La lotería de los nuevos vacunados: mayores de 70, obesos, diabéticos... ¿Cuándo me tocará?

La lotería de los nuevos vacunados: mayores de 70, obesos, diabéticos... ¿Cuándo me tocará? E.E.

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La lotería de los nuevos vacunados: asmáticos, obesos, diabéticos... ¿Cuándo me tocará?

Habrá beneficiados y perjudicados en la lista de a qué grupos vacunar antes. Esto opinan tras saberse el destino de las dosis de AstraZeneca.

10 febrero, 2021 02:05

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El pasado 24 de noviembre, el exministro Salvador Illa compareció ante los medios y dio a conocer el plan de vacunación en España. El mandato fue claro: “Los más vulnerables y el personal de primera línea, que se vacunen primero”. Así fue desde el principio, priorizando a las residencias, a los mayores de 80 años y a los sanitarios que se encontraban más cerca de la Covid-19, pero poco a poco se ha cambiado de parecer. Ahora ha entrado en juego un segundo criterio, el de la transmisión o exposición; esto es, “los que estén más expuestos al virus, que se vacunen después”.

Las nuevas listas de vacunación de la ministra, Carolina Darias, y la Comisión de Salud Pública han dado un giro de 180º con respecto a las pactadas anteriormente, dando prioridad no a los enfermos y grupos de riesgo, sino a los llamados “grupos sociales” con exposición a la Covid. En ellos se incluyen los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, bomberos, personal de emergencias, protección civil y forestales, el Ejército y docentes de infantil y primaria, entre otros. Por lo pronto, los enfermos y pacientes de riesgo que no cumplan estas características tendrán que seguir esperando.

Esto contrasta con las últimas declaraciones del Ministerio sobre la vacuna de AstraZeneca, recién llegada a España y que no se va a usar en mayores de 55 años. En un principio, la idea era que estas nuevas dosis no supusieran una reorganización de la estrategia, ya que las reservas de Moderna y Pfizer eran suficientes, pero casualmente han venido acompañadas de este mismo cambio de planes. Este reajuste, como todo, deja dos grupos: beneficiados y perjudicados.

Carolina Darias, nueva ministra de Sanidad.

Carolina Darias, nueva ministra de Sanidad.

Los primeros ya los conocemos. Se trata de los citados más arriba, así como forenses, fisioterapeutas, farmacéuticos, protésicos dentales, logopedas, etc. Los “grupos sociales”. Pero también algunos de los considerados de “máxima prioridad” debido a su mortalidad, entre los que entran las personas con Síndrome de Down, los obesos de grado III y los mayores de 70 años, entre otros, según la La Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SMPSPH). Es la nueva guía del Gobierno, pero el problema radica en los segundos, los perjudicados: la población también vulnerable y con igual riesgo de mortalidad que, con el nuevo calendario sobre la mesa, ha pasado a un segundo plano.

“Una suertuda”

Uno de los grupos que van a ser inoculados con prioridad máxima son las personas con Síndrome de Down, precisamente unas de las más sensibles a la pandemia. Serán los siguientes en las dosis de Pfizer y Moderna, y expertos como la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) los sitúan entre los colectivos de máxima prioridad para vacunarse junto a los obesos de grado III, los mayores de 70 o los enfermos de esclerosis múltiple de grado alto. 

Y en estas se ve Blanca San Segundo, la primera persona Down graduada en España, que trabaja en un colegio infantil inclusivo desde hace ocho años. Ella, como maestra, entrará en las listas de vacunación sea como sea, por una cosa o por la otra, y lo entiende. “Lo lógico es que las personas con Síndrome de Down vayan primero. Al final nos afecta más todo lo que tenga que ver con problemas respiratorios. Sólo un resfriado nos sienta fatal… imagina esto”, comparte en conversación con EL ESPAÑOL.

