La nuevas construcciones proliferan en urbanizaciones exclusivas como Can Diumenge

La nuevas construcciones proliferan en urbanizaciones exclusivas como Can Diumenge RM

Reportajes Youtubers

Así viven El Rubius y otros 100 españoles en Andorra: “En España los impuestos alimentan la corrupción”

Las solicitudes de residencia en el Principado aumentaron un 60% en 2020. Un periodista de EL ESPAÑOL viaja al paraíso pirenaico de los recién llegados

7 febrero, 2021 01:01
Andorra La Vella

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“¡Esto es el Beverly Hills de Andorra! Si quieres tener una casa aquí, piensa en una cifra y luego añádele un cero más”. Quien habla es Jean Paul, un empresario francés de 55 años, mientras mira hacia una de las casas más exclusivas de todo el Principado. La piscina y el jardín se dan por descontados. El sol da todo el día y sus vistas al valle son inmejorables. El precio: 4 millones de euros.

Jean Paul instaló su empresa de inversiones hace dos años en Andorra. Ahora quiere convertirse en vecino de Can Diumenge, una urbanización donde residen personajes como la baronesa Carmen Cervera, el piloto de MotoGP Maverick Viñales o los youtubers Víctor Mélida (conocido como “byViruZz”) y Daniel Ramírez (“bytarifa”). El último en llegar a este idílico lugar donde los chalets van de los 3 a los 4 millones de euros ha sido Rubén Doblas Gundersen, “El Rubius”, según han confirmado a este periódico tres fuentes en Andorra. Y ha llegado con ruido.

El pasado 17 de enero, el número uno de los youtubers del mundo en español, con unos ingresos de 4,3 millones de euros anuales según la web SocialBlade, hizo estallar un polvorín de críticas y de apoyos a partes iguales. "Me voy a mudar con mi señora, ya por fin está decidido ¿A dónde? Pues, a una casa, a una casa muy bonita... una casa... en las montañitas y cerca de mis amigos”, dijo en directo el streamer malagueño de 30 años a sus 39,6 millones de seguidores.

En Can Diumenge, sin embargo, nadie parece saber nada de esa “casa en las montañitas” ni de su recién llegado morador. Los pocos transeúntes que se mueven por las calles desiertas de la urbanización son esquivos y discretos. Muy discretos. Patricia, una jubilada irlandesa que reside desde hace 44 años en el país pirenaico, pasea a su perro escondida detrás de las gafas de sol y la mascarilla: “Me parece muy bien que venga. Es bueno para Andorra”, dice sobre su nuevo vecino.

En otra de las calles, entre las mansiones de piedra oscura, una empleada del hogar en uniforme pasea a dos labradores retriever. El silencio es casi total, y solo se ve interrumpido por el canto de los pájaros y el ruido de las obras. Las grúas se levantan a lo largo de esta ladera que domina la capital del Principado, Andorra La Vella, como signo de que el dinero llega, y de que hay compradores.

Ignasi, un leridano con 42 años en el país, es el encargado de una de estas obras. Es una nueva promoción de apartamentos cuyo precio oscila entre el millón y los 2 millones de euros. “Ya está todo vendido”, dice, entre grito y grito con los obreros. Sus millonarios clientes son griegos, holandeses, ingleses, rusos o franceses que, como Jean Paul, el empresario, se trasladan a su soñado paraíso.

“Puedo pasarme el resto de mi vida en Francia y pagar más del 60% al estado, o venirme a Andorra y sacar de la mierda a mi familia para siempre”, asegura el hombre.

Una larga lista

El razonamiento del francés es el de cientos de españoles que se han desplazado a Andorra desde 2015, año en que el país firmó con España un convenio para eliminar la doble imposición. Hasta entonces, si un español quería residir en Andorra, tenía que pasar cuatro años pagando impuestos en España y justificar que residía en el Principado. Esto alejó de la residencia a grandes fortunas durante décadas, cuando tan solo iban al país del Pirineo a depositar sus capitales bajo el secreto bancario como fue el caso, por ejemplo, de la familia Pujol.

