La cuenta atrás está a punto de concluir. Queda solamente un día para que se cumpla el periodo de evaluación que estableció Quim Torra, presidente de la Generalitat, para decidir si volvía a confinar a los catalanes. El plazo que se dio el gobierno catalán para valorar los rebrotes y ordenar (o no) un nuevo cierre era de 10 días, y concluye el miércoles 5.

Cataluña afronta las últimas horas de incertidumbre inmersa en una situación poco halagüeña: en las últimas horas se han diagnosticado 1.244 casos nuevos y la cifra total de infectados desde que empezó la pandemia supera los 100.000. Existen en torno a un centenar de brotes activos por toda la comunidad, siendo los de Figueres (Gerona), Lérida y su comarca y Barcelona y su área metropolitana, las zonas más afectadas. La comarca del Segriá, sin ir más lejos, registra más de la mitad de los brotes identificados.

Tarragona, aun siendo la provincia con menos afectación, también cuenta con varios brotes activos, especialmente en las ciudades grandes como Tarragona, Reus y Amposta. Esta situación ha llevado a que países como Bélgica o Reino Unido hayan desaconsejado (cuando no prohibido) viajar a territorio catalán este verano.

Un sanitario, exhausto, a las puertas de un hospital de campaña EFE

Es la lectura negativa de la situación, aunque también hay lugar para el optimismo. Y es que hay zonas en las 4 provincias por las que el coronavirus parece haber pasado de largo. Pueblos turísticos de la costa como Sant Feliu de Guíxols (Costa Brava), Sitges (Barcelona) o El Vendrell (Costa Dorada), han registrado un número muy reducido de contagios. En el interior, algunas comarcas como el Valle de Arán tampoco han encontrado escenarios demasiado complicados por el virus en lo que llevamos de verano.

Entretanto, la Generalitat sigue dando palos de ciego. Torra ha vuelto a decretar por su cuenta el cierre de cines y lugares de ocio nocturno, aunque la justicia le tumbó su última intentona. El presidente del ejecutivo autonómico ha llamado a hacer un esfuerzo colectivo de concienciación, pero parece que no está dando los resultados esperados. Cataluña rebasa ya los 100.000 contagiados durante la pandemia y aunque la presión asistencial no es tan fuerte como a principios de la pandemia, los centros de salud reconocen estar al borde del colapso.

Las medidas adoptadas no acaban con el virus, pero han hecho claudicar a la economía de la comunidad autónoma. Los empresarios ya se le han echado encima y hasta organismos afines como la Cámara de Comercio de Barcelona le han criticado públicamente por no haber destinado los recursos necesarios a frenar la epidemia y no haber cuidado el tejido empresarial.

El desastre del cierre de Lérida por el rebrote: los temporeros duermen en las calles y no hay controles

Lérida

Por provincias, la más castigada con diferencia es la de Lérida. Fue la primera en retroceder en las fases de desescalada y la primera en levantar un hospital de campaña a principios del rebrote estival, la primera semana de julio. Pero la situación sigue fuera de control. La comarca del Segrià, donde se ubica la capital de provincia, concentra más de la mitad del centenar de brotes identificados por todo el territorio. Esta semana contaba con 68 personas ingresadas por la Covid-19, 10 de ellas en la UCI. En total son 5.987 los contagiados durante la pandemia, según las últimas cifras del Departament de Salut.

A la comarca del Segriá se le ha sumado en los últimos días la de La Noguera, que es colindante y también cuenta con las industrias agrícola y ganadera como su principal motor económico. Está aquí una de las principales causas de esta nueva propagación del virus: los temporeros que llegaron a Lérida a trabajar en la recogida de la fruta siguen viviendo en la calle. Según el Departament, Aunque el índice de riesgo de rebrote (Índice EPG) alcanzó cifras más altas la semana pasada (629), la cifra actual es de 476,78, que si bien ha disminuido sustancialmente, es la más alta de todas las capitales de provincia catalanas.

