Amaramar, ganadores de la segunda edición del Ondachicha: "El mar nos salva día a día"
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Amaramar, ganadores de la segunda edición de Onda Chicha: "El mar nos salva día a día"
La iniciativa tiene como objetivo dar visibilidad al nuevo talento musical gallego y crear una red de apoyo real a la creación local
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La banda Amaramar se proclamó ganadora de la segunda convocatoria de Onda Chicha, después de que en la primera convocatoria resultara vencedora la banda de Muros, Lisdexia. La iniciativa está impulsada por Chichalovers y Radio Líder Santiago para dar visibilidad al talento musical emergente gallego.
Amaramar nació en Compostela y es una banda indie rock que mezcla guitarras distorsionadas, atmósferas electrónicas y melodías directas, que conecta con el indie anglosajón del panorama musical español contemporáneo o con ciertas melodías del brit-pop británico.
Este 2025 salió a la luz su primer álbum, el mar, con temas como eclipse solar, praia do vilar o el mar. Enric, vocalista y guitarrista del grupo habla en Quincemil de la trayectoria del grupo y de este reconocimiento.
¿Cómo nace Amaramar?
Nace en 2024 en Santiago formada por Julia de Lamas, Roi de Taragoña, Darío de Caldas y, por último, Enric, que soy de Barcelona, pero que llevaba viviendo dos años en una furgoneta. Estaba recorriendo Francia, España, Portugal y llegué a la playa de las Furnas a finales de 2021.
Al cabo de estar una semanita, la furgoneta decidió romperse y tuve que empezar a buscarme un piso y a trabajar en Galicia. Desde entonces, ya han pasado casi tres años y aquí estoy. El proyecto surgió como una necesidad de poder expresar muchas emociones que tenía ahí escondidas dentro de mí.
Previamente, cuando llegué a Galicia, empecé con un proyecto de música electrónica que se llama Beliche, en el que me inicié dentro de la música a componer.
En los últimos temas del álbum que saqué justo en 2024, empecé a incorporar guitarras y ahí fue cuando se unió la guitarra, con ciertas sensaciones y emociones que con la música electrónica no podía expresar, fue cuando empezaron los inicios de Amaramar.
Empecé en Corrubedo, que es el sitio donde empecé a vivir aquí en Galicia, en el que el mar me acompañaba desde el momento uno. Después, cuando empecé a tener canciones grabadas, me di cuenta de que eso tenía que tener un nombre y tenía que buscar gente con la que yo me sintiera a gusto y poder tocar esa música. Tenía la necesidad de que llegara a más gente.
Fue cuando empezó la búsqueda de músicos, que por suerte los que me encontré son gente increíble: Roi, Darío y Julia, se formaron estas cuatro grandes fuerzas potentes y musicales.
El mar es uno de los protagonistas de vuestro proyecto, no solo en vuestro propio nombre, también en vuestro primer álbum, el mar. ¿Por qué esta conexión?
El mar siempre ha sido un punto de conexión para nosotros cuatro. A nivel personal, cuando empecé a vivir en la furgoneta, uno de mis objetivos era estar siempre cerca del mar y poder surfear como estilo de vida, fue en el 2021.
Cuando llegué a Galicia, conocí a Darío a través del surf. Los dos surfeábamos en la playa de La Ladeira, del Vilar en la zona de Barbanza, que es donde yo vivía entonces. Fue cuando creé mi primer vínculo a nivel musical en Galicia, porque al final no conocía a nadie.
Cuando empecé a hablarle a Darío de que tenía un proyecto que aún no tenía nombre, él me habló de un compañero suyo que se llama Roi, que trabaja en las bateas y fue cuando lo conocí.
Estuvimos los tres hablando sobre cómo enfocar este proyecto que aún no tenía nombre. Por último, conocí a Julia, que siempre decimos que a ella le encanta bañarse en el río; al final, ella es de Santiago. Siempre dijimos que el mar era algo muy presente en nuestra música y, sobre todo, en nuestras vidas.