Ahora las cosas han cambiado. Lo que antes tan solo era un país con bazares tecnológicos poco sofisticados, compraventa de tabaco y alcohol, y un sector bancario manchado por el blanqueo de capitales, ahora es un remanso con baja fiscalidad, buenos servicios y residentes millonarios. El país salió de la lista de paraísos fiscales de España en 2011, terminó con el secreto bancario en 2018 y en 2020 fue considerado por la OCDE como uno de los estados más transparentes. Solo en 2020, Andorra ha experimentado un 60% más de solicitudes de residencia respecto al año pasado, según una encuesta de la consultora Andorra Solutions.

Este periódico ha contado, al menos, 78 españoles que, junto a los ya mencionados, suman casi un centenar de los nuevos residentes del Principado en los últimos años. Los youtubers -muchos son pareja- dominan la lista, pero también hay desde deportistas de élite hasta cocineros de primer nivel, como el caso del catalán Nandu Jubany, que acaba de abrir el restaurante Diamant el pasado enero en la calle principal de Andorra La Vella.

El precio de las casas en Can Diumenge oscila entre los 3 y los 4 millones de euros

El precio de las casas en Can Diumenge oscila entre los 3 y los 4 millones de euros RM

El registro lo forman los youtubers e influencers Samuel de Luque (“Vegetta777”), Claudia y Giselle Itarte (“Las Ratitas”), Luis Itarte (“Itarte Vlogs”), Miguel Bernal (“Mikecrack”), Guillermo Díaz (“TheWillyrex”), Cristina Urbi, David Cánovas (“TheGrefg”), “Makiman131”, Javier López (“ElTrollino”), Adrián Sáenz, Claudia Nicolasa, Manuel Fernández (“LOLiTO”), Víctor Domínguez (“Wall Street Wolverine”), Roger Cascón (“Exi”), “Gigiis”, Andrea Saladie, Rafa Pacheco (“Logan G”), Sergio Aragonés (“The Shooter Coc”), Salvador Verdugo (“Salva”), Christian Vidal (“Thetoretegg1”), Andrés López (“Ampeterby7”), “Vicens”, José Agustín Peréz (“Agustin51”), Jonatán Penco (“Widler Soldier”), “Neus Snow”, Àngela Mármol, Mónica Morán, “Oscarito”, Dani Lorza (“Eidan”), Iris Terés, Josué Montero (“Esttik”), Daniel García (“8cho”), Elm Cherto ("ElmiilloR"), Víctor Domínguez (“Invicthor”), Julio Corbacho, Irina Isasia, Rebeca Martínez, Gemma Gallardo, Patry Jordán, Carles Galí, David Alonso (“Fargan”), Abel Guerra (“ByAbeeL”), Sergio Moles (“Nexxuz”), Francisco Ramírez (StaXx), “PokeR988”, Alejandro Bravo (“aLexBY11”)...

También los motoristas Joan Mir, Aleix y Pol Espargaró, Alex Rins, Tito Rabat, Iker Lecuona, Jorge Martín, Xavi Cardelús, Xavi Forés, Héctor Barberá; los ciclistas Purito Rodríguez, Dani Moreno, Jonathan Castroviejo, Esteban Chaves, Enric Mas, Marc Soler, Rubén Plaza, Iván García Cortina, José Joaquín Rojas, Carlos Verona, Imanol Erviti, Beñat Inxausti, Luis León Sánchez, Juan José Lobato, David de la Cruz, Dani Navarro, Eduard Prades, Xavi Florencio, Ángel Vicioso; el campeón de trial Toni Bou; los pilotos de rally Dani Sordo y Joan Barreda…

A esta enorme lista también hay que sumar perfiles que pasan más desapercibidos porque su actividad no consiste en mostrarse o, simplemente, no tienen el interés público que despiertan los deportistas. Es el caso del trader Vicente Alan Fuentes, o del empresario Jose Roger. EL ESPAÑOL habló con este último en su oficina en Andorra la Vella desde donde maneja una empresa tecnológica con 75 empleados andorranos y con fábricas en Filipinas, Marruecos y México, que exporta a todo el mundo.