Sin embargo, la consellera de Salud Alba Vergés flexibilizó la semana pasada estas normas de confinamiento en la capital ilerdense y los municipios adyacentes de Aitona, Alcarràs, la Granja d’Escarp, Seròs, Soses y Torres de Segre. La zona dejó de estar aislada y se flexibilizaron las restricciones de apertura de comercios. Todo ello con el virus todavía presente, los temporeros en la calle y el mayor número de rebrotes (en torno a la mitad) de cuantos se han identificado en Cataluña.

CAP Comte Borrel, en el Eixample Esquerra, el barrio con más casos de Barcelona DLF

Barcelona

Si Lérida es la provincia que tiene un mayor número de rebrotes (en torno a la mitad de los focos activos), Barcelona es la que cuenta con más personas infectadas en cifras totales. Solamente en la comarca del Barcelonés se han notificado 38.867 casos desde el inicio de la pandemia. En la actualidad tiene a 235 pacientes ingresados, 42 de ellos en la UCI. La capital catalana y su área metropolitana contabilizan al menos una treintena del centenar de rebrotes identificados en esta segunda fase de la pandemia.

Esta expansión se debe a que el área donde se está expandiendo el virus cuenta con más de 5 millones de personas. Barcelona capital tiene más de un 1.600.000, y su área metropolitana cerca de 3,5 millones de habitantes. La proximidad entre municipios y la habitual movilidad de sus habitantes con la capital hace que esa zona concentre la mayor preocupación respecto al descontrol del virus a 24 horas de que la Generalitat tome decisiones. El riesgo de rebrote en el Barcelonés está cifrado en 254,34, casi la mitad que la provincia de Lérida.

Fuera de esa zona, municipios como El Bruc, próximo a la Conca d’Ódena (el área más castigada de toda Cataluña por el virus durante la primera fase de la pandemia) cuenta con cerca de una veintena de personas que han dado positivo. Y la comarca del Vallés Occidental (con Terrassa y Sabadell como ciudades principales) está registrando nuevos casos en las últimas horas. Es otra de las comarcas más pobladas de Cataluña y a poco más de 20 kilómetros de la capital, lo que hace que desde Salut hayan puesto ahora el foco en esa zona como la próxima donde imponer medidas restrictivas.

Estatua del Cul de la Lleona, clausurada por miedo a los contagios EFE

Gerona

Lérida tiene el mayor número de rebrotes, Barcelona el mayor número de infectados, y Girona cuenta con los dos municipios con el mayor riesgo de rebrote. Porque aunque la región sanitaria de Gerona no ha sido la más castigada por la covid en términos generales, sí que alberga el foco más violento e incontrolado: el de la ciudad de Figueres (cuyo índice es de 622) y el municipio de Vilafant (que bate marcas, con 654 en el índice de riesgo). Por eso la comarca del Alt Empordà es la que ha centrado la atención de las autoridades sanitarias en los últimos días y la última en la que se han intensificado las medidas de restricción: la Generalitat ha prohibido, desde el lunes, las reuniones de más de 10 personas, así como modificaciones en el aforo de los establecimientos que puedan mantener abiertas sus puertas.

En esta zona es donde la Generalitat se está encontrando una mayor oposición contra las medidas adoptadas. El Alt Empordá es, entre otras cosas, el corazón de la Costa Brava, el destino turístico de la mayor parte de visitantes de Cataluña en verano. El descontrol de la situación ha llevado a que países como Francia (lugar de origen de la mayor parte de los turistas) recomienden no viajar a la zona. Esto está provocando un alud de cancelaciones que suponen el tiro de gracia a la muy damnificada economía catalana. Y las protestas de los empresarios hosteleros, que ya manifestaron a EL ESPAÑOL su disconformidad con la manera en la que el ejecutivo de Quim Torra está gestionando la situación.

