Pilar Baeza, candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila, participó en el asesinato de Manuel López.

Pilar Baeza, candidata de Podemos a la alcaldía de Ávila, participó en el asesinato de Manuel López. E.E.

Reportajes

La increíble carta de Pilar Baeza: de candidata asesina a compararse con Verónica, acosada de Iveco

La dirigente política que no consiguió representación en el Ayuntamiento de Ávila denuncia en una carta la "tortura psicológica" sufrida. 

10 junio, 2019 18:28

La candidata de Podemos a la Alcaldía de Ávila, Pilar Baeza, ha escrito una carta abierta en la que denuncia la "tortura psicológica" que ha sufrido después de que saliese a la luz su condenada a 30 años por cómplice de asesinato- en plena carrera electoral. Baeza asegura que ha pensado en el suicidio y se compara con Verónica, la trabajadora de Iveco que se quitó la vida hace un par de semanas después de que en su centro de trabajo circulase un vídeo erótico suyo del pasado. "A mí también se me ha pasado por la cabeza quitarme del medio, como a aquélla mujer, cuando salgo a carretera y llevo en mis manos la moto a gran velocidad que conduzco, la tentación de girar el manillar y acabar con todo….. Sí,  lo he pensado".

A principios de marzo EL ESPAÑOL publicó que Baeza había sido condenada a 30 años de prisión por su implicación en el asesinato de Manuel López Rodríguez Desde ese momento, su candidatura no llegó a despegar y en la noche electoral del pasado 26 de mayo se cumplieron los peores pronósticos. Baeza obtuvo sólo 510 votos, y se quedó con un 1,6% del total, algo que no sólo la dejaba sin cancha para entrar como concejal sino que complica enormemente su futuro en la formación. Su candidatura fue la segunda menos votada de la ciudad, sólo superada a la plataforma Ávila Libre de Peajes.

Reproducimos a continuación la carta íntegra publicada en La tribuna de Ávila:

Ahora que estoy algo más tranquila empiezo a tomar conciencia de lo que me podía haber pasado por todo lo acontecido, cuando escuchando  las noticias hace unos días informaron que una mujer se había suicidado tras haberse difundido un vídeo íntimo de ella en las redes.

Todo lo que me ha pasado en estos últimos meses lo he  vivido realmente como un intento de acoso y derribo utilizando mi pasado para intentar conseguirlo. No puedo entender como en una sociedad del siglo XXI pueden pasar estas cosas y lo que es peor, que se permita.

Me he sentido humillada, difamada y utilizada para atacar políticamente al partido Podemos por el que me presenté en las elecciones municipales de Ávila capital, y digo utilizada por algunos medios de comunicación que han insistido malintencionada la repetición con la noticia de mi pasado sobre unos hechos acontecidos hace más de 30 años, haciendo que se convirtiera en portada durante varias semanas, semanas que no le deseo ni a mi peor enemigo.

Cuando salía a la calle y observaba la fija mirada de algunas personas que me miraban y se giraban con silenciosos comentarios. Si entraba en una cafetería para tomarme un café allí estaba yo en las televisiones. Mientras esperaba a un amigo en la estación de trenes en las televisiones estaban con lo mismo. Ha habido muchos días que no sabía dónde meterme, aún así, he procurado continuar viviendo con aparente normalidad afrontando el día a día con mis clientes, impartiendo las clases que dirijo y atendiéndoles como se merecen, como siempre he hecho.

Cada minuto del día me repetía a mi misma: Vamos Pilar, vamos Pilar, vamos Pilar y así miles de veces, pues es lo único que se me ocurría para escapar del acoso y derribo sufrido.

No sé de dónde he sacado la fuerza, quizás se lo debo a todos los obstáculos que he tenido que salvar a lo largo de mi vida, lo cierto es que continúo en Ávila, con sus murallas y habitantes.

Algunos medios de comunicación justifican que el derecho a la información y la libertad de expresión así lo permite pero, en mi opinión, como víctima elegida, la libertad de uno debería terminar donde comienzan los derechos de los demás.

Informar no es publicar de manera repetitiva e insistente la misma noticia pues sólo demuestra que el objetivo NO es el de informar sino el del ensañamiento que he sufrido hacia mi persona, además de sentirme difamada por parte de algunos medios de comunicación, viendo como mi reputación tanto personal como laboral cuidada durante 30 años se venía abajo injustamente, además de intentar influenciar directamente sobre la libertad del voto de los abulenses en las elecciones municipales consiguiendo desacreditar al adversario político con argumentos inciertos y basados en el deseo de perjudicar.

Pilar Baeza, en un acto de campaña en Ávila

Pilar Baeza, en un acto de campaña en Ávila

He sufrido el acoso de algunos medios de comunicación en mi lugar de trabajo  durante días. Me he visto obligada a tener que rechazar ofertas en exclusiva para algún canal de TV, teniéndoles que echar por no respetar mi lugar de trabajo, como numerosas llamadas ofreciéndome acudir a la televisión intentando convencerme para que acudiese al plató participando junto con otras partes implicadas en hechos acontecidos hace más de 30 años ya juzgados, prescritos  y zanjados con el único objetivo de subir audiencia a cualquier precio.