“Casi un comunismo”

“El problema no es pagar o no impuestos, el problema es que en España los impuestos alimentan la corrupción. Estamos yendo casi a un comunismo donde cada vez somos menos libres, se castiga al rico y se incentiva al vago”, dice Roger, de 34 años. “Estoy de acuerdo con pagar impuestos para la sanidad, la educación, el transporte... pero, ¿son necesarios tantos coches oficiales, cargos políticos o un polideportivo en cada pueblo?”, dice.

El empresario, como los demás, asegura cumplir estrictamente con la legalidad andorrana: reside más días de los que tiene que residir en el país para cumplir con la ley (el mínimo son 183) y tributa en los bajos porcentajes que ofrece el Principado. El régimen fiscal grava a las empresas desde un 2% hasta un 10%, y a las personas físicas un 5% con salarios de 20.000 a 40.000 euros. A partir de esa cifra, el tipo máximo no supera el 10%. Tampoco hay impuesto de sucesiones ni de patrimonio, y el IVA es apenas del 4,5%. “Imagínate que mañana ganas 10 millones de euros… En España te quedas con 5 y en Andorra con 9… Que me diga alguien que prefiere quedarse con 5”, señala.

El youtuber Julio Corbacho y su novia, María, frente al balneario de Caldea en Andorra La Vella

El youtuber Julio Corbacho y su novia, María, frente al balneario de Caldea en Andorra La Vella RM

Roger nació en Pamplona, se crió en Barcelona y llegó a Andorra en 2016. Se ha dedicado desde la venta de maquinaria pesada en Estados Unidos hasta ser piloto de safety car en el campeonato del mundo de MotoGP. Pero, en el país pirenaico, ha encontrado la vida de sus sueños. Además de dedicarse a su empresa, disfruta de su pasión por el deporte y el motor. En su garaje habitan un Porsche GT3RS, un Volkswagen T-Roc R, un Mini GP, un Toyota Yaris GR de rally, un buggy Can-Am Maverick con el que compite en carreras sobre hielo…

Comparte su afición con muchos de los youtubers que se dejan ver por la zona comercial de la ciudad con Lamborghinis, Porsches y otros supercoches. Son amigos suyos. “Los he ido conociendo a lo largo de estos años, sobre todo, a través de los coches. Son gente normal que te aporta, y que ganan lo que ganan por el impacto que generan… ¿Tú sabes lo que es que 5 millones de personas presten atención a lo que haces?”, dice Roger, en referencia a YouTube.

Los andorranos no son ajenos al fenómeno. Los niños se toman selfies junto a ellos y la palabra youtuber se escucha en las conversaciones por la calle, y en los pequeños grupos que toman el aperitivo entre semana en las terrazas que dan al río Valira a su paso por Andorra La Vella.

‘Youtuberlandia’

Después de decenas de llamadas, en unos grandes almacenes en el centro de la ciudad es donde nos recibe uno de los pocos youtubers que está dispuesto a hablar con los medios. Es Julio Corbacho, con 404.000 seguidores en YouTube. El anuncio de El Rubius y la polémica que ha escalado hasta el debate político ha provocado que todos se cierren en banda. De hecho, ellos ya tienen sus propios altavoces a través de sus canales y no quieren exponerse más, y menos para que les critiquen. A Corbacho, sin embargo, no le importa compartir las bondades de su nueva vida.

