Juanjo Conesa, posa sonriente junto a su esposa y sus dos hijos en el estadio del Real Madrid.

Juanjo Conesa, posa sonriente junto a su esposa y sus dos hijos en el estadio del Real Madrid. Cedida

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Juanjo Conesa y su hijo de 13 años recibieron una paliza de una turba en el fútbol base: "Había 50 esperándome"

La Guardia Civil ha abierto una investigación. La concejal de Deportes de Alguazas ha pedido al club que "veten" el acceso al campo municipal a todos los implicados en esta agresión tumultuaria a un padre y su hijo menor.

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A Juanjo siempre le ha gustado el baloncesto, de hecho, solía competir como alero en ligas de aficionados, pero sus dos críos le salieron futboleros y como buen padre, no dudó en involucrarse en su afición por el balompié. Tanto es así que esta temporada se convirtió en delegado de campo del San José-Los Ángeles de Molina de Segura, el equipo donde su hijo mayor, de 13 años, juega de portero, pero su labor desinteresada con el deporte base le ha costado recibir "una paliza" a manos de familiares y jugadores del equipo rival: el Atlético Villa de Aguazas-La Salud.

"Me tuve que refugiar en el vestuario del árbitro por indicación de la Policía Local. Yo estaba con un ataque de ansiedad. Tuvieron que venir patrullas de otros pueblos para sacarme escoltado por cuatro o cinco agentes, junto a mi mujer y mis dos hijos, de 13 y 10 años", según relata Juan José Conesa, un hombre de ley -por su trabajo como procurador en los juzgados- y al que le apasionan los valores que transmite el deporte.

Pero esa pasión se ha roto por culpa de la agresión que sufrieron Juanjo y su hijo, este domingo, en el Campo de Fútbol de San Lorenzo, donde el Atlético Villa de Aguazas-La Salud, tercer clasificado de Infantil Segunda, recibía al actual líder: el San José-Los Ángeles de Molina de Segura. El equipo local tenía la oportunidad de recortar tres de los cinco puntos de ventaja que les sacaba el conjunto que manda en la liga, pero el encuentro acabó con victoria visitante por 1-2.

"El partido fue normal, transcurrió sin problema alguno", tal y como asegura Juanjo. "En los partidos de esta categoría apenas suele haber poco público, los padres y nada más, pero el problema es que este domingo había más de cien personas en el campo. Había mucha gente, no sé si era por la expectación generada porque podían ponerse a dos puntos de nosotros si nos ganaban o si había algo más que fútbol. La verdad es que yo si que observaba a los jugadores de Alguazas con más tensión, pero yo lo achaco a que querían ganar para recortar distancias con nosotros".

- ¿Por qué motivo se saldó el encuentro con una agresión contra usted y su hijo?

- Juan José Conesa: El partido lo habían perdido. Los jugadores del Atlético Villa de Alguazas, de 13 y 14 años, se engancharon con los nuestros del San José-Los Ángeles de Molina de Segura. Los insultaron y los amenazaron: 'Te voy a cortar el cuello', 'Voy a matarte'... Entonces, salimos los delegados de los dos equipos junto a los entrenadores, para decirles que ya se había terminado el partido, pero los críos seguían insultando.

A mi hijo le dijeron 'gordo'... A uno de los chicos, le dije que se callara ya: 'Vamos a dejarlo ya'. Y ese jugador empezó a gritarle a su entrenador: '¡Me ha dicho hijo de puta!' '¡Se ha cagado en mis muertos!' Yo le dije a su entrenador que no le había dicho nada a ese chico, pero se ve que este jugador se lo dijo a algún familiar suyo y ese familiar vino a decirme: 'Ahora al salir, te vas a enterar'.

Estado de la clasificación del Grupo V de Infantil Segunda antes de la agresión tumultuaria ocurrida en el Campo de Fútbol de San Lorenzo en aAguazas.

Estado de la clasificación del Grupo V de Infantil Segunda antes de la agresión tumultuaria ocurrida en el Campo de Fútbol de San Lorenzo en aAguazas.

- ¿Qué ocurrió después de que le diesen ese 'recado'?

