“Estáis hechos dos jovencitos”, “bonita pareja; por fuera y por dentro”, “esa gente guapa”… José Antonio y Piedad eran, a ojos de todos, en Iznájar (Córdoba), el matrimonio ideal. O, al menos, eso parecía, ya fuera cuando paseaban por allí o cuando colgaban fotos en redes sociales. A menudo, sonrientes, juntos y dichosos. “Yo siempre los había visto bien. Eran una buena familia; nunca se habían metido en problemas”, comentan a EL ESPAÑOL desde la localidad. Sin embargo, este lunes, esa pose de perfección se rompió en mil pedazos: la Guardia Civil se los encontró muertos en su casa por sendos disparos de escopeta. “¿Cómo ha podido ocurrir?”, se preguntan, ahora, los vecinos. 

Piedad, decimosexta víctima de violencia de género en España muerta en Iznájar (Córdoba)

La respuesta remite, en principio, a un caso de violencia de género. José Antonio, según cuentan fuentes de la investigación, habría matado a Piedad, de 51 años, y después se habría quitado la vida con una escopeta de calibre 12, la que utilizaba para cazar –tenía licencia de armas–. Antes, eso sí, se paró a escribir una carta. En ella, se despedía –se desconoce si de toda su familia o tan solo de su mujer– tras cometer el asesinato. 

Uno de sus hijos –tenían dos, ambos en la veintena–, se encontró los cadáveres el lunes a las 13:00 horas en su casa, a cuatro kilómetros del pueblo, en la carretera que une las localidades cordobesas de Rute e Iznájar. Su madre yacía en el interior de la vivienda y su padre en la puerta junto a la escopeta y la nota manuscrita. Llamó, inmediatamente, a la Guardia Civil, que se presentó en la escena del crimen. Posteriormente, también se llamó al servicio de Urgencias. Dio igual. Estaban muertos. Nadie pudo hacer nada por salvarles la vida.

A las 18:00 horas, se procedió al levantamiento de los cadáveres, a los que se les realizarán sendas autopsias este martes para esclarecer las causas de la muerte. Aún así, parece claro que ambos murieron por sendos disparos de escopetas. “Estamos sin palabras”, reconocen los vecinos en conversación con EL ESPAÑOL. El asesinato ha dejado a todos en shock. No se lo pueden creer. Pero, durante tres días, seguirán de luto, tal y como se ha decretado desde el ayuntamiento de la localidad. 

Piedad, asesinada en Iznájar (Córdoba), es la decimosexta víctima por violencia de género en España.

“No nos lo explicamos”, repiten los vecinos. No había puestas denuncias por violencia de género y llevaban la vida de cualquier pareja normal. Trabajaban en el campo y, a menudo –a pesar de vivir a cuatro kilómetros de Iznájar–, acudían a la localidad de casi 5.000 habitantes, donde tenían amigos y conocidos. Pero bien, ¿pudo haber maltrato aunque Piedad no acudiera a la Policía? “La mayoría de mujeres no denuncian, ya no sólo por el qué dirán, sino también porque se sienten avergonzadas y porque se sienten culpables y piensan que eso va a cambiar. Las estadísticas dicen que tardan entre ocho meses y ocho años en verbalizar la situación. El asesinato es el último eslabón de la cadena. Pero no pasa de un día para otro”, responde Bárbara Zorrilla Pantoja, psicóloga especializada en violencia de género. 

¿Por qué pudo ocurrir? 

Es complejo dilucidar las causas que llevan a un presunto maltratador a asesinar a su pareja, pero sí hay una razón por la que ellos se suicidan. “La vida del asesino gira alrededor de su pareja. Ellos lo que quieren es tenerla sometida. Y cuando ven que la violencia no funciona –aunque aumente–, se plantean acabar con todo. Después, se quitan la vida porque no soportan vivir sin ellas. No lo hacen por amor. No, es porque no toleran la frustración”, explica Bárbara.

Juan Antonio, presunto asesino de Piedad.

En este caso, tampoco es posible saber, a priori, si era un maltratador de ‘manual’. Lo cierto es que, a menudo, se puede detectar al hombre que lo hace por determinadas conductas comunes. “No hay un perfil por raza, edad.. Cualquier hombre puede hacerlo. Lo que sí hay son características comunes: son machistas, creen fuertemente en los roles de género, son personas celosas y posesivas. Y, claro, eso, al principio de la relación, puede confundir a muchas mujeres. Pueden creer que lo hacen porque quieren estar pendientes de ellas. Pero no, responde a un intento de control”, finaliza la psicóloga. 

Todo, en este caso, responde a que se trata de un caso de violencia de género. Esa carta, al lado del cuerpo de Juan Antonio y la escopeta, lo esclarecería todo. Los vecinos seguirán preguntándose cómo ha sido posible. Quién se lo iba a decir a ellos. “Es una pena que nos llamen para estas desgracias”, lamentan. Pero así es: sólo en este 2019 ya van 22 víctimas por violencia de género, según estadísticas oficiales.  

Piedad, de 51 años, es la decimosexta mujer asesinada este año por su pareja o expareja. En España, en 2019, también han sido asesinadas Juana Ureña, de 47 años; Irene LópezNelea, de 22 años;  María Soledad Bobet; Gloria Tornay Naranjo, de 58 años; María José Aboy Guimarey, 43 años; Estrella Domínguez, 63 años; Sheila Chazarro Moyano29 años;Daría Oliva Luna, 20 años; Rosa María Concepción Hernández, 60 años; Rosa Romero Rueda, 69 años;Rebeca Santamalia, de 47 años; Romina Celestede 28 años; Leonor Múñoz González, de 47 años; Rebeca Alexandra Cadete, de 26 años. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 47 mujeres asesinadas en 2018 y 53 mujeres en 2017. 

Noticias relacionadas