André Ventura y Santiago Abascal.

André Ventura y Santiago Abascal. Vox

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Los vínculos de Ventura, líder de la ultraderecha portuguesa, con Abascal: "Ya no es el primo pobre"

Chega, el partido de André Ventura, fue la tercera fuerza en las pasadas elecciones de Portugal y tiene posibilidades de entrar en el Gobierno.

17 marzo, 2024 01:38

Cuatro días antes de las elecciones del pasado 10 de marzo en Portugal, Santiago Abascal acompañó al candidato de Chega, André Ventura, en un mítin en Faro, capital del Algarve portugués. El líder de Vox mostró sintonía con la cabeza del partido homólogo en el país vecino, y auguró que éste sería "decisivo" en la cita electoral. Así fue: Ventura fue la tercera fuerza más votada y el gran triunfador de la noche.

Chega, que apenas apareció en el tablero político en 2019, cuadruplicó el número de escaños en el Parlamento, pasando de los 12 diputados que obtuvo en los comicios de 2022 a 46. La formación derechista superó el millón de sufragios por primera vez en su historia y se convirtió en la fuerza política portuguesa con el mayor crecimiento de votos desde 1985.

Con el triunfo del domingo, Chega emuló el arrollador éxito de Vox en las elecciones de noviembre de 2019, cuando la formación española alcanzó, a los seis años de su fundación en 2013, los 52 diputados en el Congreso. La de ambos partidos y la de sus líderes es una historia llena de paralelismos, aunque distanciada en el tiempo. Chega vive ahora su momento más dulce en Portugal mientras que Vox parece haberse asentado en el tablero político en España como tercera fuerza, pero lejos del peso que tuvo hace cinco años.

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Es más, ahora, el 'Vox portugués' tiene la posibilidad, en tan sólo seis años de entrar en el Gobierno del país, si la alianza del centroderecha y los socialistas no logran formar una gran coalición que lo evite.

Por ello, Abascal ve ahora en Ventura un aliado prioritario: el éxito de Chega en Portugal puede tener un efecto contagio y relanzar las expectativas de Vox en España. Pero no siempre fue así. En los mejores momentos de Vox, lo que sucediera en el país vecino estaba lejos de ser una de las principales preocupaciones del partido español y de su líder, y de forma proporcional, el partido derechista portugués siguió en sus inicios su propio camino.

"Primo lejano y pobre"

La irrupción de Chega en 2019 se vivió desde Vox con el interés que un fenómeno así puede despertar en un país como Portugal, cuyos problemas distaban mucho de ser los de España en ese momento. Ni la inmigración ilegal masiva, ni el hartazgo hacia el sistema bipartidista, ni las quejas de colectivos como la Policía habían llegado a un punto culmen ni estaban en el centro de la agenda política.

Según dice a EL ESPAÑOL la periodista Daniela Santiago, excorresponsal de la televisión portuguesa RTP en Madrid y autora del libro 'La tempestad perfecta. Cómo la extrema derecha regresó a la península ibérica', "hace unos años, Abascal miraba a este lado de la península y a Chega como el primo lejano y pobre. No le tomaba muy en serio, ni a Chega ni a Ventura. Pero ya no lo es".

Santiago Abascal y André Ventura.

Santiago Abascal y André Ventura.

La relación entre ambos partidos llegó incluso a un punto de tensión y distanciamiento en enero de 2020. Entonces, Vox lanzó la campaña 'España existe' en la que se mostró un mapa de la península ibérica incluyendo a Portugal como territorio español. Esto provocó la queja del propio Ventura, quien exigió una rectificación a su primo-hermano español.

Por detalles como este, en sus inicios, Ventura no se apoyó en el partido español ni en su líder para tejer alianzas. Sus principales referentes europeos fueron el italiano Matteo Salvini y la francesa Marine Le Pen. "Salvini estuvo varias veces en Portugal en una época en la que a Abascal no se le veía", dice Santiago al respecto.

