A la izquierda, la habitación 107 del hotel de Lombok en el que se alojaba temporalmente Matilde Muñoz Cazorla; a la derecha, una imagen de uno de sus viajes cedida por la familia.

A la izquierda, la habitación 107 del hotel de Lombok en el que se alojaba temporalmente Matilde Muñoz Cazorla; a la derecha, una imagen de uno de sus viajes cedida por la familia. Cedidas.

Reportajes

La familia de Mati Muñoz señala las contradicciones del personal del hotel de Lombok: "Están metidos en el ajo"

Alteraron la fecha de la desaparición, se equivocaron de bungaló a la hora de conducir a la policía, rompieron el candado de la puerta y retiraron su moto.

Más información: Las 5 incógnitas del 'caso Mati Muñoz', la gallega desaparecida en Lombok: el personal del hotel contradice sus versiones.

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Las incógnitas se acumulan en el caso de Matilde Muñoz Cazorla, la exazafata y profesora de yoga gallega de 72 años que desapareció durante su estancia en Lombok, Indonesia, el pasado 1 de julio. 58 días después, las autoridades de la región, que iniciaron las pesquisas el 13 de agosto, no han encontrado ningún sospechoso ni realizado ninguna detención, a pesar de que el personal del hotel Bumi Aditya, en el que se alojaba Mati, ha dado numerosas versiones contradictorias, según indica la familia.

"Sospechamos del hotel", asegura Elena Herranz, familiar de Matilde, en conversación con EL ESPAÑOL. "Sólo hay contradicciones por su parte. Hay dos empleados que saben lo que ha pasado o que están metidos en el ajo. Creemos que alguien entró en la habitación estando ella, de noche, y que le hicieron algo y se llevaron todas sus cosas. Se pensaban que a Matilde, como no está casada ni tiene hijos, nadie la iba a reclamar. Pero se han visto desbordados y no saben qué hacer".

El personal del hotel dijo primero que Matilde había desaparecido el 2 de julio; después corrigió al 1 de julio. Tras varios días sin saber de ella, la contable y recepcionista, Mala, a quien la española conocía bien porque ya se había alojado otras veces en el Bumi Aditya, dijo haber recibido un mensaje de WhatsApp de Matilde. En él, la gallega aseguraba estar en Laos.

Matilde Muñoz Cazorla en una imagen cedida por su familia.

Matilde Muñoz Cazorla en una imagen cedida por su familia. Cedida

Sin embargo, la familia niega que esa fuera la forma de escribir de Mati Muñoz, ya que ella sabía un perfecto inglés. También argumenta que ella no tenía previsto viajar a ese país y que, de hecho, el 24 de julio Matilde tenía organizado un viaje a Bangkok (Tailandia).

Mala también aseguró en primera instancia que, el 1 de julio, Matilde había pagado por adelantado la extensión de su estancia en Lombok hasta el 20 de julio; sin embargo, en los registros del hotel estaba escrito que el pago lo hizo el día 5 de julio.

El 6 de julio fue el último día en el que Matilde figuró en los registros del Bumi Aditya. Algo que no tiene sentido si Mala sabía que, según los mensajes de Mati, o de la falsa Mati, ella podía estar en Laos e iba a volver unas semanas después, pues tenía todo pagado hasta finales de mes.

El 23 de agosto marcó un antes y un después en las pesquisas. Tras casi dos meses desaparecida y al menos tres denuncias interpuestas –dos en España y una en Indonesia–, la policía de Lombok encontró las pertenencias de Mati Muñoz en la basura del establecimiento. Entre ellas había algunas anotaciones, tarjetas de contactos, sus sandalias y toda su ropa.

No estaban ni su pasaporte ni su teléfono móvil. Tampoco las dos tarjetas de crédito cuyo duplicado había solicitado pocos días antes de su desaparición y que su suegro le hizo llegar desde España, pues las había perdido en un viaje a Sumatra, en Malasia.

