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A simple vista, todo parece en calma. En el puerto de La Luz, en Las Palmas de Gran Canaria, atracan cada día buques mercantes de todas partes del mundo. Entre esa normalidad, uno de ellos descarga contenedores sin logotipos, pero en realidad pertenece a COSCO Shipping, el gigante logístico estatal chino.

A pocos kilómetros del puerto, en la zona sur de la isla, cientos de turistas se alojan en un lujoso Radisson, propiedad del conglomerado Jin Jiang, otra empresa pública del régimen de Pekín. Sin embargo, en los registros oficiales, en el Congreso de los Diputados o en el Parlamento de Canarias apenas se menciona la palabra "China". Forma parte de un prolongado silencio institucional que comenzó hace décadas.

La fórmula es exitosa: sin titulares, militares ni desfiles diplomáticos, el Gobierno de Xi Jinping ha ido extendiendo su influencia en el archipiélago más estratégico de España, que es a su vez de los más importantes en la categoría de regiones ultraperiféricas de la Unión Europea. Empresas vinculadas al Estado chino operan en puertos, cadenas hoteleras e industrias pesqueras, como la reconocida CNFC, sin que haya una lupa sobre ellas.

Un residente de Las Palmas de Gran Canaria mira fijamente a la comitiva de Xi Jiping durante su última visita en la capital isleña.

Un residente de Las Palmas de Gran Canaria mira fijamente a la comitiva de Xi Jiping durante su última visita en la capital isleña. EFE.

Fernando Clavijo, presidente de Canarias, destacó la disposición del líder chino Xi Jinping para "estrechar lazos económicos" con el archipiélago. Durante una visita de Xi a Gran Canaria en noviembre de 2024 —el tercer viaje privado que ha hecho el mandatario asiático a las islas en ocho años—, Clavijo señaló que el presidente chino le extendió una invitación para visitar China en el futuro, subrayando el interés mutuo en fortalecer las relaciones económicas.

La escena se repite con matices en Senegal, Angola o Mozambique. Pero en este caso sucede en territorio español. Pocos parecen advertir que las islas se están convirtiendo en una pieza clave en el tablero atlántico de la geoestrategia china. Canarias, dibujadas en una especie de frontera entre Europa, África y América, son ya el sueño español de Xi Jinping. Y, por ahora, parece que está consiguiendo cumplirlo.

El aterrizaje chino

La presencia de empresas del gigante asiático en las islas no es baladí. La China National Fisheries Corporation (CNFC) es una empresa estatal china fundada en 1984, considerada uno de los principales brazos pesqueros internacionales del Gobierno de Pekín. Forma parte del conglomerado estatal China National Agricultural Development Group, y ha operado históricamente en zonas estratégicas como África Occidental, el Pacífico y América Latina, en ocasiones envuelta en polémicas por sobrepesca y opacidad operativa.

El dato más relevante para Canarias es que su única sede internacional está en Las Palmas de Gran Canaria. Desde allí, coordina operaciones de flota, logística y abastecimiento hacia África. No es solo una cuestión pesquera: tener esa base allí refuerza la idea de Canarias como plataforma china de proyección atlántica, en un sector que combina recursos naturales, soberanía marítima y control estratégico.

Sin embargo, el desembarco chino en Canarias no sólo se produce en los puertos. También se extiende al turismo, que es a su vez el motor económico del archipiélago. Desde 2018, el grupo hotelero Radisson pertenece a Jin Jiang International, un conglomerado estatal chino con sede en Shanghái que forma parte del holding público Jin Jiang Group, controlado directamente por el Gobierno municipal de la ciudad.

A través de esta operación, China ha pasado a tener participación directa en infraestructuras clave del sector turístico español, incluida la planta hotelera de Canarias. Actualmente, Radisson cuenta con al menos cuatro hoteles en funcionamiento o desarrollo en las islas: dos en Gran Canaria, uno en Lanzarote y otro en Tenerife, que está previsto que abra próximamente. Se trata de hoteles de gama alta, ubicados en zonas estratégicas del turismo internacional.

Que Jin Jiang esté en Canarias no es anecdótico. El conglomerado está considerado como el segundo mayor grupo hotelero del mundo por número de habitaciones, con marcas como Radisson, Vienna House, Metropolo, Golden Tulip y otras bajo su control. Su expansión se enmarca en la estrategia del Gobierno chino de fortalecer su poder blando económico, especialmente en destinos que permiten conectar con mercados africanos, latinoamericanos o europeos mediante plataformas turísticas.

A diferencia de otros inversores privados, Jin Jiang responde a una lógica de Estado, como parte del llamado "capitalismo con características chinas". Sus decisiones estratégicas —como la expansión hotelera en el Atlántico— pueden tener tanto objetivos económicos como geopolíticos, en línea con el discurso oficial de Pekín sobre la proyección global del país. EL ESPAÑOL envió un correo electrónico al departamento de relaciones internacionales del grupo hotelero solicitando información. Sin embargo, al cierre de este reportaje no se ha recibido ninguna respuesta.

Boeing 747 de Air China en el que el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, llegaría hace unos meses para realizar una visita privada a Gran Canaria.

Boeing 747 de Air China en el que el presidente de la República Popular China, Xi Jinping, llegaría hace unos meses para realizar una visita privada a Gran Canaria. Quique Curbelo / EFE.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, durante una breve recepción a su llegada al Aeropuerto del presidente de China, Xi Jinping.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria, Antonio Morales, durante una breve recepción a su llegada al Aeropuerto del presidente de China, Xi Jinping. EFE.

