Maje y su amante, Amador Vidal, condenado por abusos sexuales a una menor.

Maje y su amante, Amador Vidal, condenado por abusos sexuales a una menor. E. E.

Reportajes Prisiones

La fogosa Maje también entre rejas: le es infiel a su novio homicida con un amante pederasta

El último hombre al que ha seducido, de 59 años, cumple condena por haber abusado sexualmente de una menor de 13 años.  

1 enero, 2020 00:44

Noticias relacionadas

"En la prisión saben que es famosa, atrae todas las miradas y genera morbo en la mayoría de internos. Tiene mucho éxito y se aprovecha de la situación". Se llama María Jesús Moreno Cantó, más conocida como Maje, y es la 'viuda negra' de Novelda (Alicante). Así se la conoce después de su detención por el crimen de su marido, el ingeniero Antonio Navarro, en el garaje de la vivienda de ambos en Patraix (Valencia). Esta enfermera, para quien el fiscal pide 22 años de prisión por planificar el asesinato junto a su amante Salva, ha revolucionado la cárcel valenciana de Picassent. 

Si cuando se casó con su marido mantenía cuatro romances a la vez, su vida entre rejas no ha cambiado en absoluto. De hecho, en los dos años que lleva en prisión Maje ha seguido el mismo modus operandi amoroso, salvo sin ordenar que maten a su marido.

Según fuentes consultadas por EL ESPAÑOL, la acusada de asesinato ha mantenido dos relaciones "formales" mientras ha tenido "líos" con numerosos reclusos, algunos de ellos con gran poder dentro de la prisión, y con los que ha protagonizado escenas más que eróticas en las zonas comunes de la cárcel. 

El último ocurrió a finales de verano en la piscina del centro penitenciario. En aquel momento, María Jesús ya tenía una relación con David, un recluso condenado por homicidio y con el que ha tenido al menos un vis a vis, según apuntan a este diario.

No obstante, el escándalo sexual en esta ocasión no fue con él, sino con su último amante, Amador Vidal Vidal (59 años). Un recluso multireincidente que cumple condena por haber abusado sexualmente de una menor de 13 años. Su primera entrada en prisión fue en 1978, cuando tenía 18 años.  

Trato de favor

Para tu entorno, Maje y Antonio formaban una pareja bien avenida.

Para tu entorno, Maje y Antonio formaban una pareja bien avenida.

La acusada del asesinato de su marido "estaba coqueteando y protagonizando situaciones un tanto incómodas", todo ello sentada sobre las rodillas del reo, pero sin llegar a tener sexo explícito. Ante esto, una funcionaria en prácticas que presenciaba la escena les recriminó su actitud. Maje obedeció, pero Amador, enfurecido, le intentó intimidar respondiéndole "si no sabía quién era él".

En ese momento, Vidal ejercía de ordenanza en el polideportivo, un cargo de responsabilidad que otorgan los funcionarios a reos de confianza. Una posición que, según señalan, le habría otorgado gran poder en la prisión a pesar de su historial delictivo, que suma delitos de abusos sexuales, atentado a la autoridad, estafa y robo. 

Aún así, la funcionaria hizo el parte correspondiente. Dada la actitud de menosprecio hacia la trabajadora, la dirección de la cárcel le abrió un expediente disciplinario y lo trasladó a la unidad de cumplimiento, donde debía cumplir una sanción de 18 días de privación de paseos.  

El castigo duraría poco. A los pocos días el interno volvió a la zona de cumplimiento, donde pronto se le requirió de nuevo para su labor en el polideportivo. Allí sigue impartiendo clases de boxeo y elabora listas de grupos para los reos. "Muchos presos creen que como da clases no es un interno, y eso le otorga todavía más poder", manifiestan. 

Un hecho que los sindicatos han visto como "un trato de favor" por parte de Instituciones Penitenciarias. Según explican a este diario, Amador Vidal se mueve como "pez en el agua" y suma numerosos privilegios gracias a su "padrino en el equipo de tratamiento".

Desde que sucedieron los hechos con Maje, el reo ha tenido ya dos permisos para salir de prisión. La viuda negra de Novelda se habría acercado a él, entre tanto, para gozar también de sus privilegios y estar más tiempo en el polideportivo en vez de en el patio con el resto de presos. 

En este sentido, denuncian que presos como Amador Vidal gozan de beneficios, mientras los funcionarios se enfrentan a agresiones diarias y en una posición de inferioridad ante la falta de plantilla, seguridad y medios en las cárceles españolas. Este año se han producido un total de 355 agresiones graves a funcionarios por parte de los reclusos. 

Sexo en el taller sociocultural

Este encuentro íntimo, si bien, solo es uno de los tantos que ha protagonizado Maje en la cárcel valenciana. Además de su gran capacidad de seducción, la acusada se vale de cartas que escribe a sus novios o amantes para quedar con ellos en diferentes espacios. Y en algunos casos, conseguir beneficios después. El más sonado ocurrió el pasado junio con su novio, David. Ambos practicaron sexo en el área sociocultural, un taller donde los presos desarrollan diferentes actividades. 

Antonio y Maje celebraron su luna de miel en República Dominicana.

Antonio y Maje celebraron su luna de miel en República Dominicana.

Los dos reos habían sido autorizados para realizar un curso ese día, pero se la saltaron y se fueron a otro sitio para mantener relaciones íntimas, según ha podido saber este diario. Poco después, los funcionarios pillaron a ambos cuando "regresaban de lo que regresaban" y de un lugar "en el que no tenían que estar".

