A la izquierda, el pequeño Ilias. A la derecha, Hassan.

A la izquierda, el pequeño Ilias. A la derecha, Hassan. E.E.

Reportajes

Un millón de euros para los padres de Ilias: condena ejemplar por un parto negligente en Murcia

La discapacidad que sufre el niño es fruto de la maniobra de extracción realizada durante el alumbramiento en el Hospital Los Arcos de San Javier.

11 septiembre, 2021 12:03
Murcia

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Ilias necesita ayuda para subirse a los columpios, comer, vestirse... Una mala praxis médica durante el parto le condenó a nacer con una parálisis braquial obstétrica, que derivó en problemas de fuerza y movilidad desde el hombro hasta la mano de su brazo derecho. "Preferiría que mi hijo estuviese bien, antes que cualquier suma de dinero", subraya tajante Hassan, su padre, tras conocer que un juzgado de Madrid ha fallado que Ilias será indemnizado con un millón de euros por la aseguradora de la ginecóloga que se ocupó de su alumbramiento.

"La salud de mi hijo no tiene precio", insiste el padre de este chiquillo al que le encantan las tortugas. A Hassan, la mareante indemnización no le hace olvidar el calvario que con solo cinco añitos de vida lleva sufrido Ilias por una parálisis braquial obstétrica que, para colmo, incluye un neuroma: una regeneración ineficaz de las terminaciones nerviosas de su brazo derecho. "Le han operado tres veces y no descartan una cuarta", apunta preocupado.

Ni las tres intervenciones quirúrgicas, ni los tratamientos paliativos a base de injertos e infiltraciones de botox han evitado que las secuelas del parto del pequeño se hayan traducido en una discapacidad del 33%, tal y como refleja un dictamen médico del Instituto Murciano de Acción Social.

"Su brazo es como una medialuna: no puede enderezarlo", ejemplifica el padre sobre las secuelas físicas y estéticas que padece el pequeño, al que le sobresale el homoplato y su hombro derecho no está alineado con el izquierdo (escápula alada). Además, tiene tres cicatrices en su cuerpo. "Ilias es poco hablador". La inocencia propia de un niño, no evita que le afecte psicológicamente una infancia marcada por las sesiones de rehabilitación con el fisio -a causa de un parto negligente-.

"Hemos pasado unos años fatal". El infierno de esta familia marroquí comenzó el 5 de junio de 2016, en el paritorio del Hospital Los Arcos de San Javier, donde dio a luz la esposa de este camionero curtido en rutas internacionales. "Yo presencié el parto de mi mujer y cuando nació mi hijo movía las dos piernas, pero solo uno de sus brazos, entonces, un médico se lo llevó para evaluarlo porque eso no era normal".

- ¿Qué explicación le ofreció el médico tras evaluar a su hijo?

- Hassan: Me dijo que a lo mejor no movía el brazo derecho porque había sufrido un tirón durante el parto. Pasaban los días y no mejoraba. A mi esposa le dieron el alta, pero a Ilias lo dejaron ingresado. Luego le dieron el alta y seguimos viendo a los médicos. Aguantamos así un año, solo deseábamos que lo ayudasen a curarse, pero cuando vi que mi hijo no mejoraba recurrí a la Justicia para luchar por su futuro. 

Ignacio Martínez, abogado de la Asociación del Defensor del Paciente.

Ignacio Martínez, abogado de la Asociación del Defensor del Paciente.

El matrimonio, afincado en la localidad murciana de Los Alcázares, puso el caso en manos de la Asociación El Defensor del Paciente. "Si mi hijo, ahora, no podía ni coger un juguete con la mano derecha. ¿Cómo iba a vivir así?, ¿Cómo iba a encontrar trabajo?", reflexiona Hassan, quien a sus 55 años acumula tantos portes de productos agrícolas a Inglaterra como vicisitudes vividas a caballo entre Marruecos y España. 

Hassan no estaba dispuesto a permitir que su tercer hijo, el pequeño de la casa, sufriese penurias en el futuro, sobre todo tras las duras vivencias que el cabeza de familia ha pasado: "Me tuve que ir de Marruecos al Sáhara porque unos islamistas me tenían amenazado cuando estudiaba Lengua y Literatura Francesa en la universidad; luego trabajé de camarero en El Aaiún por 200 euros al mes; crucé en patera a España y durante cuatro meses dormí tirado en el campo mientras trabajaba como jornalero agrícola para buscarme un futuro mejor". 

Y 21 años después de aterrizar en la 'tierra prometida' tenía claro que iba a depurar las responsabilidades legales de las secuelas físicas que sufrió su hijo tras el parto. Ignacio Martínez, abogado especialista en derecho sanitario, adscrito a la Asociación El Defensor del Paciente, ha logrado demostrar en los juzgados que la ginecóloga que estaba de guardia el 5 de junio de 2016, en el Hospital Los Arcos de San Javier, cometió una mala praxis durante el alumbramiento de Ilias.