- En la puerta del campo había cincuenta personas como mínimo. Estaban esperando para pegarme. Cuando vi eso le dije a una pareja de Policía Local de Alguazas que un señor me había amenazado. Entonces, uno de los agentes me dijo que su compañero iba a despejar la puerta y que me marchara cuando lo hiciera. Así que me quede esperando detrás del banquillo, acompañado de mi mujer y de mis dos hijos.

De forma que el campo de fútbol se convirtió en una ratonera para este procurador, de 43 años, y su familia. "El agente que habló conmigo fue a ayudar a su compañero a despejar la puerta porque le faltaban manos y en ese momento, seis o siete personas aprovecharon para entrar. Uno de ellos iba señalándome con el dedo: '¡Te voy a matar!' Llegó corriendo, me cazó y empezó a darme puñetazos y algunos jugadores del Alguazas me dieron patadas. También cogieron a mi hijo el portero y le pegaron", según relata el delegado del San José-Los Ángeles de Molina.

- ¿Cómo escapó de esa turba de gente?

- Yo estaba acorralado. Empezaron con puñetazos y sin pensarlo, me tiré al suelo para protegeme, me puse de lado, en posición fetal y me cubrí la cabeza con las manos para no perder el conocimiento hasta que se terminara aquello. Pero cuando estaba en el suelo me empezaron a dar patadas, algunas me las dieron jugadores menores de edad. No sé cuántos futbolistas me patearon, pero había varios porque desde el suelo veía camisetas de color naranja.

Después de la paliza, la Policía Local me metió en el vestuario del árbitro. Y ahí me refugié. Luego, un agente también metió a mi mujer en ese vestuario porque estaba muy alterada al ver cómo me habían pegado. Tan solo había una pareja de municipales y tuvieron que llamar a la Policía Local de pueblos de al lado para que vinieran a ayudarles. Le tuve que dar las llaves de mi coche a un amigo para que lo pegara a la puerta y mi mujer, mis dos hijos y yo tuvimos que salir escoltados del campo.

- ¿Qué pasó con su hijo que jugó el partido como portero del equipo visitante?

- A mi hijo, de 13 años, le pegaron algunos jugadores del otro equipo. Me ha contado que le dieron cuatro puñetezos y que pudo esquivar un par de ellos.

Un moratón que Juanjo lucía en la cabeza tras recibir la paliza en el campo de fútbol de Alguazas.

Un moratón que Juanjo lucía en la cabeza tras recibir la paliza en el campo de fútbol de Alguazas. Cedida

El cabeza de familia acabó en el servicio de urgencias del Hospital de Molina de Segura, para ser atendido de sus lesiones. "Tenía un hematoma en la frente por un puñetazo, dos chichones y me hicieron una radiografía para comprobar si tenía alguna costilla rota". Así lo corrobora el parte médico que aporta Juanjo a este diario: "Refiere que ha sido agredido, acude con dolor de cabeza y de la parrilla costal derecha [...]". "En la zona frontal izquierda y la occipital derecha se aprecian heridas abrasivas". "Tratamiento: 2 comprimidos al día de Robaxin[relajante muscular] cada 8 horas, 1 comprimido de Enantyum [analgésico] cada 8 horas... 

También acudió a la Comisaría de Molina de Segura para presentar una denuncia que facilita al periodista y que recoge un relato de hechos como el de esta entrevista. De momento, no se han producido detenciones porque Alguazas es una demarcación de la Guardia Civil, pero un portavoz del Instituto Armado confirma que la Policía Nacional ya les ha facilitado la declaración de las víctimas de esta doble agresión en un partido de infantiles y "hay una investigación abierta".

En teoría, las pesquisas deberían acarrear detenciones más pronto que tarde porque la identidad de los agresores es conocida, al tratarse de familiares y allegados de la propia plantilla del Atlético Villa de Aguazas-La Salud. La investigación podría salpicar a los jugadores que tengan 14 años, los cuales patearon a Juanjo y golpearon a su hijo como portero del equipo visitante, pero con los futbolistas de 13 años que participaron en la agresión no pasará nada porque son inimputables a efectos legales.

Uno de los miembros del equipo técnico del Atlético Villa de Aguazas-La Salud habla de "bulos" y niega que una turba -compuesta por allegados de los futbolistas y sus propios jugadores- apalease al delegado de campo del equipo contrario y a su hijo el portero del equipo. De hecho, en una publicación en Facebook critica a los padres del San José-Los Ángeles de Molina de Segura porque se "abalanzaron" al terreno del juego al término del partido. "Tampoco es real que entre 15 le pegaron [al delegado]". Incluso afirma tener "una serie de capturas de total racismo, insultos y amenazas de los jugadores del San José hacia mis futbolistas".

