El vídeo previo al accidente que terminó con la vida de Amira, la niña de 2 años electrocutada en Murcia: "Dios cogerá al feriante"

El silencio que reina en la casa donde Yasmín y su esposo, Mansour, habían sido acogidos por una compatriota argelina que reside en la pedanía murciana de El Raal, resulta tan desgarrador, que se te quiebra el alma. "Los padres no pueden hablar porque vieron morir a su hija", tal y como advierte Adel, tío de la pequeña, de 2 años, que perdió la vida electrocutada en la atracción de las Camas Locas en las Fiestas de San Juan Bautista de Alquerías.

Este argelino ejerce de portavoz de la familia con EL ESPAÑOL porque los padres están desolados por tan terrible pérdida y porque no dominan el castellano. "Ellos solo llevan unos cuatro meses viviendo en España", según precisa Adel.

Mansour y Yasmín residían en Argel, marcada por una medina con calles sinuosas y empinadas y palacios otomanos que miran a la costa mediterránea. El matrimonio, como tantos otros inmigrantes, se marchó de la capital de Argelia con el corazón cargado de sueños, para buscar un trabajo con el que ofrecer un futuro esperanzador para sus dos hijos: el primogénito, de 6 años, y Amira, una princesa que el próximo 11 de julio iba a cumplir dos amitos.

"El sábado, mi sobrina estaba en Alquerías porque yo vivo allí y son las fiestas". Yasmín solo quería ver jugar y divertirse a sus dos hijos en las siete atracciones infantiles instaladas en un parcela, frente al centro de salud de la citada pedanía murciana, a cuatro kilómetros de la casa de El Raal donde una compatriota había acogido a esta familia de argelinos.

Adel confirma a este diario que su sobrina, Amira, con solo 1 añito y 11 meses, perdió la vida electrocutada en las camas elásticas porque recibió una descarga eléctrica durante la madrugada del domingo, cuando se agarró al marco de la puerta de la atracción, para salir y reunirse con su madre: Yasmín. De hecho, en ese momento, Yasmín se encontraba con Fátima, la mujer argelina que acogió al matrimonio en su casa de El Raal y cuya hija, de 8 años, también recibió una descarga al tratar de prestar auxilio a su nueva amiga. Ella, por suerte, se salvó.

"Ya hemos contratado a una abogada para tirar para delante con el proceso legal", tal y como recalca el tío de la menor fallecida. "No hemos perdido una móvil, hemos perdido a una niña y esperamos una respuesta de la Justicia española como cualquier otro ciudadano de este país".

De momento, la portavoz de la Guardia Civil confirma que "no hay ningún detenido ni ningún investigado" en las diligencias abiertas por el Juzgado de Instrucción número 9 de Murcia, por un delito de homicidio imprudente, y por lesiones imprudentes, debido a que otros tres menores de edad tuvieron que recibir atención médica al sufrir descargas eléctricas en las Camas Locas. Tanto la niña argelina, de 8 años, con la que jugaba la difunta Amira, como otros dos niños que eran primos, de 11 y 12 años.

El marco de la puerta de la atracción de las Camas Locas donde se agarró Amira y murió electrocutada.

"Yo confío en la Justicia. Si aún no han cogido al feriante, ya lo harán, y si no, pues hay un Dios que ya lo cogerá", reflexiona Adel, quitándose las gafas de sol, para limpiarse las lágrimas de dolor, rabia e impotencia que invaden a toda la familia.

La conversación con el periodista se interrumpe porque del patio de la casa de El Raal donde ha sido acogido este matrimonio de Argelia, sale al exterior Mansour, para recibir el pésame del periodista y aclarar con la traducción de Adel que ni él ni su esposa tienen fuerzas para atender a nadie.

"Este lunes tenemos que ir al Instituto Anatómico Forense para comenzar con los trámites de repatriación de Amira, para enterrarla en Argel, con la ayuda del Consulado de Argelia", según aclara el tío de la pequeña. "Después nos vamos a reunir con la abogada porque los padres de Amira no han declarado ante la guardia Civil".

Familia honrada

EL ESPAÑOL ha podido acceder a un vídeo grabado justo antes de que se produjera la fatídica electrocución de la menor. Tanto la difunta Amira, como su amiga argelina, de 8 años, junto a otros dos niños que son primos, de 11 y 12 años, respectivamente, saltan y ríen en las camas elásticas, totalmente despreocupados y ajenos a la tragedia que se iba a producir solo unos segundos después.

Aquella madrugada del domingo, se acabó el sueño español de Yasmín, la madre de Amira, y de Mansour, su padre, que lleva cuatro meses buscando tajo en el campo, como jornalero agrícola, para sacar adelante a una familia honrada sacudida por la tragedia. En Alquerías se han decretado tres días de luto oficil y se han suspendido los actos de las Fiestas de San Juan Bautista. 

Un gesto que no calma la pena por la injusta muerte de Amira: una niña a la que le encantaba jugar con una bebé a la que llamaba 'Bubú', que montaba historias con su tres muñecas de Barbie y que apenas había aprendido a chapurrear alguna palabra en castellano, como "hola" y "adiós", a base de ver los dibujos de Boing.  

De momento, la Guardia Civil baraja como una de las hipótesis de esta tragedia un problema técnico en la toma de tierra del cuadro de luz de la atracción de las Camas Locas donde las risas se tornaron en llanto la madrugada de este domingo.