Laura Luelmo sufrió agresión sexual, según revela la autopsia. La Guardia Civil ha encontrado, este miércoles, restos de sangre en una manta durante una de las inspecciones realizadas. Además, ha hallado restos biológicos de la víctima en el coche del detenido, un Alfa Romeo de color negro. Es el vehículo donde supuestamente Bernardo Montoya, autor confeso, habría trasladado a la joven a los matorrales donde fue encontrada. 

La autopsia también ha revelado que Laura Luelmo murió de un golpe en la cabeza dos o tres días después de desaparecer a nueve kilómetros de El Campillo (Huelva), en el pantano de Campofrío. Allí perdió la señal de GPS su móvil. Desde entonces, los operativos se movilizaron para tratar de encontrar a la joven zamorana. 

Vecinos de El Campillo asaltan el coche que llevaba a Bernardo Montoya

Laura Luelmo estuvo, según constata la autopsia, entre 48 y 72 horas viva. Después, falleció. ¿Qué ocurrió durante ese tiempo? Esa es una de las incógnitas que quedan por resolver. Lo que ya es una certeza es que Bernardo Montoya la agredió sexualmente.  El autor confeso, sin embargo, tiene otra versión. En su declaración, describía así la escena: "Ella me preguntó por un supermercado y la mandé a un callejón sin salida. Me monté en el coche y llegué primero al callejón. La agarré y golpeé su cabeza contra el maletero. La até de las manos a la espalda y la envolví en una manta. Después la conduje al lugar en el que la encontraron. La desnudé de cintura para abajo y traté de violarla, pero pese a que estaba inconsciente, no lo conseguí. Lo intenté, pero nada. Juro que al fina no la agredí sexualmente. Luego me asusté. La saqué del coche y la trasladé como pude hasta la zona de jaras y me fui corriendo. pero cuando la dejé allí estaba viva". 

La autopsia contradice esa versión. De hecho, tampoco está en consonancia con el relato de los acontecimientos. El GPS de Laura Luelmo perdió la señal a nueve kilómetros de El Campillo. Entonces, ¿cómo llegó al pueblo? Bernardo Montoya también reconoce que no la agredió sexualmente, pero la autopsia desliza lo contrario. 

Las hipótesis, según pasan las horas, aumentan y también ponen en cuestión toda la declaración de Bernardo Montoya. El asesino confesó reconoce que, tras abandonar el cuerpo, se marchó corriendo "de regreso a casa". El teléfono lo tiró a un contenedor y las zapatillas a otro. Después, dice que ya no pudo conciliar el sueño. Es más, que, al ver a la Guardia Civil rondar su casa, salió del pueblo para no volver. 

La Guardia Civil, que lo vio en actitud sospechosa, lo persiguió y dio con él. Lo detuvo el martes, el mismo día que inspeccionaron su casa. Bernardo Montoya, que había salido hace dos meses de prisión tras cumplir 17 años de pena (mató a una anciana e intentó violar a una joven durante un permiso), ha vuelto a reincidir. 

"Si es culpable, que lo pague", sentenció su padre. Su hermano Luciano también fue condenado a 15 años por matar a otra mujer. Bernardo, ahora, podría enfrentarse a una pena aún mayor. Dependerá de lo que finalmente revele la autopsia en su totalidad. 

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