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Robert Francis Prevost Martínez, el papa León XIV, fue prior general de la Orden de los Agustinos entre 2001 y 2013. En 2004, viajó a la Diócesis de Calahorra. Su obispo lo acompañó a conocer sus ciudades, sus monasterios, los trabajos de aquellos hombres y mujeres que labraban sus campos y cultivaban sus vides. Así fue como el hoy Sumo Pontífice conoció a José Luis Heras Cordón, que desde hacía tres años ya era el único bodeguero español que figuraba como proveedor oficial del Vaticano.

"León XIV conoce bien nuestro producto porque ya llevamos 23 años suministrándoselo a la Santa Sede", explica Heras Cordón a EL ESPAÑOL desde su bodega en Fuenmayor. "Su círculo cercano nos ha comentado que le gusta el vino español. Además, él mismo estuvo aquí, in situ, en la bodega. Es una alegría que alguien tan humilde represente a la máxima figura de la Iglesia católica a nivel mundial".

Escribía Marguerite Yourcenar, dando voz al emperador Adriano, que el vino era el responsable de iniciar al ser humano en los misterios volcánicos del suelo y en sus ocultas riquezas minerales. "Una copa bien absorbida bajo el sol o en una noche de invierno, en un estado de fatiga que permite sentir en lo hondo del diafragma su cálido vertimiento, es una sensación casi sagrada, a veces demasiado intensa para una cabeza humana". Fue el papa Juan Pablo II quien entendió bien esa sacralidad del tanino y de la uva, causante, tras su hechizante fermentación, de ardientes dispersiones arteriales, y por eso escogió uno de los mejores lugares del mundo para encontrar a un proveedor a la altura de la vinoteca vaticana: un riojano.

¿Cómo llegó Heras Cordón a conquistar el Vaticano? Corría el año 2001. José Luis estaba pletórico, pero aún no sabía que lo mejor estaba por llegar. Llevaba seis años de obras para construir el nuevo edificio de sus bodegas. Pero ya estaba listo: una majestuosa 'cabaña' hecha de piedras de ferrocarril abandonadas en el siglo XIX, con 10 metros subterráneos para las barricas de crianza y un enorme portón restaurado procedente de un monasterio de clausura en ruinas de Segovia.

Su familia, católica, tradicional, llevaba 130 años produciendo vino, pero él tuvo que llegar para reformar el negocio, potenciarlo, exportarlo; en suma, modernizarlo. Hoy posee 50 hectáreas de viñedo en propiedad, todos ellos en subzonas de gran prestigio y calidad. En la Rioja Alta (Fuenmayor, Cenicero y Navarrete) y en la Rioja Alavesa (Laguardia, Elciego y Lapuebla de LaBarca).

Detalle de la etiqueta de los ejemplares de Heras Cordón, el único vino de Rioja introducido en el Vaticano, elaborado para S. S. Francisco y seleccionado por Benigno Polo, presidente de la Academia del vino de Castilla y León.

Detalle de la etiqueta de los ejemplares de Heras Cordón, el único vino de Rioja introducido en el Vaticano, elaborado para S. S. Francisco y seleccionado por Benigno Polo, presidente de la Academia del vino de Castilla y León. Javier Goicoechea E. E.

Hasta entonces, José Luis y sus dos hermanos se habían ganado la vida con una empresa de excavaciones de fincas agrícolas especializadas en viñedos. Empezaron sobre tractores trabajando las tierras de Vega Sicilia, de Arzuaga, de Protos. Mientras, compaginaban ese negocio con la cosecha y la fermentación de los vinos, tradición familiar.

Un día, José Luis coincidió con Benigno Polo, presidente de la Cámara del Vino de Castilla y León, de quien se hizo buen amigo. Sabedor de que en sus manos tenía unas viñas centenarias excelentes, le dijo que por qué no soñar y llevar su producto a todos los lugares del mundo. ¡Incluso a la Santa Sede!

"¿Por qué no?", se preguntó Benigno Polo y, en connivencia con una amiga común, la periodista Paloma Gómez Barrero, corresponsal de asuntos vaticanos de RTVE y COPE, consiguieron gestionar, casi de milagro, una audiencia privada entre José Luis Heras Cordón y el Papa polaco para que les presentase el vino de Heras Cordón. "Fue así como nos convertimos en los proveedores oficiales de la Santa Sede. Empezamos con Juan Pablo II, continuamos con Benedicto XVI, seguimos Francisco y hoy la continuidad la tenemos asegurada". Palabra de bodeguero.

PREGUNTA.– ¿Cómo asegurada? ¡Si el Papa acaba de salir elegido!

RESPUESTA.– No pasa nada. El viernes pasado estuvimos en la Nunciatura Apostólica de Madrid y nos dijeron que la línea era muy continuista.

Y tan continuista. A la Santa Sede le gusta seguir tanto las costumbres que incluso durante la celebración del Cónclave que eligió a Robert Francis Prevost Martínez como nuevo Pontífice se bebió Heras Cordón. "Es un vino para eventos", explica José Luis. "El Vaticano dispone de esas botellas como considera. En cenas normales, informales, con embajadores o con presidentes. Tenemos un producto todoterreno".

