El expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, en una ilustración.

El expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, en una ilustración. E.E

Reportajes

Griñán, 10 años proscrito en su casa por los ERE: miedo, insomnio y la escritura como salvación

"Escribir el libro le ha salvado la vida". El día que salió el fallo estuvo en su casa con su mujer, hijos y amigos. Recibió un sinfín de llamadas.

30 julio, 2022 03:16

"El que calla sufre". Así culminó la carta que publicó en su perfil de Facebook en septiembre de 2016 Manuel Griñán, el hijo de José Antonio Griñán (Madrid, 7 de junio de 1946), sobre el calvario que estaba viviendo su padre por el 'caso ERE'.

Y así lleva el expresidente de la Junta de Andalucía desde hace casi diez años, callado, viviendo como un proscrito en su casa de Aljarafe sevillano. En ella ha tocado fondo tras largas noches de insomnio y miedos, pero también ha visto un poco de luz al publicar sus memorias 'Cuando ya nada se espera'.

La vida de José Antonio Griñán dio un vuelco desde el 10 de septiembre de 2013. Mientras el nuevo gobierno de Susana Díaz tomaba posesión tras relevarlo en el cargo, un frío atroz, a pesar de ser verano, entró por los ventanales del salón de los espejos del palacio de San Telmo.

Aquello sonó allí como una bomba. Ese mismo día la juez instructora de los ERE Mercedes Alaya inició su imputación junto al otro expresidente Manuel Chaves y los exconsejeros Carmen Martínez Aguayo, Francisco Vallejo, José Antonio Viera, Manuel Recio y Antonio Ávila.

[José Antonio Griñán, "destrozado": se ampara en su familia y su abogado intentará dilatar la cárcel]

"No puede ser", pensaron muchos socialistas allí presentes con la convicción de que esa preimputación por su condición de aforado quedaría en nada. En aquellas fechas el PSOE aún mantenía que el escándalo de los ERE era obra de "tres o cuatro golfos", sin pensar que finalmente llegaría a los 500 investigados.

Un par de años más tarde, el expresidente marcó un punto de inflexión en su declaración ante el Supremo cuando reconoció no hubo "un gran plan (para defraudar) pero sí hubo un gran fraude" y eso significa que "alguno de los controles pudo fallar". 

Desde entonces y, sobre todo, a raíz del arranque del juicio del caso ERE en diciembre de 2017, vive como un proscrito en su casa, con 2.000 euros de pensión. "Con eso vive sin apenas salir y ya está", asegura a EL ESPAÑOL su abogado, José María Calero.

José Antonio Griñán cumplió 76 años el mes pasado y, realmente desde 2009 cuando comenzó a destaparse la causa a raíz del caso de Mercasevilla, los últimos han sido un auténtico calvario. Sobre todo porque los tiempos de la vida real no son los de la justicia. Los segundos son mucho más lentos y más complicados de digerir.

Hasta el propio presidente de la Junta, Juanma Moreno, ha mostrado su empatía en este sentido. "No puede ser que las sentencias tarden once años, que esas personas implicadas vivan un martirio de más de una década", dijo el pasado lunes cuando su Gobierno tomó posesión en san Telmo.

Sin respuestas

Desde su entorno aseguran que no encuentra respuesta a las preguntas que siguen martirizándole: "¿De qué se me acusa?" "¿Por qué se me condena? Yo no he hecho nada, no he consentido nunca nada". 

[El Supremo confirma por mayoría la condena a Griñán y Chaves por el fraude de los ERE]

La mañana que conoció la sentencia de la Audiencia de Sevilla, el 19 de noviembre de 2019, el expresidente sintió que "el aire se adelgazaba y que el ruido de la sala enmudecía". Una sensación parecida tuvo que sentir en esta semana cuando conoció el fallo del Supremo que confirmaba aquella sentencia. 

Los expresidentes socialistas andaluces José Antonio Griñán y Manuel Chaves, en la sala de la Audiencia de Sevilla.

Los expresidentes socialistas andaluces José Antonio Griñán y Manuel Chaves, en la sala de la Audiencia de Sevilla. EFE

"Fue duro, muy duro, teníamos rumores de que se daría a conocer en breve, pero estábamos convencidos de que el Supremo lo iba a absolver de malversación", asegura su letrado. 

Si se hubiera dado esa circunstancia, estaría solo condenado por prevaricación a la inhabilitación para cargo público, pero no tendría que estar pendiente de la ejecución de una pena de cárcel. Lo está fundamentalmente por su etapa como consejero de Economía y Hacienda, no por su labor como presidente.

El expresidente recibió la noticia acompañado de los suyos. De su mujer, sus hijos Manuel, Ana y Miguel y de sus amigos, llegados de varios puntos de España. Además, su teléfono no dejó de sonar, las llamadas se sucedieron una detrás de otra... desde amigos hasta representantes políticos de todos los niveles, según ha podido confirmar este periódico.