En su caso, Blanca ha estado un año saliendo de casa “lo mínimo imprescindible” para, a fin de cuentas, reducir al extremo las posibilidades de contraer la Covid. Sabe que tiene diez veces más posibilidades de morir por Covid que alguien que no tenga Síndrome de Down, así que ha tenido cuidado. “Pero soy una suertuda, porque la vacuna me va a llegar tanto por ser Down como por ser maestra”, aclara.

Blanca San Segundo

Blanca San Segundo Cedida E.E.

Los desplazados

Quien no tendrá tanta suerte será Aureliano Ruiz Salmón, vicepresidente de la ‎Federación Española de Diabetes (FEDE). En conversación con este diario, Ruiz se indigna con que los enfermos de diabetes tampoco hayan estado en el punto de mira del Gobierno. Y justifica. “Nos reunimos con Pilar Aparicio [Directora General de Salud Pública] y le explicamos que un 35% de personas con diabetes se muere al contraer la Covid, pero nada”, concluye. “No sé si es una cuestión política o qué es, pero lo que tengo claro es que somos las asociaciones las que estamos cuidando más de los nuestros, directamente porque no hay Atención Primaria”.

Ruiz Salmón lleva 26 años con diabetes y trabajó durante 44 en el Hospital Marqués de Valdecilla, en Santander. Sabe de lo que habla, y no entiende cómo los diabéticos, uno de los grupos con más mortalidad en España y más sensibles a la Covid-19, no tengan su espacio prioritario ni siquiera dentro de las listas de riesgo por mortalidad. “Y me parece fatal. Sinceramente, una persona con 50 o 60 años que tenga diabetes está peor que una de 80 que esté sana; es así. Deberíamos tener más derecho porque somos más vulnerables”.

Aureliano Ruiz Salmón, diabético.

Aureliano Ruiz Salmón, diabético. Cedida E.E.

Es uno de los grupos que, efectivamente, más llaman la atención. En las listas de la SEMPSPH, los diabéticos con una magnitud “alta” o “moderada”, en contraste con la “muy alta” de los que padecen síndrome de Down. Para Ruiz Salmón, la razón radica en los números. Sencillamente, con más de seis millones de diabéticos en España, según sus cifras, son demasiados para llenar las listas de vacunación del Gobierno. No son los únicos en la misma situación.

Asmáticos, olvidados

Desde el primer momento en que el Covid llegó a nuestras vidas, una de las primeras alertas que se daban de la enfermedad era que, ante todo, ocasionaba problemas respiratorios. Es por ello que otra de las ausencias más sorprendentes en la máxima categoría de vacunación sean los asmáticos. También para ellos.

“De entrada me ha impactado que no estemos entre los prioritarios”, declara Conchita Grau, presidenta de Asma Madrid. “Entiendo que lo habrán hecho en consonancia con datos científicos, pero a nivel general vemos esto y no entendemos por qué no nos han incluido”, indica a este diario. En su caso, sabe lo que se juega si coge la Covid, y ha sido precavida a más no poder: no coge transporte público, no se reúne con gente ni ve a su familia más que con videollamada. 

En concreto, ha pasado el último año casi sin moverse de casa. Los asmáticos, tanto por su enfermedad como por la medicación a la que se someten, se cuidan y se protegen “mucho más que otra gente”. “Somos más vulnerables, así que nos cuidamos más [...] por eso la incidencia no es significativa”, incluye en llamada telefónica. Y deja claro, “pero es mi opinión personal”.

Conchita Grau, asmática.

Conchita Grau, asmática. Cedida E.E.

Inmunodeprimidos

Es una situación parecida a la que viven los inmunodeprimidos, esa locución gráfica para definir a las personas cuyo sistema inmune está debilitado y no puede combatir las infecciones con eficacia, ya sea por una enfermedad o por su tratamiento. Todas las personas con las que se ha puesto el contacto EL ESPAÑOL para elaborar esta información coinciden en que los inmunodeprimidos deberían estar entre los primeros puestos a la hora de abordar las vacunaciones, padezcan la enfermedad que padezcan, por ser uno de los grupos más vulnerables a la Covid-19. No opinan así el Ministerio de Sanidad, la Comisión de Salud Pública ni el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (CISNS).