La clave del caso

La clave del proceso legal era determinar si la causa de la parálisis braquial de Ilias se produjo por una tracción excesiva y desproporcionada del cuello fetal, en la maniobra que se ejecutó durante el parto. El objetivo de tal maniobra era solventar la distocia de hombros que presentaba el pequeño tras la salida de la cabeza y que generaba dificultades para sacarlo por el cuello uterino, con riesgo incluso de que se asfixiara. De forma que hubo que realizar maniobras obstétricas adicionales para traer al mundo al tercer hijo de este matrimonio marroquí.

El letrado de la compañía aseguradora de la ginecóloga, alegó al juez que el parto tuvo lugar de forma eutócica: "sin ser precisa la intervención de la asegurada". Incluso llegó a afirmar que cuando llegó la ginecóloga al paritorio: "el feto ya había nacido y no tuvo que intervenir". El abogado también tildó la indemnización solicitada de "desproporcionada" y "carente de base jurídica alguna", al argumentar que la actuación médica se ajustó a los protocolos asistenciales.

El letrado Ignacio Martínez sostuvo su acusación en un estudio pericial que concluía que la asistencia de la ginecóloga de guardia fue contraria a la 'lex artis'. De hecho, no se tuvieron en cuenta factores de riesgo, como que Ilias presentaba una macrosomía fetal: su peso estaba por encima del correspondiente a la edad fetal. "Una vez que se produjo la distocia de hombros, no se llevaron a cabo las actuaciones secuenciales que prevé el protocolo para evitar daños al niño, a pesar de que hubo tiempo para ello, extrayendo al bebé con una fuerza desproporcionada a tenor de las graves lesiones que presentó", tal y como indicó Martínez.

Una vista aérea del Hospital Los Arcos de San Javier.

Una vista aérea del Hospital Los Arcos de San Javier. Ute

La sentencia del Juzgado de Primera Instancia número 3 de Madrid no solo da la razón a la Asociación El Defensor del Paciente, sino que además propina un varapalo al argumentario empleado por el letrado de la compañía aseguradora que defendió a la ginecóloga. De un lado, tilda de "poco rigurosa" la calificación de un parto como eutócico, cuando se produjo distocia de hombros, y de otro, "constata una deficiente documentación de la historia clínica (de Ilias), con claras omisiones", así como una "contradicción flagrante" por parte de su perito.

El fallo del magistrado -que admite recurso- contiene algunos párrafos que son lapidarios, a la hora de relatar la mala praxis médica que tuvo lugar aquel 5 de junio de 2016 en el paritorio del Hospital Los Arcos de San Javier:

"Nos encontramos en primer lugar, con una serie de actuaciones o de omisiones que son directamente imputables a la ginecóloga de guardia; la historia clínica, responsabilidad de dicha profesional, por sus omisiones y contradicciones, no refleja adecuadamente el proceso del parto, no constando el momento en el que la dificultad de la extracción de los hombros se produce, no apareciendo tampoco qué instrucciones habría dado la ginecóloga antes de su personación en el paritorio y el tiempo invertido en llegar al mismo, no se observó, o se observó indebidamente, el protocolo de distocia de hombros (las maniobras a realizar para extraer al bebé)...".

1.499 días perdidos

La sentencia a la hora de establecer la indemnización por daños y perjuicios en un millón de euros, tiene en cuenta que Ilias -por culpa de esa parálisis braquial obstétrica- arrastra la friolera de 1.499 días "de perjuicio por pérdida temporal de calidad de vida". Todo ello, fruto de las intervenciones quirúrgicas, las escayolas en el brazo, las sesiones de rehabilitación con el fisioterapeuta...

El fallo también subraya que el horizonte no pinta mejor para este niño, de 5 añitos, porque tendrá que recibir rehabilitación de por vida y cuando trate de acceder al mercado laboral se encontrará con un hándicap: "No podrá realizar en el futuro todos aquellos trabajos que supongan la realización de esfuerzos con los dos brazos".

- ¿Qué hará con el millón de euros de la indemnización?

- Hassan: En los primeros años a mi hijo le daban tres sesiones de rehabilitación en el hospital y luego le quitaron dos. Tuvimos que reclamar y ahora recibe dos sesiones a la semana. Además, nos retiraron el servicio de transporte en ambulancia y mi mujer tenía que coger dos autobuses para ir a por Ilias al colegio en Los Alcázares para llevarlo a rehabilitación a San Javier, mientras que una vecina iba a por mis otros dos hijos al cole porque yo me paso diez días fuera de casa con las rutas internacionales. Con esta indemnización voy a buscar un médico que cure a Ilias y voy a comprarle una casa a su nombre para que tenga una vida digna.