Ramón, 'El Molina', residía en una pedanía de Torre Pacheco.

Ramón, 'El Molina', residía en una pedanía de Torre Pacheco. Cedida

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El mal día en que Ramón conoció a Ibi y Marisa en Murcia: le robaron, lo drogaron y lo mataron

Las dos veinteañeras hicieron un directo en Instagram donde se reían de la muerte del anciano: "Estamos presas, nena. Hemos matado a un viejo".

24 septiembre, 2021 01:51
Murcia

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A Ramón los rizos de su pelo le valieron en sus años mozos el apodo de 'El Molina', porque los vecinos de Balsicas veían en él cierto parecido a Antonio Molina: el famoso y atractivo cantante de copla. "Él siempre venía diciendo que se había echado alguna novia", recuerda con cariño Ascención, sobrina de Ramón 'El Molina'. Un anciano simpático, al que sus 86 primaveras, y sus problemas de oído, no le frenaban para hacer vida social por el pueblo hasta que en su camino se cruzaron: Ibittssam y María Isabel. Le robaron el dinero y su último aliento.

Este supuesto homicidio resuelto por la Guardia Civil ha indignado a los vecinos del municipio murciano de Torre Pacheco. En primer lugar, porque la marroquí Ibi y la española Marisa tuvieron la sangre fría de grabar un vídeo donde se mofaban de la muerte del anciano Ramón: "¿Estás en la morgue?" Y en segundo lugar, porque tanto Ascensión como su prima, Pepi, sostienen que las dos veinteañeras solo tenían un interés en la relación que mantenían con su querido tío: "Venían a verle cada vez que cobraba su pensión".

Ramón era un objetivo fácil: vivía solo en un bajo de su difunto hermano. Como no tenía que pagar alquiler, su pensión de 400 euros la dedicaba íntegra a disfrutar: a almorzar en la gasolinera, a pasear por el jardín de la Constitución..."Ellas tuvieron que conocerle en un bar de Balsicas", subraya Encarnación, como hipótesis del inicio de la relación de Ramón con Ibi y Marisa, ya que el anciano residía en la citada pedanía pachequera, carecía de coche y de teléfono, y las dos chicas, muchísimo más jóvenes, estaban afincadas a unos kilómetros en el casco urbano de Torre Pacheco.

Ni una ni otra veinteañera tenían una brillante trayectoria laboral más allá de haber tenido algún empleo temporal en el sector agrícola. De forma que encontraron en la pensión de Ramón una supuesta fuente de ingresos. "Cuando le ingresaban la pensión, la sacaba entera, se le gastaba en comer y en lo que fuera: era muy generoso", apunta Pepi. "A lo mejor ellas pensaban que tenía dinero porque su hermano le dejó 18.000 euros de herencia y el usufructo del bajo donde vivía".

La Guardia Civil detuvo a las supuestas autoras de la muerte de Ramón en la Operación Chavito.

Pepi y Encarnación relatan que los encuentros entre el octogenario y las chicas, como mínimo, eran mensuales: "Los vecinos nos han contado que estas mujeres llevaban bastante tiempo viniendo a verle, cada vez que cobraba la pensión del mes: visita. Un amigo de Ramón nos dijo que cuando iba a verlo al bajo, si estaban ellas, él le decía que se marchase".

Coincidiendo con esa relación con las jóvenes, de la que no tenía constancia su familia porque reside en otra localidad, el anciano recibió asistencia sanitaria hasta en tres ocasiones. Los familiares no le dieron importancia porque Ramón era el primero que le restaba interés: era un tipo curtido haciendo pozos y zanjas, que se pasó toda su existencia con una excavadora. De hecho, esa dilatada carrera profesional como conductor de maquinaria le valió el segundo apodo de su vida: 'El Chavita'.

"Tres veces se mareó en la calle, acabó en el suelo, y la ambulancia vino a por él, pero cuando le atendían se iba a su casa". Ahora a la vista del truculento final que sufrió el jubilado, su sobrina, Pepi, sospecha que aquellos episodios fueron fruto de que esas chicas le daban un fármaco a su tío para dejarlo grogui: "No sé si le daban algo y le robaban, creo que él pensaba que hacía algo con ellas, pero en realidad se dormía y ellas le quitaban el dinero".

Cita mortal con las chicas

Un viernes de mediados de febrero tuvo lugar la cita que le costó la vida al anciano. Ramón se subió en un coche -supuestamente- junto a Ibittssam y María Isabel. A sus 86 años, le seducía la idea de disfrutar de la piel tersa y de las curvas de dos jóvenes que no llegaban a la treintena.

El vehículo salió de la pedanía pachequera de Balsicas y recorrió diez kilómetros hasta una zona con invernaderos, en el término municipal de San Javier. Allí, lo único que cató 'El Chavita' fue algún fármaco que lo dejó aturdido y adormecido. No podía ofrecer resistencia.

