A la izquierda, el doctor Jesús Olivas-Menayo; a la derecha, Red Skull

A la izquierda, el doctor Jesús Olivas-Menayo; a la derecha, Red Skull

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Alerta sobre el Red Skull real de Orense: "Espero que no lo haga un médico, aunque habrá algún loco"

EL ESPAÑOL habla con un experto para saber cuánto cuestan las operaciones realizadas y si ponen en peligro la salud.

22 octubre, 2020 16:44

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La historia de Henry 'Red Skull', el villano real de Orense, no ha pasado desapercibida en el sector médico. No es la única persona que está modificando su cara con operaciones como quitarse la nariz o reducirse las orejas. El body mod o body art es una forma de expresión que se está extendiendo. Injertos de silicona para tener cuernos, 'tatuajes' en relieve, lenguas cortadas en dos partes o los ojos tintados de negro son algunas de las operaciones que se realizan los que gustan de estas transformaciones. ¿Las hacen médicos? "Habrá algún loco que la hará", dice Jesús Olivas-Menayo, especialista en cirugía plástica reparadora y estética en las clínicas FEMM y director científico de FEMM Academy.

'Red Skull' es el villano de los cómics de Capitán América, de Marvel. Henry comenzó a modificarse la cara hace nueve años y EL ESPAÑOL consiguió hablar con él para que explicara cómo se había convertido en un villano real. No es el único, en las redes sociales se pueden encontrar proyectos de extraterrestres.

Una fácil búsqueda te permite alcanzar otro tipo de casos. Se muestran en las redes sociales, con cuentas abiertas a todos los públicos. Muchos viven de mostrar sus cuerpos en conferencias y concentraciones del tatuaje.

Sin embargo, esto provoca algunas suspicacias en el sector médico. ¿Quién lo hace? ¿Cómo lo hace? ¿Cuánto cuesta hacérselo? ¿Es legal cortarse la lengua en dos en España? ¿Y tatuarse los ojos? ¿Qué riesgos contravengo si decido quitarme la parte cartilagosa de la nariz? EL ESPAÑOL ha hablado con un doctor en biomedicina y medicina aplicada por la Universidad de Navarra, cirujano plástico también, para saber hasta dónde se puede llegar en este tipo de operaciones quirúrgicas y tratar de responder todas estas preguntas.

"Como cualquier otra modalidad artística lo veo positivo. Lo malo es cuando chocan con los principios médicos. Los médicos hacemos un juramento hipocrático y una de las máximas es no hacer daño, no alterar estructuras anatómicas, no amputar partes del cuerpo…", comienza a explicarse el doctor Jesús Olivas-Menayo, especialista en cirugía plástica, reparadora y estética y director científico de FEMM Academy.

— Doctor, ¿ha realizado usted alguna vez este tipo de intervenciones?

— Dentro de una clínica estética estoy acostumbrado a ver lo contrario. Cerrar piercings, dilataciones, lóbulos muy dilatados… Nos piden lo opuesto. Por supuesto, en mi trayectoria nunca me han pedido esto. Buscamos la proporcionalidad del cuerpo humano, que yo creo que es bonito como es. Acuden a nosotros para embellecerlo y no para estropearlo.

La respuesta es contundente, pero la contraargumentación de los amantes del body mod está ya sobre la mesa. Apelan a la diversidad de gustos y a que hay mujeres y hombres que se operan para mejorar sus facciones de una manera aceptada por la sociedad.

El problema, de hecho, no está en el gusto de cada uno. La libertad es casi inapelable en este caso. A no ser que choque contra los principios médicos.

Algunas de estas operaciones son, y salta a la vista, de alto riesgo. Tatuarse un tejido nervioso como el ojo, además de doloroso, no parece muy recomendable. Tampoco hacerse una lengua bípeda, al más puro estilo de las serpientes.

"Hacer una lengua bífida puede dar problemas al tragar, al hablar, pueden crearse adherencias que nos hagan perder la movilidad. Se pueden cortar nervios que nos hagan perder parte del gusto", explica el doctor Olivas-Menayo.