"Matilde tenía el dinero en efectivo porque había recibido sus tarjetas. Pero Mala le dijo que, por favor, pagase con transferencia. Matilde lo hizo. El hotel sabía que llevaba dinero en efectivo. No sabemos cuánto había sacado ni si, después, han llegado a extraer dinero de las tarjetas. En cualquier caso, era una persona muy austera, se gastaba su dinerito en vivir allí y en darle de comer a los perros callejeros", señala su familia. "Todo esto es muy triste. Ella nunca había hecho daño a nadie".

Mati Muñoz con unos amigos.

Mati Muñoz con unos amigos. Cedida.

Llegados a este punto surgen numerosas incógnitas. ¿Existe la posibilidad de que Mati Muñoz viajara realmente fuera de Indonesia? ¿Por qué tardaron en aparecer sus pertenencias y lo hicieron, precisamente, en el mismo hotel donde residía? ¿Por qué había un candado puesto en la puesta de la septuagenaria que fue reventado días después? ¿Por qué el personal indicó a la policía que el bungaló era el 111 y no el 107, que era donde realmente residía Matilde?

El misterio de Laos

Es una de las primeras incógnitas del caso. Tras la desaparición de Matilde, la contable del hotel, Nurmala 'Mala' Hayati, le escribió el 5 de julio preguntándole dónde estaba. El día 6 de julio, asegura la recepcionista, recibió un mensaje de WhatsApp que, supuestamente, le había enviado Mati, en el que la española decía estar en Laos y confirmaba que estaría de vuelta "en dos semanas".

"Estoy preocupada. Creía que te había pasado algo", le contestó Mala. Y Mati, o la falsa Mati, le respondió: "No, no, me olvidé de decírtelo porque iba con prisas".

Este movimiento no tiene ningún sentido según la familia de la ferrolana, principalmente porque no había comunicado a absolutamente nadie ninguna intención de viajar a Laos. Sólo tenía previsto desplazarse a Bangkok el día 24 de julio. Además, la moto de Matilde seguía estacionada en el aparcamiento del hotel, y ese es el principal medio de transporte que utilizaba para desplazarse.

Asimismo, la Policía ha confirmado que no hay detalles de que Matilde Muñoz hubiera cogido ningún transporte aéreo ni marítimo. Sudiaji Gare, encargado de gestionar su permiso migratorio, declaró que no existen registros de salida del país a nombre de Matilde Muñoz y que su visado sigue activo hasta noviembre.

El candado y la moto

"Matilde siempre cerraba la puerta de su habitación con su candado. Era muy importante para ella", señala Herranz. "No se hubiese ido sin eso. Además, unos días después, una amiga argentina de Matilde dijo que Mala le había escrito para pedirle permiso para abrir el candado". Como prueba, le enseñó una captura de pantalla de una conversación entre Mala y la supuesta Matilde.

Mala nunca envió a la amiga argentina de Matilde la foto directamente, sino un pantallazo de la conversación. "Primero nos dijeron que tuvieron que romper el candado; luego resulta que las llaves del candado estaban en la recepción del hotel. ¡Ella se habría llevado las llaves! Si Matilde les dijo que se iba a Laos ese día 6, lo cual es imposible, pero si verdaderamente ella se lo hubiese dicho, ellos sabrían que volvería. Pero sabían perfectamente que no iba a volver".

A la izquierda; conversación en la que una supuesta persona que se habría hecho pasar por Matilde decía estar en Laos; en el centro, la foto del coche de policía con el que Mala argumentó haber ido a la comisaría a poner la denuncia; a la derecha, el candado que el hotel rompió para entrar en la habitación de Matilde Muñoz.

A la izquierda; conversación en la que una supuesta persona que se habría hecho pasar por Matilde decía estar en Laos; en el centro, la foto del coche de policía con el que Mala argumentó haber ido a la comisaría a poner la denuncia; a la derecha, el candado que el hotel rompió para entrar en la habitación de Matilde Muñoz. Cedidas por la familia

Además, la familia asegura que siempre que se iba de viaje, Matilde dejaba en la recepción de los hoteles –repetía en los mismos de forma asidua– una caja grande con pertenencias que no quería llevar consigo. "Eran cosas pesadas, como un hornillo. Pero todas han desaparecido. No había nada en las pertenencias que encontraron".

