La antropología no tardará mucho en estudiar las Semanas de la Moda como lo que son, la montaña rusa más rusa de la feria de las vanidades, en este hiperpoblado planeta llamado Instagram. Escribo este manual para los jóvenes castores que quieran saber qué meter en su morral para una fashion week, pongamos por ejemplo, a la que ahora asisto, la Semana de la Moda Hombre de Milán.

1.- ¿Quieres salir en The Sartorialist? Entonces, hazme caso, no vayas vestido a la moda. Invéntate tu propia moda, pero no te vistas de freak. La última tendencia está en Instagram, no en los desfiles. Asúmelo. Puede que no te fotografíe el pequeño Scott Schuman, pero alguno de los centenares de blogueros de la puerta que le imitan te pararan fijo. ¿Cómo puedes encontrar si han publicado tu foto, para meterla en tu Facebook? Eso ya… pie tierno joven castor, es más difícil.

2.- Ni se te ocurra subirte al autobús que pone la organización si no quieres ser ignorado durante las dos próximas temporadas. Alquila un coche o ve en moto. Podrías subirte en el caso que seas un firme creyente del nuevo periodismo, porque entonces quizá sea en la furgo, en la 'navette', donde realmente encuentres ese reportaje que un día te llevará a publicar en The New York Times.

3.- Ojito con los drivers, que se lo saben todo. Sobre todo en Milán, por razones que si admiras a Francis Ford Coppola puedes imaginarte. Conozco uno, un tal Vincenzo, que dice haber visto desnuda a la directora de moda de una centenaria revista americana. La señora se cambiaba entre desfile y desfile para entrar vestida de la marca que la invitaba. El conductor me jura que, ante la visión, ese día el sueldo no le compensó y que desde entonces cada vez que mira al retrovisor se acuerda del espectáculo y se le cala el Mercedes.

4.- ¿Eres rico? ¿No? Pues entonces, cuidadito con el roaming. Cada miradita al 'guasap', cada LIKE que le regalas a Naty Abascal para ver si a ti te ha salido mejor que a ella la foto de esos zapatos, te puede costar lo mismo que los zapatos. Un consejo, cómprate una tarjeta de IT para un mes, y por menos de 30 euros navegas gratis. La pega, que tienes que llevar dos teléfonos porque si no nadie te localiza. 

5.- Los italianos se besan tres veces. Si das dos es que no vas mucho a Milán. Si los das de izquierda a derecha como 'Dios manda', es que no vas mucho a Milán. Si aterrizas en Malpensa en vez de Linate es que no vas mucho a Milán. Si no llevas un plumas Colmar es que no vas mucho a Milán. Si aún confundes el Inter con el Milan es que no vas mucho a Milán. Si no vives en Milán, no te agobies porque da igual que vayas mucho a Milán.

6.- Los fotógrafos mandan mucho. Como hayas decidido vacilar de iPad Pro y saques ese mamotreto para hacer una foto y subir el primer look de Gucci a tu Instagram te puede caer una pitada coral que querrás que te trague la tierra. No le quites nunca el tiro de cámara al muro de fotógrafos, piensa que ellos se juegan las judías en cada foto, y tú solo el glamour.

7.- No te olvides nunca la invitación impresa. Si te olvidas, tu nombre puede que esté en la puerta... o puede que no. Y, entonces, comprobarás cómo todos pasan a tu lado, y aunque fingen que no se dan cuenta, se dan-perfecta-cuenta-de-que-no-te-dejan-pasar…

8.- No importa si te cabe el culo o no en ese asiento. Si en ese hueco está escrito tu nombre, tú te sientas. Y no te levantes más, venga quien venga. Querrán quitártelo, ya lo verás. Alguien vendrá con una invitación que tiene tu mismo asiento. Haz que no sabes inglés. Haz que eres sordomudo. Normalmente estás sentado por países, pero hay veces que no es así, que te separan porque los relaciones públicas piensan que te llevas mal con tus compañeros solo porque sus revistas compiten en el quiosco contigo. Si por alguna maldición tienes que levantarte, no lo hagas hasta que no te garanticen tu próximo asiento. Ya sabes que en la fila uno están los que molan, en la dos los directores de moda, en la tres los que quieren estar en la dos y de pie los que vuelven a molar, o gente que trabaja para la firma y que tapan huecos para no perder el curro.

9.- Usa la fashion week para adelgazar. Nadie come, como mucho picotea. Los periodistas toman caffe, doppio, ristretto, macchiato, americano, lungo, capuccio, deca, con schiumato, corretto, freddo, con panna, latte… pero date por vencido porque no comerás, a menos que renuncies a alguna desfilatta.

10.- Por la noche la fashion week se despendola. Puedes irte a bailar con ese chico de la fila tres del desfile de Dolce que te saludó al entrar. Pero acuérdate que todo se sabe por la mañana. A pesar de las indiscreciones, los que buscan rollo se juntan y puede que lo encuentren. Los borrachos se juntan y también se encuentran, y los asiáticos, que cada vez ocupan más sitios en los desfiles, pasan de encontrarse y se recogen pronto que mañana tienen que fotografiarlo todo. No vaya a ser que sus amigos no se crean que estuvieron.