Tampoco el comité de expertos en Medicina Preventiva, que en su documento sobre la priorización de vacunación no resalta su afección. Este es el caso de Cristina y Pilar, ambas en tratamiento por esclerosis múltiple, ambas con inmunosupresión debido a él. La primera entrará en el grupo de los prioritarios, la segunda no. Según los criterios unificados, la esclerosis múltiple sólo entrará en los primeros puestos de las listas de vacunación si el paciente supera el sexto grado del EDSS, un índice de movilidad y afección de la enfermedad.

Cristina, esclerosis múltiple.

Cristina, esclerosis múltiple. Cedida E.E.

Cristina, en concreto, tiene una esclerosis múltiple progresiva con un EDSS de 7,5, lo que significa dificultades para andar, tratamiento constante y un puesto en las listas de prioridad de vacunación. Entre una cosa y la otra, lleva un año sin casi salir de casa, tanto por la propia esclerosis como por miedo a coger el Covid. Sabe que corre más peligro que el resto.

“Mi vida ha cambiado, he dejado de ver amigos, familia… Los que estamos en esta situación de miedo constante no es por la esclerosis, que no provoca nada en el Covid, sino por los tratamientos”, explica, y añade. “Me llama mucho la atención la selección y que si no estás por encima de 6 no entres en los puestos de prioridad. Al final lo importante es nuestro tratamiento inmunosupresor, eso es lo que nos obliga a estar más protegidos del Covid”, concreta. De hecho, este es el caso de Pilar, que tampoco lo entiende. 

Pilar, esclerosis múltiple.

Pilar, esclerosis múltiple. Cedida E.E.

Ella está mejor. Lleva en rehabilitación para su esclerosis desde 2011 pero, frente a los 7,5 grados que prácticamente inmovilizan a Cristina, ella puede llevar una vida normal. “Si no te dijeran que tengo esclerosis ni te enterarías”, comenta; “pero eso no quita que tenga que estar en tratamiento, que es lo que importa de verdad para el Covid”, añade. Aun así, no entrará en las prioridades de vacunación.

"Sálvese quien pueda"

“Al final, sólo por eso tenemos más riesgo. Una vez lo coges [la Covid] el problema no es la enfermedad, sino el tratamiento. Nuestra vacuna de la gripe también es distinta, y tienen que ser de ARN o con el virus inactivado, pero porque si no no la aguantamos bien”, asegura a este diario. A efectos globales, tiene claras sus prioridades: “Los más vulnerables que vayan primero”. 

Francisco, trasplantado.

Francisco, trasplantado. Cedida E.E.

No les ocurre sólo a los enfermos de esclerosis. Francisco, por ejemplo, se trasplantó el hígado en enero de 2020, dos meses antes del confinamiento, así que pasó la rehabilitación en casa. Un año después, ya durante la tercera ola, se contagió de Covid con síntomas leves, o eso cree él. “Si fue así, me ha tocado la lotería dos veces, primero la operación tan buena y luego haber pasado el Covid tan bien, porque podría haber ido fatal”.

Se refiere, precisamente, a la inmunodepresión. Su hepatitis C derivó en cirrosis, y esta en un trasplante de hígado, y claro, entraron los tratamientos para suprimir las respuestas de su organismo. “Esos son el verdadero problema”, resume. “[Los inmunodepresivos] ya deberíamos haber estado en el primer grupo desde el primer momento, pero ahora estamos en un punto de 'sálvese quien pueda'”, sentencia. Son, a fin de cuentas, un grupo de riesgo tanto como los demás. Lo mismo le ocurre a Pilar, Conchita o Aureliano, pero simplemente no aparecen. No son prioritarios. Quizá porque no había vacunas suficientes, quizá porque son demasiados, quizá un poco de las dos.