Relación económica

De hecho, la relación económica entre China y Canarias ha crecido de forma sostenida en los últimos años, impulsada por el aumento de las importaciones, la diversificación de inversiones y el interés estratégico que el archipiélago despierta entre los actores económicos del país asiático. Aunque muchas de estas operaciones pasan desapercibidas en el debate público español, las cifras revelan una tendencia clara: el gigante asiático ha fijado la vista en las islas como plataforma de expansión hacia terceros mercados, especialmente África.

En ese sentido, Pedro Ortega, ex consejero de Economía, Industria, Comercio y Conocimiento del Gobierno de Canarias, y ahora presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE), animó a China a aprovechar las oportunidades que ofrece Canarias como plataforma de negocios. En un encuentro con empresarios chinos, Ortega resaltó el potencial del archipiélago para actuar como puente logístico y de servicios hacia África y Europa.

En 2022, el valor de las importaciones canarias procedentes de China se disparó un 64,2 % respecto al año anterior. Con ello, China se consolidó como el quinto proveedor de bienes al archipiélago, por detrás de Alemania, Países Bajos, Brasil y Francia, según datos recogidos por El Orden Mundial. El incremento no solo refleja una mayor demanda de productos, sino también el afianzamiento de canales logísticos y relaciones comerciales estables entre ambos territorios.

Pero la conexión va más allá de los contenedores. En abril de 2023, la Cámara de Comercio de Gran Canaria firmó un acuerdo de cooperación con su homóloga en la provincia china de Hainan, un pacto que abrió la puerta a nuevos proyectos empresariales con capital chino. El presidente de la cámara, Luis Padrón, destacó entonces que hay que "aprovechar la oportunidad de que empresas de gran envergadura estén interesadas en Gran Canaria".

Padrón, quien se comprometió a dar apoyo institucional, destacó la cercanía, seguridad jurídica, eficiencia logística y operacional, ventajas fiscales y talento local. Como resultado, varias empresas chinas han mostrado interés en establecerse en Gran Canaria para utilizarla como plataforma de salida hacia terceros mercados, especialmente en África. Entre las compañías involucradas se encuentran Fosun Trading, dedicada a productos de suministro hotelero y turístico; Kngloo Mobility, enfocada en vehículos eléctricos; y Mercado RC, especializada en drones antincendios. 

Años antes, en 2017, una delegación empresarial de Shanghái expresó al Cabildo de Gran Canaria su intención de crear un centro logístico en el polígono industrial de Arinaga. Este centro serviría para almacenar productos chinos destinados a su distribución en países de África Occidental, como Marruecos y Mauritania. Las empresas planean exportar productos tecnológicos, textiles y de construcción, aprovechando las ventajas fiscales y aduaneras que ofrece Gran Canaria, así como sus infraestructuras y servicios. 

Ese enfoque geoestratégico ha sido subrayado incluso por diplomáticos chinos. El actual embajador de China en España, Yao Jing, señaló que Canarias debe convertirse en "el puente" entre China y África Occidental, no solo para sectores como la pesca —donde empresas como CNFC ya tienen presencia activa en el puerto de Las Palmas—, sino también en áreas como la energía, la tecnología o la cooperación cultural. EL ESPAÑOL ha tratado de entrevistarle para este reportaje, pero su equipo ha declinado la conversación por cuestiones de agenda.

Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, con el embajador de China en España, Yao Jing.

Fernando Clavijo, presidente del Gobierno de Canarias, con el embajador de China en España, Yao Jing. E. E.

El mensaje es claro: Pekín no ve en Canarias un destino más, sino una base de operaciones atlántica. Este patrón no es nuevo. En África, China lleva años construyendo puertos, financiando infraestructuras y comprando influencia mediante deuda y convenios comerciales. Hoy, es el mayor acreedor bilateral del continente. Y aunque el caso canario no reproduce exactamente ese modelo, la lógica de expansión es similar: inversión estratégica, presencia silenciosa y crecimiento sostenido, aunque con particularidades propias del contexto español y europeo.

Inacción gubernamental

A pesar de la creciente implantación de empresas estatales chinas en sectores clave del archipiélago —como los puertos, el turismo o la logística—, no existe hasta ahora una respuesta clara por parte del Gobierno de España. No se han emitido alertas, ni se han abierto investigaciones parlamentarias, ni se ha planteado una estrategia específica para abordar esta presencia extranjera.

La actitud oficial ha sido, hasta ahora, de aparente indiferencia. Lejos de poner límites o establecer marcos de regulación, las instituciones han facilitado el desembarco económico chino sin exigir transparencia ni reciprocidad. Esa permisividad responde, en parte, a una estrategia de no confrontación con el gigante asiático, pero también a una falta de visión geopolítica sobre el papel de Canarias en el tablero atlántico.

Pedro Sánchez estrecha la mano de Xin Jiping en una visita oficial a China el pasado mes de septiembre. Se trataba del segundo viaje de Pedro Sánchez a China en menos de dos años.

Pedro Sánchez estrecha la mano de Xin Jiping en una visita oficial a China el pasado mes de septiembre. Se trataba del segundo viaje de Pedro Sánchez a China en menos de dos años. E. E.

Mientras que otros países han empezado a revisar con cautela las inversiones chinas en infraestructuras críticas, en España prevalece un enfoque pragmático: si hay inversión y empleo, no se hacen demasiadas preguntas. En este contexto, Canarias emerge como un enclave clave en la arquitectura exterior de Pekín, una pieza de transición entre su poder creciente en África y sus aspiraciones de influencia en Europa y América Latina.

La cuestión, ahora, es si las instituciones españolas están preparadas para gestionar este nuevo tablero geopolítico o si, como ha ocurrido en otros lugares, la presencia china avanzará sin obstáculos bajo una apariencia de normalidad comercial.