Diez libros son pocos. Diez son apenas unos pocos pasos, los que un hombre puede dar sobre el tablón cuando se siente en sus costales el sable antes de caer al océano. La piratería romántica, la del pegote de rímel en el ojo, pendiente en la oreja izquierda si dejaste el Cabo de Hornos a babor, la del tesoro enterrado y el barril de ron lleno está más viva que nunca. Keith Richards vestido de pirata está de gira con los The Rolling Stones -ayer tocaron en Las Vegas, la ciudad de los sablazos-, o las penurias de Johnny Depp “ajusticiado” por sus fans antes de que si quiera una sentencia le condene. 

Y también está la otra piratería, de la que el Ministerio de Asuntos Exteriores te aconsejan cuidarte si costeas Guinea Ecuatorial o el cuerno de África. De la piratería informática, esa que te manda un mail diciendo que has visto porno y que si pagas no se lo cuentan a tus amigos, de esa que escriba otro.

A continuación, diez lecturas que recomiendo si un día te imaginaste un pirata barbado, “con parche en el ojo, con pata de palo, con cara de malo. El viejo truhan, capitán, de un barco que tuviera por bandera, un par de tibias y una calavera”.  Mientras recitas a José de Espronceda, “Asia a un lado al otro Europa”, toma nota, que te pueden servir para regalar estas navidades. 

La Jolly Roger, garantiza una buena portada pirata.

La Jolly Roger, garantiza una buena portada pirata.

Piratas de Peter Lehr. “Una historia desde los vikingos hasta hoy”. (Editorial Crítica 350 pág. 21 euros). ¿Eran audaces los “principes del mar”? O más bien unos desarrapados buscadores de fortuna inconscientes de la miseria que embarcarse les obligaría a vivir. El escocés Peter Lehr, experto en terrorismo maritimo, descarta pronto la idea romántica de la piratería proyectada por el cine para describir los océanos como una extenso campo de juego para saqueadores ante la debilidad de la vigilancia.

101 cosas que deberíamos saber sobre los piratas. (Susaeta Ediciones 48 pag. 3.75 euros). ¿Para niños? Viñetas y textos cortos para plantear un vistazo general sobre la vida de los piratas: ¿Sabías que los capitanes solían elegirse por votación democrática y también podían ser depuestos? Así cada capitán debía hacerse respetar y ser justo en sus decisiones. Si el capitán asumía también la responsabilidad de la derrota del barco -la marcación del rumbo- su puesto era más seguro porque la tripulación dependía de sus decisiones y temía no saber volver a tierra sin él. 

El Pirata. Walter Scott. (Espasa Clásicos 425 pag. 25 euros). En las islas Shetland, en pleno mar del Norte, dos náufragos, uno de la vida y otro de la mar se encuentran en tierra. Publicado en 1822 la edición de Espasa es más folletinesca que marinera, más romántica que de espadachines. No te iniciará en los vericuetos de corsarios o bucaneros pero describe bien como la sociedad percibía a los piratas.

Historia general de los robos y asesinatos de los mas famosos piratas. Daniel Defoe. (Valdemar/Histórica 748 pag. 50 euros en Iberlibro). 

El autor de Robinson Crusoe, Daniel Dafoe, publicó la primera parte en 1724. Se inicia con la biografía de 17 piratas ingleses de la época. La segunda parte se ocupa de los capitanes y las tripulaciones que pirateaban en Madagascar, el Índico y la costa africana. El punto de partida arranca en 1717, el año en el que el Rey Jorge I publica el Edicto para la supresión de los piratas que incluía el perdón real para los que abandonasen sus actividades delictivas. Este libro es la primera fuente de inspiración para la construcción de la imagen del pirata romántico que el cine nos ha proyectado.

El Jolly Roger, la calavera con las dos tibias, pintada por Francisco Torres Olivier estremece, que curiosamente firma además la traducción. El libro ya anda solo en el circuito de segunda mano. Invito a Valdemar a reeditarlo o “saquearemos el fondo de catálogo”. Mi salva páginas en este libro es un chiste de Andrés Rábago El Roto, publicado el 29 de diciembre de 2010 en El País: “Durante el naufragio el capitán se mantuvo en su puesto, pero los pasajeros se abalanzaron sobre él y le arrojaron por la borda…” 

Piratas y Mar Azul. Arthur Conan Doyle. (Ediciones del Viento. 232 pág). 

