Reportajes

El caso insólito de las 4 residencias sin muertos ni contagiados por Covid, y con todos ya vacunados

EL ESPAÑOL habla con las residencias de ancianos que han conseguido aguantar las tres olas. 

19 febrero, 2021 02:02

Noticias relacionadas

Como si fueran una fortaleza gala, cuando nadie lo espera, aún quedan residencias de ancianos que no han sido colonizadas por la Covid-19. Son pocas, aunque más de las que pudiera pensarse. La vacunación ya ha llegado a la mayoría. Han pasado diez días desde que recibieron la segunda dosis y, por lo tanto, se entiende que la inmunización está completada en estos centros: no han tenido problemas y, a priori, han salvado la pandemia. 

Hay que mantener las precauciones. Las residencias de ancianos han sido el lugar donde el coronavirus más daño ha hecho. Han sido más de 20.000 personas las que han fallecido en estos centros por la infección. Ahora, algunas dosis administradas han podido no funcionar, ya que cabe recordar que la reacción a los componentes es individual. Pero en todo caso, las vacunas administradas, las de Pfizer y Moderna, tienen una efectividad del 95% ante la primera cepa de la Covid-19.

Para una inmunización efectiva había que portar las dos dosis, administradas con 21 días de diferencia. Por el momento, en España quedan por vacunar cada vez menos residencias. No hay un dato exacto, ya que este se maneja por Comunidades Autónomas, pero el proceso está cerca de completarse. Las únicas residencias que no han recibido la vacunación son aquellas que se han visto aquejadas por un brote recientemente.

La inoculación total del fármaco podrá permitir que los ancianos de las residencias vivan estos meses con una mayor tranquilidad. Sobre todo en aquellos lugares a los que el coronavirus aún no ha conseguido penetrar. Son decenas de residencias las que resisten y han acogido con alivio un hecho que parecía imposible: pasar la pandemia sin contabilizar un solo positivo. EL ESPAÑOL ha hablado con cuatro de ellas.  

Residencia Mirasierra-Cercedilla

Residencia Mirasierra de Cercedilla.

Residencia Mirasierra de Cercedilla.

"Está la duda, la satisfacción, el haberlo conseguido porque pusimos los protocolos en febrero. Hicimos de todo al principio", comenta Emilia Cortés, fundadora de la Residencia Mirasierra de Cercedilla, en Madrid. Se congratula de lo conseguido una vez han pasado la inmunización, aunque se lamenta por lo ocurrido estos meses atrás: "Aquí tenemos gloriosos mayores, los que levantaron en España, y no se les está tratando con el respeto que merecen. Tendremos dos o tres de 80 años y el resto están casi en los 100 y más de 100. Algunos vinieron para un mes porque los había llamado San Pedro. Esta es su casa; se les da el sitio que corresponde".

Cuenta cómo el hecho de que el primer brote de Covid se origininara en China les puso en alerta. Cuando llegó a Italia, comenzaron a prepararse: "El personal debía estar en la residencia sólo con el material de dentro. Habilitamos una sala para que se cambiaran, se lavaran la cara y se pusieran el uniforme". Eso sí, rememora como dijeron no a los guantes, porque te acostumbras a no lavarte las manos y te crea una sensación de falsa seguridad. 

Luego se extremaron más aún las medidas. "Cuando alguno presentaba síntomas se les hacía un PCR. Teníamos todo planificado, cómo tenían que entrar… Y la terapeuta también se cambiaba de bata. Eso nos funcionó", comenta.

Además, las visitas de los familiares también pasó por estrictas medidas. "Se hizo un salón con recepción independiente y la familia se tenía que poner mascarilla y guantes, gorro y bata. También en algunos casos calzas. Se lo dábamos todo enrolladito en un recipiente. Eso fue lo que nos salvó".

Una médico tiene controlados a los pacientes todo el tiempo. Incluso, los proveedores tienen una zona límite de paso. A quienes les vacunaron, antes les hicieron una PCR con una "vigilancia exagerada". El día en que los inmunizaron lo celebraron. "Lo pasamos divino", dice Teresa. "Hicimos una obra de teatro el mismo día de la segunda vacuna. Van mucho al gimnasio", comenta sobre los residentes de este geriátrico. 

Residencia Sagrado Corazón 

Las hermanas Clara y Luz, en la entrada de la residencia.