A raíz de lo ocurrido, el centro penitenciario expedientó a David y lo desplazó a la Unidad de Cumplimiento, donde coincidiría con el amante de su novia (y condenado por abusos sexuales a una menor) durante algunos días. 

María Jesús Moreno, por su parte, se ha ido ganando la confianza de los presos, manteniendo romances con algunos de ellos de manera simultánea y sin que unos y otros lo supieran. Hazañas que le han valido para hacerse con el cargo de ordenanza del módulo de primeros grados, donde se encarga de repartir la comida y de las labores de limpieza.

"Llama mucho la atención por su físico, tiene un comportamiento promiscuo, es famosa y todo eso le da éxito. Genera morbo en el resto de interinos y a ella le encanta gustar", señalan a este periódico. 

Reina de la prisión

En menos de dos años, Maje se ha hecho la reina del negociado de la prisión. Llegó tranquila, despreocupada. Sin cambiar su carácter ni tampoco su conciencia. La viuda negra de Novelda, acusada de urdir el asesinato de su marido y con cuatro amantes -prácticamente solapados en el tiempo- a sus espaldas hasta que uno de ellos mató a su esposo, “entró muy chula, pidiendo tabaco”. Y no ha tardado mucho en conseguir sus recaderos particulares.

Maje lleva en la cárcel desde el pasado 12 de enero. Ha intentado salir en libertad provisional varias veces, pero para la Justicia "no existen dudas respecto a la presunta participación en los hechos de la recurrente, quien lo ha reconocido así inicialmente con todo lujo de detalles y en modo que ha podido corroborarse periféricamente, de un modo suficiente, para atribuir una ulterior responsabilidad criminal en este momento, de carácter meramente indiciario y provisional".

Pero, ¿qué ha sido de Salvador, 'el chico para todo' de Maje, el recadero y asesino? Salva sigue en prisión también desde el 12 de enero. Allí está hundido y desolado porque le llegan todas las noticias de las actividades de Maje con otros internos. “Está muy jodido. Sabe que ella está haciendo lo que quiere con quien quiere y él está ahí por su culpa”.

Antes de acometer el asesinato, Salva lo cambió todo por satisfacer a Maje, veinte años menor que él. Tenía una vida plena, una familia, una casa, padre de dos hijos y un trabajo como auxiliar de enfermería.

Ambos mantienen una relación extramatrimonial que empieza antes de la boda de Maje y que sube de intensidad a medida que sendos matrimonios se desmoronan. Ellos se conocen en el trabajo. En verano, Maje tiende ya la trampa: le confiesa, entre lágrimas, que su marido la menosprecia y la maltrata. Nadie tiene constancia de esos presuntos malos tratos. De hecho, no hay denuncia alguna. Pero Salvador la cree y le hace una promesa: “Te voy a quitar ese peso de encima”.

El crimen

Salva, el amante al que Maje convenció para matar a su marido.

Salva, el amante al que Maje convenció para matar a su marido.

El crimen se lleva a cabo la soleada mañana del 16 de agosto en el 14 de la calle Calamocha. El ingeniero Antonio Navarro baja al garaje a coger su automóvil. No se da cuenta de que al lado del automóvil hay un varón agazapado que le aguarda con cautela. Cuando Antonio llega al coche, el asesino sale de su escondite blandiendo un puñal. Le asesta ocho navajazos certeros en el tórax.

La autopsia reveló después que la puñalada recibida en el corazón fue la que acabó con su vida. El cadáver fue descubierto a las 15:30 de la tarde por un vecino del bloque que estaba aparcando su moto. Cuando avisaron del crimen a María Jesús, ella aseguró que llevaba toda la mañana preocupada porque Antonio no contestaba a sus llamadas.

Durante meses, el caso fue investigado de forma que se pensaba que unos ladrones habían asaltado a Antonio y le habían liquidado en su garaje porque no había pruebas de ello. Pero todo empezó a surgir a raíz de las conversaciones de Maje con algunos de sus amigos o familiares. Ahí fue cuando los agentes descubrieron la verdad.

Ella se encuentra ahora en el módulo de mujeres. Mientras tanto, en el módulo de enfermería de la misma prisión un hombre muy conocido para ella se lamenta cada día. Salva, el cuarto de sus amantes, quien llora desconsolado por el crimen cometido. Dicen sus compañeros, quienes tienen contacto con él, que está hundido desde que Maje ha arrancado motores en prisión. 

Mientras ella sigue con su habitual ritmo de vida, Salva piensa en su familia, en su hija, en todo lo que dejó atrás al entregarse al amor de Maje. Algo que le hunde cada día más. Sobre todo cuando recuerda algunas de las palabras que la viuda negra le dedicaba durante el noviazgo que ambos mantuvieron, una relación que fue ficticia y que nunca llegó a existir, pero que para Salva fue tan real como la vida misma. Así que entonces, en la soledad de su celda, recuerda algunas de las palabras que ella le dedicaba. Las palabras con las que se lo ganó, con las que conquistó su voluntad.

— Me pongo presumida cuando viene, coqueta, me gusta que sepa que estoy allí, no tengo ni idea de lo que siente, quizás ni me vea como una mujer para él, pero a mí me anima que venga a planta y verlo… y pasar a su lado. “Está el gotero de Ringer vacío” me dice. Y yo pienso… “Ufff, pues llénamelo tú”.