La moto que Matilde Muñoz había alquilado para desplazarse por Lombok ha generado otro quebradero de cabeza. Ella la había dejado aparcada en el parking del hotel y, por tanto, nadie se explica por qué unos días después el personal del Bimi Aditya llamó a la empresa de alquiler para que la retirara de allí.

Una denuncia que no ocurrió

"Las pocas conversaciones que hemos tenido con el hotel han sido con la contable, Mala. Mi cuñado, que es el representante de la familia, se puso en contacto con ella, le explicó que mi tía había desaparecido y le rogó que fuese a la comisaría de Lombok para denunciar la desaparición".

Según la versión de Herranz, Mala habría mandado a la familia una foto de un coche de policía para certificar que había ido a comisaría. Sin embargo, aseguró que, al no ser familia, no podía denunciar. "Así que llamamos al abogado que le tramitaba a Matilde la visa, que estaba extrañado de que no se pusiera en contacto con él, porque hablaban casi diariamente. Él fue a comisaría y pudo denunciar".

Matilde Muñoz en una imagen de archivo.

Matilde Muñoz en una imagen de archivo. Cedida

La habitación incorrecta y la TV

Según ha explicado el escritor Joaquín Campos, que investiga el caso sobre el terreno, el personal del hotel habría dirigido a las autoridades a examinar el bungaló 111 cuando en realidad Mati Muñoz residía en el 107. Esto, según señala la familia, lo habrían hecho para despistar a las autoridades, y de no ser por la presencia del español en Lombok, probablemente "los habría engañado".

"También tenemos fotografías de Matilde en su habitación. Siempre estaba súper ordenada y limpia. Pero ahora está sucia, todo manga por hombro. En una de las fotos viejas hay una televisión. Ahora, misteriosamente, ya no hay tele. Ellos dijeron que la habitación de Matilde nunca la había tenido, pero en las fotos que nos mandó ella claramente se puede ver que sí había una".

Según sospecha el escritor Joaquín Campos, esto podría deberse a que, si la versión de la que sospecha la familia es cierta –es decir, que hubo un robo nocturno–, pudo producirse algún forcejeo durante el cual se rompiera el aparato. El personal del hotel podría haberla retirado posteriormente para ocultar pruebas. No obstante, esto no deja de ser una mera hipótesis.

En cualquier caso, las numerosas contradicciones del personal del hotel han despertado la alarma tanto de la familia como de las autoridades, que han interrogado a sus cuatro empleados pese a no haberlos detenido. "Por parte de la policía de Lombok no sabemos nada. No les interesa. Es una desaparición. Aunque ellos lo piensen, no van a decir que se ha cometido un acto criminal", señala Herranz.

A la izquierda, fotografía que Matilde le hizo a su habitación; a la derecha, estado actual de la habitación 107, sin la televisión.

A la izquierda, fotografía que Matilde le hizo a su habitación; a la derecha, estado actual de la habitación 107, sin la televisión. Cedidas por la familia

El siguiente paso, señalan las fuentes, es geolocalizar el teléfono de Matilde. "Esta mañana el consulado de Jakarta nos ha llamado para decirnos que se han puesto en contacto con la policía y que van a geolocalizar el teléfono". Así podrán saber cuáles fueron los últimos movimientos de Matilde el día de la desaparición y, esencialmente, los de los días siguientes.

Herranz asegura que la última comunicación de Matilde con su familia fue el 29 de junio. "Mandó un WhatsApp a mi suegro. El 98% de lo que mandaba era a través de audios. Era una felicitación de cumpleaños. El día 1 sabemos que habló con su amiga en Bangkok. Desde entonces, se le perdió la pista".