenidos inapropiados. En la segunda casuística, lo que sucede es que muchos jóvenes no son capaces de ser autosuficientes.
Lo que sucede con esta situación es que “no dejas que el joven pueda crecer y equivocarse” como explica Francesc. Además, añade “que la clave siempre está en el punto equidistante, que es el más difícil”. Y a través de la metáfora explica que a veces lo que sucede es que “no cortas el cordón umbilical”.
El auge del narcisismo juvenil
Cuando Francesc es preguntado sobre si ha notado un aumento de los jóvenes narcisistas, lo afirma y cita a estudiosos que lo vienen diciendo desde hace 30 años como Gilles Lipovetsky, Christopher Lasch o Helena Béjar y pone el foco sobre la exhibición del yo por las redes.“Esa tendencia de hacerse selfies, exhibir el yo, el cuerpo, mis viajes, la pizza que me como, es narcisista, explica el filósofo catalán.
Por otro lado, añade que es “un narcisismo ficticio, porque el individuo se proyecta con una imagen que muchas veces no es real, crea y muestra un yo perfeccionado". Además, Francesc argumenta que "vivimos en una sociedad que exhibe sus logros y si no los tienen, se los inventan”.
Y todo esto lleva a la gente a un punto peligroso de individualización. Francesc explica que “vivimos en la sociedad del yo y que el nosotros ha muerto”. Y reflexiona sobre la educación, de la que cree que “debería estimular la cultura del nosotros, así como la humildad”.
Francesc Torralba, miembro de honor del Consejo Superior Europeo de Doctores y Doctores Honoris Causa.
Padres exigentes y posesivos
Algo que no ayuda son los padres que están muy encima de sus hijos, Francesc añade que “muchas veces lo que quieren es exhibir a sus hijos. Y eso para el hijo es terrible porque tiene que cumplir las expectativas de su padre y de su madre”.
Se produce una relación posesiva padre-hijo, el filósofo cree que la actitud debe ser otra mucho más comprensiva. “Nosotros estamos aquí para que tú desarrolles tu proyecto de vida y te vamos a ayudar a hacerlo realidad. Y te vamos a acompañar”, argumenta Francesc.
Sin embargo, existe también el polo opuesto de hijos con padres y madres ausentes. “Al final te sientes abandonado, que no cuentas para nadie, que les da igual que estés aquí o estés allá. No sabes con quién habla, no sabes lo que consulta porque está en una habitación sin paredes, está en medio del mundo”, expresa Francesc.
Un escenario peligroso, teniendo en cuenta personajes peligrosos como los pederastas, organizaciones terroristas… Para Francesc, un factor muy importante en esas edades jóvenes es "la madurez" y añade que “hay que saber alternar el sí y el no”.
Precisamente, al hablar del laxismo de algunos padres con sus hijos, argumenta que “decirle siempre que sí a un hijo, no es educativo”, pero que a su vez “decirle que no continuamente es hacerle sentir en una cárcel”. Es muy importante que se produzca un consenso entre los padres, porque “si no, uno es el bueno de la película y el otro es el malo, concluye Francesc.