Se han publicado sin mi consentimiento parte de mi vida privada de mi profesión hasta el punto de tener que salir de mi lugar de trabajo sin dejarme ver por el acoso sufrido.

Durante varios meses, me he despertado por las noches porque mi cerebro no era capaz de asimilar qué he hecho  para recibir este maltrato. Todos los días antes de empezar y al finalizar mi jornada laboral revisaba si las fachadas de mi casa y del lugar de trabajo no tenía nuevas pintadas insultantes y difamatorias absolutamente crueles e injustificadas realizadas por algunas personas bajo el amparo de la noche y que tuve que poner en conocimiento de la Policía. Ha sido una experiencia desconocida y cruel en la que la presión que tenía no la había sentido nunca, es una sensación que se hacía conmigo, aun así he tenido que mantener una aparente normalidad. He pasado días llenos de presión e insomnio difíciles de controlar.

Llevo más de 25 años en mi lugar de trabajo  lleva con unos clientes que repiten, quizás debido a las atenciones recibidas, esto último es lo que me anima a seguir  e intentar olvidar las pesadillas de  lo sucedido.

Ha sido  difícil  tener que vivir con normalidad desde el día que se comenzó el intento  de destruirme como mujer y persona.

Aquellos hechos zanjados ante la justicia y la sociedad, cancelados, prescritos y que según nuestro estado de derecho me convierten en una ciudadana más ante la ley, no pueden ser desenterrados con fines electoralistas, dañando mi imagen cuando yo no he dado motivos para ello. Sólo he ejercido mi derecho como ciudadana española y europea sin pretender malmeter ni provocar a nada ni a nadie.

Opino que deberíamos de  sentirnos orgullosos de nuestro estado de derecho que permite que personas como yo, hayan sido capaces de reinsertarse e integrarse  en una sociedad del siglo XXI,  ese es el verdadero triunfo, ahora eso sí cumpliendo todas y cada una de sus fases estrictamente, luego entonces me pregunto:

¿Para qué he cumplido con la justicia y la sociedad en todos sus términos, sin reincidir, con una conducta absolutamente intachable  respetando  todos los pasos establecidos por la ley?

Pilar Baeza, durante la pegada de carteles que tuvo lugar en los primeros minutos de campaña electoral.

Pilar Baeza, durante la pegada de carteles que tuvo lugar en los primeros minutos de campaña electoral. DRV

¿Para qué sirve la REINSERCIÓN?

He luchado durante más de 30 años después de lo relatado para integrarme en esta sociedad respetando todas la leyes.

He luchado para formarme en la profesión de la que vivo, para tener  mi propia empresa que lleva funcionando  más de 25 años.

He luchado contra las etiquetas y prejuicios de todo un batallón mediático que utilizan la herramienta que tienen en las manos (medios de comunicación) como arma letal para hundir el trabajo que llevo realizando durante 30 años y sin haber incumplido nada por mi parte.

he sufrido todo esto como una verdadera  TORTURA PSICOLÓGICA  que me podía haber costado la vida,  el daño ya es irreparable tanto personal como laboral hacia mi profesión y mi negocio por lo que solicito se tenga en cuenta este escrito  donde pido lo siguiente:

Que aquéllos medios que me han difamado atentando contra mi honor e imagen más allá del derecho a la información, pidan perdón públicamente con la misma intensidad, frecuencia, herramientas y formas de difusión empleadas contra mí estos meses de atrás, reconociendo el daño ocasionado y siendo cuantificado por quién corresponda.

Así mismo que expresen el motivo por el cual han realizado tales acciones dada la legitimidad que tengo para presentarme a cualquier proceso electoral y cumpliendo con todos los requisitos legales exigidos tanto por  la formación por la que me he presentado, como por la legislación española, la misma que les otorga la libertad de expresión y el derecho a la información pero desde el rigor y la objetividad y no desde la destrucción, acoso, derribo y ensañamiento, desencadenando una verdadera tortura psicoloógica hacía mi persona y quiénes me rodean, habiéndome sentido acorralada y coaccionada para que retirase mi candidatura ante la amenaza de que se publicase mi pasado desde  el minuto uno de haber salido elegida tras el proceso de primaria internas realizado en Podemos Ávila. Tras no haber cedido a las pretensiones que se me han planteado, decidí continuar adelante junto con muchos de mis compañeros, a partir de ahí comenzó un auténtico calvario.

Quisiera decir que sólo hay una diferencia entre  la mujer que lamentablemente decidió quitarse la vida  y que puedo imaginar cómo se sintió, dicha diferencia es haber podido soportar la presión ante  la inhumanidad, la crueldad, los miserables que disfrutan haciendo el mal sin medir el alcance de estos comportamientos o en busca de la noticia sin ningún tipo de escrúpulos con el objetivo de  derribar (en mi caso) al adversario  político, utilizando el juego sucio y fuera de las reglas democráticas.

Vivimos en una sociedad en la que algunas personas y medios de comunicación no tienen barreras ni límites en el derecho a la información.