Ibi y Marisa desplumaron a su presa dejándola abandonada a su suerte en un paraje rural. El anciano tuvo que darse una buena caminata por una carretera hasta que se topó con un conductor que le prestó auxilio: Ramón estaba 'KO' y acabó ingresando de urgencia en el Hospital Los Arcos de San Javier. "El sábado fuimos a limpiar el bajo de Balsicas donde vivía y no estaba, entonces un hermano mío lo buscó por el pueblo y nos dijeron que lo vieron subirse con una en un coche", asegura Pepi.

Una vista aérea del Hospital Los Arcos de San Javier

Una vista aérea del Hospital Los Arcos de San Javier Ute

Confesión en 'streaming'

La familia no sabía con qué chica podía haber desaparecido. "Lo buscamos durante todo el fin de semana". El lunes 22 de febrero recibieron una llamada trágica y desconcertante: Ramón, el pequeño de diez hermanos, había muerto de una insuficiencia cardiorespiratoria tras ser auxiliado por un conductor en una carretera secundaria y haber permanecido ingresado 48 horas en Los Arcos.

Pasaron los meses y todo el mundo pensó que 'El Chavita' falleció de muerte natural tras desorientarse. Pero hubo dos hechos importantes que destaparon que murió en un presunto homicidio. El primero: Ibittssam y María Isabel, un día de farra, tuvieron la ocurrencia de protagonizar un directo en Instagram donde decían esto:

- ¿Han sacado el cadáver o no? (Risas)

- ¡Estamos presas!

Al ritmo de música árabe, una de ellas bailaba en bragas y sujetador, mientras no cesaba de reírse del trágico final del octogenario:

- ¿El cadáver 'pa' cuándo?

- ¡Chavita!, ¡Chavita!

- ¿Dónde estás Chavita? ¿Estás en la morgue?

- Estamos presas, nena.

- Estamos celebrando la muerte del Chavita. Nos vamos a la cárcel por asesinas.

En el vídeo, de 3 minutos y 58 segundos de duración, quedan patentes los pocos escrúpulos de una de las jóvenes, cuando se pone a comer un muslo de pollo y confiesa en 'streaming' su vinculación con el homicidio:

- La carne del 'Chavita': ¡Qué rica está!'

- Estamos celebrando la muerte del Chavita. Hemos matado a un viejo.

Las dos jóvenes detenidas en Torre Pacheco.

Las dos jóvenes detenidas en Torre Pacheco. Guardia Civil

Otro caso en Los Alcázares

El segundo hecho que levantó las sospechas sobre la muerte de Ramón fue este: un vecino de Los Alcázares, una localidad próxima a Torre Pacheco, apareció dormido en su casa sin saber cómo había llegado.

"Las alarmas en la familia saltaron cuando un guardia civil, cuatro meses después del entierro de mi tío, vino a decirnos que iban a exhumar su cadáver para averiguar las causas de su muerte porque un hombre de Los Alcázares también apareció desorientado en su domicilio como cuando Ramón llegó al hospital", relata Pepi.

- ¿Cómo reaccionó usted cuando le dieron semejante noticia?

- Me quedé muerta.

La Guardia Civil comprobó que Ramón había ingresado desorientado en el Hospital de Los Arcos de San Javier y las pruebas forenses confirmaron que el anciano murió tras ser drogado con fármacos. Los investigadores recabaron información que situó en la diana a Ibi y Marisa, una de las cuales tenía antecedentes por presuntos robos con violencia e intimidación. Y para colmo el vídeo de Instagram se viralizó entre los vecinos, incluso llegó a manos de la familia del difunto.

"Se reían de haber matado a una persona mayor: tuvieron poca vergüenza y fueron poco listas", reflexiona Pepi, muy dolida con el contenido de las imágenes. 

- ¿Cuando usted vio el vídeo reconoció a esas chicas?

- Yo no las conocía de nada. No sé si trabajaban o si vivían del cuento, buscando ancianos y gente que vivía sola para robarles.

Operación Chavito

A principios de septiembre, un nutrido grupo de agentes de la Guardia Civil puso en marcha la 'Operación Chavito' -como guiño al segundo apodo de la víctima mortal de las sospechosas-. En los registros que practicaron a los domicilios de Ibittssam y María Isabel, en uno de ellos, intervinieron una serie de medicamentos compatibles con los que presuntamente administraron en febrero a Ramón, cuya cuenta bancaria tenía cero euros cuando falleció.

Las dos amigas terminaron en prisión nada más prestar declaración en los juzgados. "Mi tío era simpático, trabajador y muy buen profesional: decían que con la máquina excavadora era capaz de hacer cosas que otros no podían", resalta Encarnación. "Nadie merece morir así: estamos indignados en la familia y esperamos Justicia".