Mirada hacia Red Skull. No tiene nariz. "Tiene una función fundamental que es calentar el aire que entra en las vías respiratorias altas. Si amputamos la nariz y eliminamos los dos principales filtros que son válvula interna (los cartílagos) y externa (el agujero de la nariz)... Si alguien se amputa la parte catilaginosa y deja simplemente la pirámide ósea, recibirá aire más frío y mayor flujo de aire, lo que puede provocar infección en las vías respiratorias, provocar infecciones en las vías altas y que luego acaben en infecciones de vías bajas", argumenta con razones médicas.

— ¿Esto podemos hacérnoslo en una clínica estética española, doctor? 

— Supongo que habrá algún loco que lo hará, porque esto no deja de ser un negocio. Sólo espero que el loco que lo haga explique bien al paciente todas las eventualidades que se puedan dar y se firmen los consentimientos informados para que todo quede bien documentado, por escrito, con fotografías, explicándole incluso con dibujos cómo quedará, qué va a ocurrir y demás. Espero que ningún médico haga este tipo de prácticas, por los principios que juramos al graduarnos más que nada.

El doctor avisa: todas las operaciones estéticas conllevan un riesgo. Desde un implante mamario hasta un implante para ponerte cuernos o una cresta. "Hay que explicar muy bien todo lo que puede ocurrir, porque a lo largo de los años se necesitará otra operación. Estos implantes suelen tener fecha de caducidad".

El doctor explica que, al ser implantes que no tienen riego sanguíneo, el cuerpo los puede enquistar, se pueden infectar en caso de que haya infecciones en otras partes del cuerpo y tu sistema no sería capaz de defenderse.

No cree tampoco que haya alguna zona en la que no se puedan realizar implantes. "Visto lo visto...", comenta entre risas Olivas-Menayo. Sin embargo, habría que evitar injertos en lugares donde "se provoque la obstrucción de estructuras nerviosas y basculantes". Por ejemplo, las muñecas, "estructuras nerviosas que pasan la movilidad a los dedos".

Jesús Olivas-Menayo da alguna recomendación que no se nos debería ni pasar por la cabeza. "Si haces un injerto sobre la palma de la mano dificultará el cierre e incluso puede comprimir los tendones de la flexión y podrías no poder cerrar los dedos. Desde el punto de vista médico y funcional no lo recomendaría en absoluto".

¿Cuánto cuestan estas operaciones?

Red Skull afirma que lleva gastados 30.000 euros y se ha realizado un total de 15 operaciones. El doctor Olivas-Menayo lo ve excesivamente barato. "Me parece poco", afirma.

— ¿No podría hacernos un cálculo estimado?

— No sabría decirte porque no hacemos estas cosas en los centros médicos. Yo creo que es más propio de centros de tatuaje, etcétera. Supongo que estarán en torno a los 1.500 euros o 2.000 euros. En clínicas estéticas, los implantes suelen ser más caros porque se hacen en sitios controlados, en ambientes de quirófano, completamente estériles, están aprobados por sanidad...

Olivas-Menayo nos calcula cuánto vale en el mercado regular un implante. A partir de 5.000 euros, los mamarios; 2.500 euros nos costaría retocarnos los pómulos o la mandíbula; 1.500 euros nos saldría cerrarnos los lóbulos de las orejas o reducirlos.

"Menos de este precio estarían abaratando los costes y suele significar ahorro en seguridad del paciente, de los implantes", cuenta. Recomendación: no se fíen. Los experimentos con gaseosa y las operaciones quirúrgicas con médicos.

"La gente banaliza mucho con la medicina estética, pero imagínate que te tienen que operar de corazón y en vez de dos cirujanos tienes uno, en vez de una máquina con todas las indicaciones, usas uno que no está aprobado… Lo mismo el paciente se lo piensa. En medicina estética, exactamente igual. Si hay ofertas, black fridays y demás en tratamientos quirúrgicos, hay que sospechar de ellos porque están ahorrando en algún sitio y suele ser en el personal que te atienda", finaliza el especialista en este tipo de operaciones.

Antes de cerrar, no obstante, Olivas-Menayo hace otro apunte: "Se pueden hacer tatuajes, pendientes y pequeñas modificaciones, pequeñas que no causen una deformación excesiva. Creo que todas las culturas han utilizado este tipo de adornos en alguna ocasión para diferenciarse de alguna forma del resto".