La alcaldesa de Figueres también criticó al ejecutivo catalán y le acusó de haber estigmatizado a su municipio, además de pedir a los turistas franceses que siguiesen viniendo a su ciudad, tomando las pertinentes medidas de seguridad, como llevar puesta la mascarilla o mantener la distancia de seguridad. Mensajes contradictorios entre administraciones para una región que ha superado los 8.000 positivos desde el inicio de la pandemia y donde los hospitales están más tensionados.

Control de Mossos en Tarragona tras la fuga de un paciente del hospital EFE

Tarragona

La provincia de Tarragona ha sido la menos afectada por el rebrote estival de coronavirus. Además, su tendencia nunca ha sido preocupante… hasta la semana pasada. En los últimos cuatro días se ha registrado un repunte de casos en las ciudades más grandes del área: la capital Tarragona (6 rebrotes), su vecina Reus (tres) y Amposta, situada en la parte más al sur de Cataluña y donde hay un “goteo de contagios” que preocupa a la Generalitat. Es una zona colindante con la provincia de Castellón, donde hay un foco detectado que curiosamente llegó desde Lérida a finales de junio.

El riesgo de rebrote en Camp de Tarragona es el más bajo de las cuatro provincias y se sitúa en 43,73. Sin embargo, más al sur, en las Terres del Ebre (donde se ubica a Amposta), donde el índice de riesgo estaba en torno a 97, se ha disparado por encima de los 500 en la última semana de julio. También se trata, como Lérida, de un área rural donde la industria agroalimentaria es puntera. No obstante, los brotes más preocupantes se han dado en ámbitos familiares según el Departament de Salut.

Los oasis

Cataluña cuenta con un riesgo de rebrote de 159,13 según los últimos datos. Y aunque tiene focos totalmente descontrolados, como el de Figueres y Vilafant, también cuenta con algunos municipios donde la covid parece haber pasado de largo. Algunos de ellos, curiosamente, cerca de áreas con gran afectación.

Son los casos de Sant Feliu de Guixols o Palafrugell, dos municipios turísticos de Gerona en la parte sur de la provincia. Se encuentran en la comarca del Baix Empordà y el riesgo de rebrote está cifrado en un insignificante 1,36 y 1,43 respectivamente, no habiendo registrado entre ambas ni 10 casos positivos. Es el gran oasis de una muy afectada Costa Brava.

En la provincia de Barcelona, fuera del área Metropolitana la situación no es crítica. Y hay municipios donde es anormalmente tranquila. Es el extraño caso de Sitges, otro municipio costero con una gran afluencia de gente en estos meses estivales. 29.00 habitantes (que se suelen cuadruplicar en verano), cinco pruebas y cero positivos en las últimas semanas, con un riesgo de rebrote de 1,29.

Sitges, municipio turístico donde la covid no ha afectado apenas

En las otras dos provincias, En toda la comarca ilerdense del Solsonès (13.500 habitantes y 15 municipios) se registraron la semana pasada dos casos positivos y un solo vecino que requirió ingreso hospitalario. Y en la de la Vall d’Aran (unos 10.000 habitantes y 33 pueblos), solamente se han diagnosticado otros dos casos y no se ha registrado ninguna hospitalización por coronavirus. En Tarragona, El Vendrell, otra zona turística costera, está por debajo del 10 en el índice de riesgo.

La pelota está en el tejado de Torra, que el miércoles anunciará cuál es su decisión respecto a las medidas de restricción para Cataluña. La situación no es homogénea en toda la comunidad, pero en los puntos que es grave, el virus está descontrolado y el riesgo de rebrote es demasiado elevado. A eso se aferran los gobiernos de Alemania, Bélgica o Francia para pedir a sus ciudadanos que no viajen a la región. EL virus sigue avanzando, pero la economía no podría resistir un segundo confinamiento general. La cuenta atrás está terminando. Han pasado los 10 días de margen y ahora le toca mover ficha a una Generalitat que continúa sin hacerse con las riendas del problema y que sigue sin poder dominar focos como el de Lérida, declarados hace más de un mes. La culpa, esta vez, no puede ser de Madrid.

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