En las misas, de momento, no consta que se haya utilizado, pero sí en eventos de gran relevancia para los católicos, como las Jornadas Mundiales de la Juventud o incluso durante las visitas del Papa a presidentes o jefes de Estado de otros países. "Estos días hablábamos con un importador de Ecuador, una empresa cuyo dueño es el presidente Noboa, y nos contó que durante la última visita del papa Francisco estuvieron cenando con Heras Cordón".

¿Qué vino bebe el Papa?

¿Qué características cumple el vino riojano del Papa? Principalmente, se trata de botellas de uva tempranillo en un 98%. Al venir de un viñedo con 104 años de antigüedad, la pureza no es total, ya que hay alguna cepa salteada de mazuelo o de graciano. "Pasa aproximadamente 15 meses en barrica, dependiendo de lo que dictaminemos con el nuncio. Se va catando cada seis o siete meses, y hay añadas que salen con 12 o 18, dependiendo".

Son 5.000 las botellas de este vino que produce la bodega, aunque sólo se envían 2.000 al Vaticano. El resto están destinadas a obsequios y a realizar mezclas con otras vendimias seleccionadas. No tienen autorizado venderlas. Así lo especifica su etiqueta: "Prohibido su venta". Eso sí: pueden hacer vinos similares con otras etiquetas. De hecho, su producto más parecido al que lleva el escudo del Vaticano es su crianza de vendimia seleccionada. Casi indisociable.

Juan Carlos Heras Cordón sostiene un ejemplar de sus botellas de vino creadas expresamente para el Papa Francisco.

Juan Carlos Heras Cordón sostiene un ejemplar de sus botellas de vino creadas expresamente para el Papa Francisco. Javier Goicoechea E. E.

Porque, no se olvide, las ventas de Heras Cordón al Vaticano suponen sólo un 0,4 % de su producción anual, que está estimada entre 400.000 y 500.000 botellas. Los precios tampoco son caros. Una similar a la que beben los cardenales o el Papa puede costar entre 15 € y 20 € en el mercado. "Somos una bodega humilde, familiar y luchadora. A nivel particular, como familia tradicional, católica, que apuesta por las instituciones clásicas, nos llena de orgullo que el Vaticano nos elija", confiesa Juan Carlos Heras Cordón, de 28 años, hijo de José Luis .

"Es una cosa que no nos gusta airear demasiado porque se trata de un cliente especial, y no podemos aprovecharnos de su nombre. Es algo sagrado. Pero la gente se entera. En México, en Panamá, en República Dominicana o en Brasil está teniendo un gran peso. 'Heras Cordón, el vino del Papa'. Siempre nos piden botellas por eso. Lo que marca la diferencia, no obstante, no es a quién vendemos, sino la calidad de lo que hacemos. Es un muy buen vino".

¿Es el caldo de Heras Cordón el único español del Vaticano? Existe otra bodega, De Müller, catalana, cuyo vino se ha usado históricamente para las consagraciones. Pero el único español reconocido, que se sepa, para el consumo, ha sido el de La Rioja. "Si se miran las estadísticas de consumo per cápita de vino, El Vaticano lidera la lista mundial. Pero sólo con Heras Cordón no dan las estadísticas. También hay vino italiano, por proximidad, y francés, que tiene gran peso a nivel mundial".

P.– ¿Qué otros mercados internacionales catan sus vinos?

R.– Filipinas, aunque es anecdótico, pero en el cual es muy difícil entrar. Luego, en España vendemos cerca del 60 % o 65 % de nuestra producción. En Estados Unidos, en torno a un 15 %. China supone un 10 %, pero es un mercado muy inestable que no sigue una línea clara, ya que un año te cogen cinco contenedores y, al año siguiente, nada. No son fieles, pero el chino es así por su forma de ser.

Juan Carlos Heras Cordón en los viñedos centenarios de los que cosechan las uvas tempranillo que se usan en sus crianza para el Vaticano.

Juan Carlos Heras Cordón en los viñedos centenarios de los que cosechan las uvas tempranillo que se usan en sus crianza para el Vaticano. Javier Goicoechea E. E.

P.– ¿Qué otros reconocimientos o vinculaciones tienen con la Iglesia católica?

R.– Con las parroquias cercanas [a Fuenmayor] tenemos buena relación. Siempre hacemos colaboraciones en eventos solidarios, como con Caritas. Antes de Navidad hicimos un proyecto solidario en el que cada dos o tres euros de recaudación fueron destinados a la DANA de Valencia. También hemos colaborado con las asociaciones locales de La Rioja para la reconstrucción de escuelas cristianas en Paraguay.

P.– ¿Qué futuro le espera a Heras Cordón tras el nuevo Papado y la llegada de Trump a la casa blanca, aranceles de por medio?

R.– No creemos que vaya a cambiar nada con la Santa Sede, así que todo apunta a la continuidad [con León XIV]. Al nuncio de Madrid lo mandan a Bélgica porque acaban de ascenderlo a nuncio europeo, y ahora la Nunciatura de Madrid tiene el puesto vacante. La dinámica será la de siempre. No podemos hacer grandes florituras. Y, sobre Estados Unidos, este año íbamos a abrir, en colaboración con nuestro importador de Estados Unidos, una oficina en Miami. Pero lo hemos paralizado porque Trump no lleva una línea clara. Aranceles por aquí, por allá, no se sabe nada, así que hemos parado el proyecto. Pero sí hemos notado que a pesar de todas las trabas al vino, seguimos creciendo. Pero con los pies en el suelo.