Desde aquel desencuentro, sin embargo, las cosas han cambiado. "Mientras Vox ha bajado o se ha estabilizado en España, Chega sube más que nunca en Portugal, y prueba de ello es que se haya visto a Abascal en el Algarve con Ventura", señala Santiago. "En su momento, la fuerza de Vox en España alimentó a Chega en Portugal cuando la extrema derecha apenas tenía representación. Ahora es Chega la que alimenta a Vox", prosigue.

Para el partido portugués, aquel desencuentro a principios de 2020, está más que superado. Apenas un año después, en 2021, Lisboa fue la sede elegida y Chega el partido anfitrión para la firma de la Carta de Madrid, el manifiesto ideológico impulsado por Vox y su Foro de Madrid en el área de influencia de lo que desde el partido español llaman iberosfera.

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"Los lazos entre Vox y Chega son muy sólidos en su lucha contra el socialismo, la Agenda 2030 y las imposiciones burocráticas de la Unión Europea", señalan fuentes de la formación portuguesa a este periódico. 

En cuanto a la relación personal entre Abascal y Ventura, estas fuentes agregan que ambos "mantienen una buena relación", y recuerdan que, al igual que Abascal visitó a Ventura en la recta final de la campaña en Faro, el portugués hizo lo propio en Madrid en las pasadas elecciones del 23 de julio.

"La presencia de Santiago Abascal en Portugal en plena campaña electoral demuestra su esperanza e ilusión en Chega, como expresó en su última intervención en Faro. Él ve en el triunfo de Chega un camino para hacer que Portugal y España sean grandes de nuevo. Esa presencia, tanto en España como en Portugal, muestra el respeto y la valoración mútua. Les une una lucha común y un sistema de partidos muy similar, así como una cultura históricamente compartida", señalan desde la formación portuguesa.

En este sentido, Santiago, la periodista, señala que ambos líderes quieren trasladar ahora la imagen de que "unidos son más fuertes". Y pone como ejemplo el empeño de Pedro Sánchez por alzar la idea de un "socialismo de la península ibérica" junto al que fuera su homólogo, Antonio Costa, con iniciativas como la excepción ibérica". "Es un camino que ahora Abascal y Ventura pretenden emular, pero en la dirección contraria", dice Santiago.

Abascal y Ventura.

Abascal y Ventura.

Trayectorias paralelas

La historia política de ambos líderes comienza de una forma similar: Abascal surgió como disidente desde las filas del PP, mientras que Ventura hizo lo propio de las del PSD, el partido socialdemócrata portugués, homólogo de los 'populares' en el país vecino. Pero su trayectoria está marcada por las circunstancias que han afectado de forma diferente a cada país. "Son partidos y líderes muy parecidos en momentos distintos", explica Santiago.

Ambos comparten el discurso contra la inmigración, la crítica al sistema bipartidista y político, y recogen el descontento de colectivos como los policías. Pero cada uno se ha visto impulsado por diferentes eventos: "En el caso de Vox, fue el problema de Cataluña. En el de Chega, la lucha contra la corrupción y el rechazo a la clase política tras ocho años de socialismo en los que apenas ha habido reformas", dice la periodista portuguesa.

En este sentido, las fuentes del partido portugués indican: "Ventura ingresó en la política a través de las juventudes del PSD gracias a un amigo, y desde entonces mantuvo una militancia activa. En 2017, intentó establecer una tendencia dentro del PSD para combatir la corrupción y cambiar el paradigma político portugués, pero no tuvo éxito debido a los obstáculos internos. Por eso, en 2019, fundó Chega".

Estas fuentes también destacan que, en su obsesión contra la corrupción, influyó su formación como jurista: "Ventura se graduó en Derecho con una media final de 19 puntos sobre 20. Sin lugar a dudas, esto ha influido en su posición contra la corrupción".

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Y también el hecho de que creciera en el bastión socialista de Algueirão-Mem Martins, en Sintra. Al contrario que Abascal, su familia no tiene pasado político: el padre de Ventura tenía una tienda de bicicletas y su madre trabajaba en una oficina.

Otro punto determinante en la formación ideológica de Ventura fue su conversión al catolicismo con 14 años. El líder de Chega llegó incluso a ingresar en el seminario, aunque no llegó a cursar estudios eclesiásticos. Su fe sigue siendo uno de sus pilares fundamentales. "Ha ido al Santuario de Fátima con Salvini y, el día de las elecciones, recibió la primera estimación de los resultados cuando estaba en misa, a las 19:00", dice Santiago. 