Según explica, se mudó a Andorra porque tenía que “crear más contenido”. “No podía evolucionar porque me quitaban la mitad en impuestos y la otra mitad la tenía que reinvertir en nuevos vídeos. Es un entorno competitivo en el que no puedes parar y, al final del trimestre, no ganaba nada”, cuenta el madrileño. Para Corbacho, Andorra no es solo un lugar donde ganar más, sino que es el sitio en el que quiere estar.

El youtuber especializado en fitness relata que, cuando ha viajado a Madrid, donde solo le “ata” su madre, le han rajado el coche e incluso le han robado las placas de la matrícula. “Aquí puedes dejar el coche abierto que no pasa absolutamente nada”, dice en referencia a su llamativo Porsche Panamera dorado. Le costó 70.000 euros de segunda mano en un concesionario local, cuando su precio de salida era de 230.000.

Corbacho vive con su novia, María, una andorrana estudiante de Psicología, en un chalet en otra de las urbanizaciones más valoradas del Principado: Engolasters, cerca de Andorra La Vella, como Can Diumenge, donde se ha instalado “El Rubius”. La vida en Andorra transcurre, sobre todo, en su capital, donde está la gran oferta de comercios y servicios y, luego, en los pueblos de montaña y en las estaciones de esquí.

El día a día de Corbacho es parecido al del resto de youtubers: grabar durante horas en casa o al aire libre, ir de compras, restaurantes, al cine o a la bolera; dar vueltas con su Porsche y machacarse en los gimnasios de Caldea o Anyós, dos balnearios con todos los equipamientos imaginables que frecuentan los nuevos residentes. La Covid ha reducido notoriamente toda esta actividad pero, en Andorra, el virus tampoco parece que sea un problema: la cifra de apenas 77.142 habitantes permite que el rastreo sea eficaz y que no haya que aplicar medidas drásticas.

Vida tranquila

Según los últimos datos de 2020, en Andorra residen 19.231 españoles, la mayoría de los cuales viven alejados de los supercoches y de las mansiones. Una pareja de abogados barceloneses que montó su despacho en el Principado hace cuatro años es un ejemplo. También tienen una empresa en España. Prefieren no dar sus nombres porque no quieren que la Hacienda española sepa quiénes son, aunque ellos aseguran que su residencia y actividad es perfectamente legal. “Por si acaso”, dicen.

La polémica que se ha generado en España y la demonización de Andorra les parece fruto de la ignorancia. “Mucha gente dice que nos beneficiamos de los servicios de España sin pagar impuestos allí pero, por ejemplo, no sabe que Andorra paga una millonada a la sanidad pública española para que pueda atender a los residentes”, explica Juan (nombre ficticio).

La iniciativa recientemente presentada por Podemos para devolver a Andorra a la lista negra de los paraísos fiscales, les parece “populista”. El propio primer ministro andorrano, Xavier Espot, calificó la propuesta de “caza de brujas”. Juan, que como parte de su trabajo como abogado ha recibido consultas para instalar empresas o nuevas residencias en el Principado, explica: “Abrir una cuenta corriente en Andorra es muy difícil, todo se vigila muchísimo, es casi imposible hacer trampa. Además, cada vez se piden más requisitos”.

Porque si Hacienda vigila a quienes se van a Andorra, esta hace lo propio con quienes vienen a tributar a su territorio. Las cámaras instaladas en la frontera controlan constantemente las entradas y las salidas y el cumplimiento de los requisitos de inversión o de transparencia es ineludible. “Si intentas hilar muy fino para beneficiarte te acabarán pillando. A Andorra hay que venir a vivir con todas las de la ley”, dice la mujer de Juan, Anna (nombre ficticio).

El matrimonio llegó al Principado con dos hijos y ahora tiene cinco. No echan de menos su anterior vida. Ahora, en su tiempo libre, esquían durante el invierno -un deporte que es obligatorio en las escuelas- y hacen excursiones en verano. “Vinimos por el precio y nos quedamos por el servicio”, concluyen.