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    Enrique en una de sus plantaciones de tabaco en Peligros (Granada), donde tiene 17 marjales. // Fernando Ruso

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    Un secadero de tabaco, ya en dehuso, fue en sus orígenes una piscina a la que acudían los vecinos en época estival. // Fernando Ruso

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    Luis Ávila, jubilado de 67 años, dejó de plantar en 2007, se pagó su casa gracias al por entonces rentable negocio del tabaco. // Fernando Ruso

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    Enrique es de los pocos productores que quedan en la Vega de Granada, se resiste a dejarlo pese a no ser rentable. // Fernando Ruso

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    Enrique comía de la industria del tabaco. Ahora mantiene una mínima producción, dedicando más recursos al espárrago. // Fernando Ruso

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    Cuando la hoja de tabaco se seca hay que descolgarla y desojarla, para hacer manojillos. // Fernando Ruso

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    El tabaco obtenido a partir de la zona más próxima a la raíz de la planta acumula, según los agricultores, menos nicotina al recibir menos luz solar. // Fernando Ruso

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    La Vega de Granada llegó a acumular una producción de doce millones de kilos de tabaco, en actualidad hay apenas 600.000. // Fernando Ruso

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    A Miguel Ruiz le quedan unos tres años para jubilarse, es de los pocos productores de tabaco que quedan en la región. // Fernando Ruso

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    Un paquete con la leyenda 'El tabaco mata'. En la Vega de Granada sostienen que durante años les dio la vida. // Fernando Ruso

Fernando Ruso