Carolina y Richard durante su complicada vida

Carolina y Richard durante su complicada vida Canarias Ahora

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Así es la vida de Carolina un año después de su cirugía de pechos: "El 75% de su cerebro está dañado"

La joven se sometió a una mastopexia en septiembre del año 2022. Después sufrió dos infartos cerebrales y su vida cambió por completo. Ahora, su marido se ha visto obligado a ejercer de rehabilitador y hasta de logopeda. 

18 agosto, 2023 12:50

Muchas personas acuden cada año a técnicas de cirugía plástica para intentar mejorar algunas partes de su cuerpo. Sin embargo, a veces los resultados no son lo que esperamos. Y en determinadas ocasiones, estas situaciones terminan provocando casos que se convierten en auténticos dramas humanos. Este fue el caso de Carolina, una joven de Gran Canaria. 

Carolina entró a quirófano el pasado 12 de septiembre del año 2022. Su deseo era hacerse una mastopexia para reemplazar sus prótesis mamarias. Sin embargo, en ese momento no se imaginaba por la pesadilla que iba a pasar después de una experiencia tan traumática. 

Esta joven pasó más de siete horas en quirófano. Mientras tanto, al otro lado, su marido Richard esperaba la salida de su pareja de la intervención. Sin embargo, el tiempo comenzó a pasar y él se empezó a desesperar porque no tenía noticias sobre su estado de salud. Richard tampoco imaginaba la pesadilla en la que se iba a adentrar la pareja. 

Dos infartos cerebrales y una pesadilla

Una vez terminó la operación, los médicos, al comprobar que algo no había salido como esperaban, sometieron a un TAC a la joven. Sin embargo, la situación empeoró y tuvo que ser derivada de urgencia al Hospital Doctor Negrín, donde pasó ingresada otros 10 días en la unidad de pacientes críticos. 

A partir de ahí comenzó su calvario. Sufrió dos infartos cerebrales de manera consecutiva, lo que provocó que "tres cuartas partes de su cerebro quedaran muy dañadas", tal y como explica su pareja Richard. Después de casi un año de pelea, ni el propio Richard ni tampoco Carolina han conseguido descubrir si su problema se produjo en el postoperatorio o si fue después en el centro hospitalario. 

¿Cómo es ahora la vida de Carolina?

A sus 35 años, Carolina maldice cada día haber tomado la decisión de entrar en aquel quirófano. Su vida ahora es una completa pesadilla, ya que hasta para realizar actividades tan cotidianas como hablar o comer sin una sonda necesita la ayuda de su marido, quien ha pasado de ser su pareja a ser prácticamente su cuidador y su enfermero. Una vida que nunca hubieran imaginado. 

Ahora, Richard ha pasado por el espacio televisivo El programa de verano de Telecinco para contar cómo está siendo este proceso después de un año de lucha y de pelea. El marido de Carolina explica que la cirujana que realizó la operación les transmitió que "la operación había salido bien y que su pareja apenas tendría cicatrices". 

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Entre la doctora y la pareja se abrió una importante batalla legal. Sin embargo, la abogada de la cirujana al cargo de la operación señala que la intervención salió bien, tal y como estaba previsto, y que este tipo de resultados, aunque pueden pasar, son situaciones bastante improbables. 

Así explica Richard cómo está llevando la pareja esta situación tan complicada. Reconoce que en este tiempo ha conseguido realizar avances, pero que sin duda la calidad de vida de ambos ha empeorado por culpa de una negligencia: "Físicamente está un poco mejor. La llevo a la piscina municipal para que haga la rehabilitación que necesita, pero neurológicamente es otro tema". Carolina casi no puede valerse por sí misma y va permanentemente en silla de ruedas, lo que dificulta hasta el extremo su movilidad. 

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Ahora Richard afronta una nueva vida, ya que tiene que adaptar sus días a ser el rehabilitador, el logopeda y hasta las manos y cabeza de su pareja. La situación es tan dramática que hasta su hijo pequeño tiene que ser, en muchas ocasiones, quien ayude a su madre a realizar cualquier actividad cotidiana del día a día. Una situación que es casi más dura en lo mental que en lo físico.

Tanto Carolina como Richard reclaman ayuda especializada de manera urgente, ya que no pueden continuar ni un minuto más en una situación tan delicada y crítica. "Aparentemente, ahora está más tranquila y conectada con el entorno y parece que va un poco mejor".

Mientras tanto, la batalla legal continúa: "Hay tres partes involucradas y cada una se lava las manos diciendo que todos lo hicieron bien, pero es evidente que algo pasó y hay algo que hicieron mal". Richard y Carolina esperan respuestas, pero sobre todo ayuda.