Esteban Palazuelos

Reportajes

Trabajar achicharrado en la "peor" ola de calor de junio: el calvario de Omar, David o Javier

La previsión de la ola de calor se prolonga hasta el viernes, en los que se podrán batir récords de temperatura en varias ciudades españolas.

15 junio, 2022 02:45

“Está caliente hasta la cámara”, me dice mi compañero, fotógrafo del periódico. Nuestra misión este martes ha sido la de pasear bajo un sol criminal por las calles de Madrid sobre las 14.30 horas en búsqueda de trabajadores que sufren la actual ola de calor. Mi móvil también me avisa de que está sobrecalentado, sólo con llevarlo en el pantalón vaquero.

La intensa ola de calor, que mantiene en alerta a toda España, salvo Asturias y Canarias, no da tregua y seguirá este martes con temperaturas extremas que dispararán los termómetros hasta los 43-44 grados en zonas del valle del Guadalquivir y entre 43-42 grados en el valle del Guadiana.

En el resto del país se han alcanzado este martes los 40 grados en áreas cercanas a los valles del Tajo y del Ebro, como en Zaragoza, Toledo y Madrid, mientras que se superarán los 36 grados en amplias regiones peninsulares, excepto en las costas del norte peninsular y en puntos del Mediterráneo.

[La peor ola de calor en junio en 20 años se alarga: cuándo llegaremos al pico de los 44ºC en España].

Según datos de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), los valores diurnos se encuentran entre "7 y 12 grados" por encima del promedio normal para esta época del año, es decir, se sitúan entre el 5 por ciento de las temperaturas más altas medidas en estas fechas.

Así trabajar bajo el sol, en las horas diurnas, se hace un infierno. Enrique Amondarain tiene 31 años y desde los 16 es profesor de pádel. Da clases en SPC m30, en Madrid, que más que una escuela de pádel es una escuela de calor estos días.

Enrique Amondarain, profesor de pádel.

Enrique Amondarain, profesor de pádel. Esteban Palazuelos

“No recuerdo tanto calor tan pronto. En julio y en agosto sí, claro”, dice. Hace memoria y dice que desde hace ya unas semanas se sienten los 40 grados. “Al final ellos son los que más se mueven de un lado a otro. Nosotro nos ponemos gorras, pero a ellos les obligamos a parar, beber agua y echársela por la cabeza”.

A partir de julio en el club empiezan los cursos intensivos, y ahí ya se eliminarán las clases durante las horas más fuertes de sol.

Durante este episodio temprano de calor las temperaturas mínimas son también elevadas, con valores entre los 20 y los 25 grados en amplias zonas del sur y zona centro, y según datos de la Aemet, esta madrugada ha sido muy cálida, con valores entre "4 y 13 grados" por encima de lo normal en amplias zonas de la península.

Javier Pérez tiene 53 años y lleva 26 como taxista. “No recuerdo un mes de junio así nunca, pero es que como el de mayo tampoco. Julio y agosto va a ser horrible. Él al final tiene más facilidades para pasar el día más fresco: “Casi siempre vamos buscando paradas con sombra. Lo de dar vueltas ahora está más complicado”, dice.

Javier Pérez, taxista

Javier Pérez, taxista Esteban Palazuelos

Y si no, tiene el aire acondicionado: “Aunque ahora con el precio al que está la gasolina… Si tengo que llevar a un cliente lo pongo, porque hay que dar un buen servicio. Pero si voy solo prefiero bajar la ventanilla y ya está”.

Según la Aemet, este miércoles las temperaturas bajarán por el día en áreas del Cantábrico y en el interior este de Andalucía, pero subirán en el oeste de Galicia y de la meseta Norte, así como en el Ebro e interior de Cataluña y de Valencia, y se prevé que se superen de nuevo los 40 grados en los valles del Ebro, Tajo, Guadiana y Guadalquivir.

A partir del viernes es posible que haya un "descenso significativo" de las temperaturas en la mitad occidental peninsular, manteniéndose los valores muy elevados en la mitad oriental, han señalado fuentes de la Aemet.

David es brasileño y trabaja en la construcción. Lleva en España desde 2003. “En casa puedo hasta cocer pan sin horno”, afirma riéndose. En su país natal ahora es invierno, pero cuando hace calor, durante el invierno español, hay una diferencia: “Allí lo bueno es que por las tardes refresca. Aquí no”. Tanto él como su compañero de faena, que este martes se estaban dedicando a labores de jardinería, reconocen que en la empresa con la que están los tratan “muy bien, nos dan agua todo el tiempo y no nos falta de nada”.

Omar lleva 22 años en Madrid desde que llegase de Venezuela. Ahora tiene 37 años, dice. Aquí maneja un toro mecánico con palas, para transportar materiales pesados. “No recuerdo nada parecido, está siendo insoportable”, apunta mientras explica que para combatirlo beben “agua todo el tiempo y nos la echamos por la cabeza”. Por suerte, en la urbanización donde está trabajando hay árboles que dan sombra y corre algo de viento. “Ahí en Charmartín estarán en el infierno, todo el día bajo el sol”.

Omar, trabajador de la construcción.

Omar, trabajador de la construcción. Esteban Palazuelos

Ante esta situación de calor, Protección Civil y Emergencias ha alertado también de altas temperaturas y por riesgo extremo de incendios forestales ya que, salvo en puntos de Galicia, de la cornisa cantábrica y del este peninsular, el riesgo de incendio previsto para hoy en la Península y en las Islas Baleares es "extremo".

Otro de los factores atribuidos al calor extremo es el índice de radiación ultravioleta, que también se mantiene esta jornada elevado en la mayoría de las capitales españolas, y así, entre este miércoles y el jueves registrarán valores máximos, que oscilarán del nueve al once (de una tabla que va del 1 al 11).

Estas magnitudes, según la Organización Mundial de la Salud, aconsejan una protección extra, de manera que hay que evitar o limitar las salidas durante las horas centrales del día, utilizar crema solar (mínimo factor 15 y preferiblemente 30), buscar siempre la sombra y usar gafas de sol que protejan contra las radiaciones ultravioleta A y B. 

Imagen de unos trabajadores en la obra de la estación de Chamartín, en Madrid.

Imagen de unos trabajadores en la obra de la estación de Chamartín, en Madrid. Esteban Palazuelos