Desde la experiencia como médico a bordo de un ballenero en las aguas del Ártico el escocés Conan Doyle, autor de Las Aventuras de Sherlock Holmes, escribe este libro de cuentos, que en un primer momento fueron atribuidos a la pluma de Robert Louis Stevenson (La Isla del Tesoro). El ron y la sangre se mezclan en aventuras de piratería, sol caribeño y crueldad sobre la mar salada. Ediciones del viento publicó este libro con una solapa preciosa con el velero Rose Dorothea con su mastelero roto fotografiado en 1907 en Massachusetts.

Kabir Bedi, Sandokan, en una de Emilio Salgari.

Kabir Bedi, Sandokan, en una de Emilio Salgari.

Las cien mejores películas sobre piratasMiguel Juan Payán.  (Cacitel. 224 pag. 16 euros).

Catálogo de películas, con sus afiches, fotografías y carteles, con las mejores películas para revisar la filmografía con el sable entre los dientes. El autor hace especial hincapié en las fuentes literarias del cine de piratas (Emilio Salgari/Los Tigres de Mompracem y Sandokan), los relatos de Rafael de Sabatini, la obra de Robert Louis Stevenson y Peter Pan. La documentación gráfica es mucho mejor que la edición que incluye las que Arturo Pérez Reverte elige como las mejores películas sobre navegación que todo aficionado a la mar salada debe ver: El mundo en sus manosEl Capitán Blood, la versión de Victor Fleming de La Isla del TesoroRebelión a bordo con Charles Laughton y Clark Gable, Jason y los ArgonautasLos Vikingos, La Carta Esférica (sobre su propia novela), El Misterio del Barco PerdidoEl Zorro de los OcéanosDas Boot (El Submarino), Master and CommanderHundid el BismarkLa Batalla del Río de la PlataBajo diez BanderasTorpedoMar Cruel… entre otras.

En guerra con los berberiscos. Una historia de los conflictos en la costa mediterránea. Juan Laborda Barceló. (Turner 240 pag). 

Ensayo sobre la disputa en el siglo XVI entre España y el norte de África por el control del Mare Nostrum y de como sus sucesivas campañas agotaron recursos, dejaron huellas que aún se sienten en islas como Chafarinas, Alborán o Alhucemas o en la misma Ibiza, donde Pou de Lleó, el Pozo del León, cuenta la historia de un pozo de agua dulce protegido por un león africano para dar de beber a los piratas sedientos. 

Un pirata contra el capital. Steven Johnson(Turner. 282 pag).

“Toleremos a los piratas y el resto del mundo habrá de cesar” Henry Newton. Así arranca el americano Steven Johnson la historia de como el pirata inglés Henry Every, capital del Fancy se apodera de un barco que cruzaba entre India y la Meca y se hace con su botín. Este acto de piratería desencadenó la caza y captura de los piratas que ponían en peligro el tráfico de mercancías de la Compañía de la Indias Orientales.

El Cazador de Piratas. La historia secreta del capitan Kidd. Richard Zacks. (Lumen 675 pag). 

Casi todo lo que se ha contado sobre el capitan Kidd es falso, no fue un pirata sino un corsario -con su permiso real para cometer tropelías- al servicio de la corona británica. Zacks reconstruye tras años de investigación los años de un lobo de mar con un enemigo acérrimo, el pirata Robert Culliford.

Corsarios Alemanes en la Segunda Guerra Mundial. Luis de la Sierra. (Editorial Juventud  261 pag)

Los alemanes disfrazaron de cargueros inofensivos a muchos buques durante la Segunda Guerra Mundial, de todos los hundimientos que realizaron con esta técnica de camuflaje naval va este libro que suma uno más a la impresionante trayectoria de la Editorial Juventud -¡Sí, la que editó por primera vez en España a Tintín!- en la divulgación de la cultura marina. Una recomendación: vayan a comprarlo a la Librería Robinson, harán amigos y seguro que Juan, el librero, les recomienda algún otro.