La concejal de Deportes de Alguazas, Loli Sandoval, junto al alcalde, José Gabriel García, en una imagen de archivo, revisando unos trabajos de mejora en el campo de fútbol.

La concejal de Deportes de Alguazas, Loli Sandoval, junto al alcalde, José Gabriel García, en una imagen de archivo, revisando unos trabajos de mejora en el campo de fútbol.

Tales afirmaciones de uno de los entrenadores contrastan con la contundencia con la que ha actuado la concejal de Deportes de Alguazas, Loli Sandoval, ya que ha solicitado al club que tome medidas: "Condenamos estos hechos. Es un episodio muy triste y le hemos trasladado al club que estos actos no se pueden volver a repetir porque el Ayuntamiento les cede una instalación municipal. Por eso, les hemos pedido que veten el acceso al campo a todas las personas implicadas en esta agresión". "El club nos ha dicho que está dispuesto a colaborar con la investigación de la Guardia Civil y que se reunirá con algunos padres para tomar medidas con algún jugador".

Juanjo recalca que con su denuncia no busca manchar el nombre del club ni de este pueblo de la Región de Murcia. "Yo no he hablado nada malo de Alguazas, solo de una situación concreta". "Es más, estoy muy agradecido a uno de los delegados de campo del Villa de Alguazas porque me ayudó a salir y era un hombre mayor".

- ¿Cómo llevan la situación sus dos hijos?

- Juan José Conesa: Mi hijo, de 10 años, es centrocampista en un equipo de fútbol base y asistió al partido como público. Su hermano, de 13 años, jugaba ese partido como portero. El pequeño dice que ya no quiere volver a jugar al fútbol y lleva dos días sin ir al colegio, dice que le duele la barriga de los nervios y su madre lo ha tenido que llevar al médico.

El mayor dice que tiene miedo de volver a jugar porque le amenazaron, diciéndole que le irían a buscar al campo en el siguiente partido. Yo les animo a que sigan con sus estudios, pero del deporte no les he hablado porque no quiero forzarles. Prefiero que se tomen su tiempo.

- ¿Cómo está gestionando usted la situación a nivel personal tras surfrir una paliza en grupo?

- Podría haber ocurrido una desgracia. Al final, los golpes se curan y no tengo ninguna brecha, pero lo que más me impactó fue escuchar a mi hijo, de 10 años, pidiéndome salir del campo: 'Papá, vamonos'. El pequeño estaba desesperado, viendo cómo pegaban a su padre. Estaba a mi lado y me intentaba dar su mano, pero me tenían enganchado y no podía salir.

El deporte base debe ser una fuente de aprendizaje de valores como el esfuerzo, el trabajo y el compañerismo, pero esta agresión tumultuaria ha dejado tocados a dos niños que se replantean seguir dándole al balón. También su padre ha decidido tomarse un descanso en su faceta de delegado de campo en la que se estrenó esta temporada, para ayudar al club de su hijo mayor, invirtiendo dos horas de su tiempo libre, cada fin de semana, para velar porque no se produzcan incidentes en la grada, ayudar a los jugadores que sufren alguna lesión pequeña, animar a los que están en el banquillo para que salten motivados al terreno de juego...

"Siendo más joven, odiaba el fútbol por las cosas que les pasaban a mis amigos en los campos, por eso yo jugaba al baloncesto, pero a mis hijos les gusta el fútbol y son aficionados del Real Madrid. Me hice delegado de campo porque me lo pidió el entrenador de mi hijo mayor", recuerda Juanjo, procurador en los juzgados. "De momento, en el tema de delegado me quedo al margen. Necesito un respiro. Voy a apoyarme en la valla del campo, beberme una Coca-Cola y ver el fútbol tranquilamente".

- ¿Qué espera de la investigación de la Guardia Civil?

- No lo he pensado, lo único que quiero es que esto no vuelva a pasar en ningún campo de fútbol de España. Estas personas no deben estar en una instalación deportiva. La gente que asista a un partido, debe hacerlo para animar a los críos para que se diviertan y no para amenazar todo el rato.