"Una sentencia penal, si no eres un delincuente en serie, te pone en duda, te descalifica, te descompone y los vecinos te miran de otra manera", asegura su abogado.

La publicación de sus memorias

"Este libro le ha salvado la vida porque escribiéndolo se ha dado cuenta de que no ha perdido la vida, sino que ha hecho muchas cosas". El tiempo que ha invertido en escribirlo, en recopilar anécdotas desde que fue ministro de Felipe González a presidente de la Junta, en buscar las fotografías y la documentación, a veces, le ha ayudado a evadirse de su realidad.

"Ha trabajado y disfrutado mucho haciéndolo. Incluso, su carácter cambió cuando comenzó a escribirlo porque le ha reconstruido su autoestima", señala José María Calero, una de las personas que más lo ha acompañado en los últimos años desde que cogió su defensa justo antes de presentar el recurso al Supremo. 

En su obra pasa por encima por el asunto de los ERE. Realmente, se trata de una respuesta a la citada carta que escribió su hijo hace ya seis años. En cualquier caso sí deja a las claras su faceta intelectual desde sus primeros pasos en la política en plena transición.

[José Antonio Griñán sobre los ERE: "Si el Supremo confirma la sentencia, mi vida habría terminado"]

Fue en esa época, precisamente, cuando conoció a su mujer, la aristócrata Teresa 'Mariate' Caravaca, nieta de la quinta hija del X marqués de Nevares. Tras unos años de noviazgo, se casaron en 1970, en la Catedral de Sevilla. Él acababa de aprobar la oposición a técnico de Trabajo.

Por encima de todo, se sigue considerando un servidor público y sigue teniendo esa vocación. Licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla e inspector de Trabajo, Griñán fue viceconsejero de Trabajo con el primer presidente de la Junta de Andalucía, Rafael Escuredo.

Unos años después fue consejero de Salud ya con Manuel Chaves y desde Andalucía pegó el salto a Madrid como ministro de Trabajo y de Sanidad con Felipe González, desde 1992 a 1996. Tras ello volvió a la Junta y de 2004 a 2009 ocupó las funciones de consejero de Economía y Hacienda.

Ese mismo año asumió la presidencia de la Junta de Andalucía en sustitución de Manuel Chaves dimitiendo cuatro años después. Pero antes pudo evitar en 2012 que Javier Arenas gobernara con 50 diputados, el mejor resultado que había obtenido el PP hasta entonces. Fue ahí cuando su mujer, que siempre se mantuvo en un segundo plano, saltó a la fama en 2012 al sellar con un beso su triunfo electoral.

El expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, con su mujer en la noche electoral de 2012.

El expresidente de la Junta, José Antonio Griñán, con su mujer en la noche electoral de 2012. EFE

En un principio, Griñán justificó su renuncia para el relevo generacional en el PSOE. Fue entonces cuando le pasó el testigo a Susana Díaz. Sin embargo, después reconoció que lo hizo para "preservar a la Junta de la erosión" del caso de los ERE.

Realmente es su etapa como consejero de Economía lo que lo puede llevar a la cárcel. Su abogado quiere evitar por todos los medios que la pise. Para ello, va a plantear un incidente de nulidad de la sentencia del Supremo si la misma incurriese en una vulneración de derechos.

También, un recurso ante el Tribunal Constitucional e, incluso, se planteará cursar al Gobierno central una petición de indulto. Además, va a pedir a la Audiencia de Sevilla que suspenda la ejecución de la pena mientras se resuelven los procesos. Su futuro está en sus manos.

El letrado considera el fallo "incorrecto, erróneo" y "claramente injusto". Se agarrará en su defensa a los argumentos de las dos magistradas del Tribunal Supremo que van a formular votos particulares contra la mayoría de la Sala. Lo ve como "un rayo de esperanza".

Sus bienes

Calero insiste en que no hubo enriquecimiento personal. Antes de ser imputado, Griñán no mantenía un patrimonio muy abultado. Según la declaración de bienes que presentó en el Senado en su última etapa como senador por designación autonómica en 2013, contaba con una vivienda en Sevilla con un valor catastral de 25.767 euros, cuya titularidad comparte con su esposa. También con un coche por década, según su hijo.

En aquellas fechas disponía en su cuenta corriente de 27.022,51 euros.. Además, disponía de un plan de pensiones, también con titularidad compartida al 50%, en el que llevaba ahorrados 50.055,14 euros. Sin embargo, durante todos estos años el pago de sus defensas han corrido por su cuenta, lo que también le ha producido un menoscabo económico.

Esta cuestión la ponía de relieve su hijo Manuel en la citada carta: "En casa de mis padres los únicos sobres que se abren son los de la correspondencia, que nunca ha traído nada bueno".

En ella también lamenta que su padre tomó la peor decisión de su vida aquel verano de 1982 cuando decidió meterse en política. "La puta política". Si no lo hubiera hecho, su hijo cree que no sólo no estaría pasando por "el martirio actual", sino que económicamente habría vivido con mucha más holgura. En cualquier caso, ya eso nunca lo va a saber.