"Personalidad fuerte"

Hasta llegar a confluir en discursos parecidos, Abascal y Ventura siguieron estrategias diferentes. En el nacimiento de Chega, por ejemplo, la inmigración todavía no era un tema central en Portugal, mientras que en España ocupaba gran parte del discurso de Vox. En este sentido, "Ventura, al principio, fue contra los gitanos", dice Santiago.

Además, en el caso de Ventura, su nombre no comenzó a sonar hasta 2019, cuando decidió lanzar Chega, también con el ánimo de llenar un vacío político en Portugal: mientras en el resto de Europa las formaciones como Vox cogían vuelo, el país vecino parecía mantenerse al margen de esta ola.

André Ventura en una peregrinación al Santuario de Fátima.

André Ventura en una peregrinación al Santuario de Fátima.

En las primeras elecciones a las que se presentó, Ventura apenas sacó un escaño, el suyo. Pero desde esa tribuna en el Parlamento portugués se comenzó a perfilar como "un líder con una personalidad fuerte y combativa", describe la periodista. "Son hombres muy parecidos, con discursos basados en la fuerza y la contestación", continúa, de nuevo en referencia a Santiago Abascal.

Fuentes del entorno del político portugués, señalan al respecto a este periódico que "es una persona determinada y centrada en sus objetivos", y que trabaja "día y noche sin descanso". "Como ejemplo, tras la caída del Gobierno en noviembre, Ventura comenzó de inmediato a trabajar en la campaña nacional", dicen.

En cuanto a su carácter político, según indica Santiago, "Ventura es más provocador y dice hasta palabrotas en televisión. Otro punto que lo diferencia de Abascal es que habla mucho más que él, y le gusta ser visto y se siente cómodo en los medios. Antes de las elecciones, participó en 30 debates, nunca dice que no a una entrevista y es seguidor de la máxima de que lo importante no es que hablen bien, sino que hablen".

La periodista también destaca la faceta personalista del líder de Chega, en contraposición al de Vox. "Si bien Abascal es una figura clave en Vox, Chega es directamente Ventura. Es un partido sin historia, de un solo hombre, como en su día Ciudadanos con Albert Rivera", dice Santiago.

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Formar Gobierno

El vecino en el que ahora se fija Abascal tiene por delante un reto: el de entrar, por primera vez, en el Gobierno de Portugal. La coalición de centroderecha Alianza Democrática, en la que se encuentra el partido ganador, ha manifestado que no tiene intención de pactar con Chega para la formación de Gobierno, e incluso valora una nueva alianza con los socialistas para evitar el ascenso de la extrema derecha al poder.

Pero el propósito de Ventura es entrar en el Ejecutivo como sea. Según dice Santiago, "si el PSD no logra formar un gobierno estable, Chega todavía crecerá más y será más determinante en los meses que vienen". Por ello, pese a sus buenos resultados, el partido de ventura puede que esté todavía lejos de alcanzar su momento de gloria.

Por su parte, las fuentes del partido dicen que "Chega no se va a rendir en la necesidad de hacer un esfuerzo para formar Gobierno y representar a los millones de electores que lo han votado y no han dado la mayoría absoluta a AD". "Si el centroderecha termina pactando con el Partido Socialista, sólo demostraría que los bloques centrales sólo buscan alternarse entre ellos y continuar con la corrupción y los cargos atribuidos por contactos", prosiguen.

Es precisamente esto lo que más alas ha dado a Chega y a Ventura en los últimos años. "Ventura ha estado con cada colectivo que estaba harto de estos ocho años de gobiernos socialistas, salpicados de casos de corrupción. En Portugal, todo el mundo estaba cansado: los profesores, los policías, los médicos se estaban manifestando constantemente…. Ventura ha sabido estar con cada uno de ellos y ha captado su atención, no tanto como afiliación a un programa político, sino como voto de contestación. Ventura tiene a todos a sus pies", concluye Santiago.