Las hermanas Clara y Luz, en la entrada de la residencia. Javier Carbajal

Campo de Criptana (Ciudad Real). La Residencia de Ancianos Sagrado Corazón de Jesús continúa siendo una aldea gala. Lo han conseguido, al igual que las otras tres participantes en este reportaje: han completado el periodo de vacunación sin contabilizar ninguna PCR positiva por Covid-19.

Cuenta Sor Clara que, desde el inicio de la pandemia, han tratado de mantener las mismas medidas. "Además, hacemos periódicamente recordatorios a los trabajadores y a la Comunidad, procurando mantener las distancias y la higiene".

Aquí recibieron la primera vacuna el 12 de enero. La segunda, el 2 de febrero. Están muy contentos y no había miedo, aunque alguno rehusó a la vacuna. "Se les ha informado en todo momento. Se les ha dicho que, al igual que cualquier otro fármaco que presenta contraindicaciones en el prospecto, la de la Covid-19 no iba a ser menos. Como llega mucha información, pues se les comentó y se les tranquilizó".

Por lo general están muy contentos y satisfechos. Nadie ha tenido una reacción contraria y pueden estar tranquilos con respecto al coronavirus. Por el momento, la residencia no se ha aperturado a las visitas. Continúan las videollamadas, pero sabiendo que lo peor ya debería haber pasado. "Como la mayoría de la población no está vacunada, son indefensos y es una preocupación el tema de las familias, pero pronto volverán. El día que lo digan desde la administración se harán", concluye Sor Clara.

Residencia Tierra de Pinares

Residencia de mayores Tierra de Pinares.

Residencia de mayores Tierra de Pinares.

La Residencia de la Tercera Edad Tierra de Pinares, en Valladolid, aún no sabe lo que es contabilizar un caso de Covid-19. Nuria atiende a EL ESPAÑOL telefónicamente y cuenta cómo ha sentado la vacunación en este centro, donde esperan que el coronavirus sea una pesadilla que no llamó a su puerta. 

Algunos de los residentes del centro se han negado, pero no son, ni mucho menos, la mayoría. Al revés, son minoría: tres o cuatro. Tanto residentes como empleados viven este momento con gran alegría. "Están contentos", dice Nuria.

Actualmente, las visitas están controladas por la dirección de este centro público. Sólo puede entrar una persona con mascarilla. Aquellos a quienes sus capacidades les permiten pasear, también pueden salir estos días a la zona ajardinada de la residencia. "Se han colocado unas cintas, para que sepan hasta dónde pueden ir", comenta.

Residencia Santiago de Villabona

Residencia de mayores de Santiago de Villabona

Residencia de mayores de Santiago de Villabona

Emejota no quiere dar su nombre real. Trabaja en la Residencia de Mayores Santiago de Villabona (Guipúzcoa), perteneciente a Arquisocial. Nada más coger el teléfono, no sabe cómo ha trascendido que son uno de los 23 centros de País Vasco que no han contabilizado casos de Covid-19 en lo que va de pandemia.

Sólo 2 de los 35 residentes se han negado a ponerse los compuestos de Pfizer. El resto, tan contentos. "Ya han pasado los 10 días establecidos para que logren la inmunización, aunque no se sabe a cuántos afectará, y ellos están contentos", cuenta la trabajadora en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.

En este centro continúan con las mismas pautas de visitas y las mismas medidas que antes de la vucuna. "Corres mucho riesgo y supongo que esto continuará así hasta que se logre la inmunidad de grupo", afirma. 

A pesar de todo, dependiendo de los contagios del exterior, las visitas han ido tomando un rumbo u otro. Hubo un tiempo en que las familias tenían que ver a los suyos con un cristal de por medio. Ahora eso ya no ocurre. "Tienen visitas tres veces por semana -desde esta semana- y pueden salir a pasear por el pueblo. Eso sí, no pueden estar en ningún espacio cerrado ni en las terrazas de los bares, para evitar que se bajen las mascarillas. Pueden salir a pasear", comenta Emejota.

La empleada de la residencia guipuzcoana cree que aún hay que mantener la calma, aunque haya culminado el periodo de vacunación en la residencia y esté empezando en la población en general. "La sociedad -entre la que me incluyo- no está haciendo las cosas bien".