Para mí, el mar es la salvación, es la vía de escape a la rutina y de ahí nació Amaramar, un juego de palabras con el que queremos jugar con esto: con el amar y, sobre todo, con el mar. Por último, para poder expresar de la mejor manera lo que nosotros queremos representar, el mar gallego, pues lanzamos el álbum El Mar.
Nuestra música tiene una sensibilidad poética, pero justo lo que queríamos era que toda la parte instrumental fuera muy energética, muy pegadiza y muy vibrante. Con eso queríamos buscar una similitud con el mar, que al final el mar en Galicia puede ser un día totalmente tranquilo, que tú te bañes y no pasa nada, y justo el día siguiente que haya un temporal, que haya corrientes, que la marea baje de golpe. Esa es completamente la imagen que queríamos expresar con nuestra música y, sobre todo, agradecer al mar que nos salva día a día.
El mar es la salvación, es la vía de escape a la rutina y de ahí nació Amaramar
¿Cómo fue o proceso de creación de este álbum?
Fue algo muy simple, muy natural y muy orgánico. Empecé a vivir en Corrubedo, donde cada día me acompañaban los paseos por la playa, surfear y poder estar en contacto con la naturaleza. Ahí empecé a componer los primeros temas de Amaramar, en el que me surgían muchas emociones y muchos sentimientos que tenía escondidos dentro de mí y que necesitaba expresar y compartir. Justo venía del proceso de creación de Beliche, que es un proyecto de electrónica a nivel individual. Entonces, todas las herramientas de composición y de creación las tenía muy frescas.
Uno de los elementos que destaca en Amaramar es que hay muchos componentes electrónicos. Hay sintetizadores, hay pads y hay muchas melodías que están hechas con sintetizadores, con plugins, etc. Esto viene muy marcado por el proyecto de Beliche. Una de las propuestas que quería con Amaramar era intentar conseguir un sonido muy orgánico y que, más que por la producción o la calidad del audio, a la gente le gustara por la sensibilidad, por las letras y por las melodías.
Una de las propuestas, que al final es como se hizo el álbum, fue grabarlo todo en mi habitación con un micrófono súper barato e intentar conseguir llegar a la gente y a la piel de la gente de la manera más orgánica posible.
Hoy en día estamos en un mundo en el que se busca la perfección absoluta, la mejor calidad posible, y justo quería romper un poco con eso. De ahí salió el álbum por sí solo, desde la primera canción que fue Fatal hasta El mar, que fue la canción que cierra el álbum y que le da nombre.
Hoy en día estamos en un mundo en el que se busca la perfección absoluta, la mejor calidad posible, y quería romper un poco con eso
¿Qué buscáis transmitir con vuestras canciones?
Experiencias y emociones con las que toda la gente pueda sentirse identificada. Uno de los propósitos era poder hablar sobre el dolor, que creemos que es algo de lo que hoy en día aún cuesta hablar, pero manteniendo una frescura y una alegría en la música, porque al final el dolor es algo que siempre está presente en nuestra vida y que, en vez de echarnos para atrás, tendría que ser una manera de madurar, de afrontar ciertos aspectos en nuestra vida que quizás se nos hacen pesados.
Intentamos transformar esa energía negativa en algo positivo. Muchas de nuestras letras hablan sobre el dolor, sobre el desamor, y justo son canciones que no me hubiera fijado que es triste. Siempre lo digo, una de nuestras canciones se llama Praia do Vilar, en la que hablamos del surf y de la vida surfera, al final trata de una persona que decide dejarse tragar por las corrientes del mar y quedarse donde sea, pero en medio del mar, y no volver nunca más a la tierra porque no quiere.
Vendría a ser una carta de suicidio en modo surfista, y justo queríamos eso: hablar del dolor de una manera positiva, por así decirlo. Hay muchas otras letras que hablan del amor y de la alegría, pero queríamos que la gente se sintiera identificada y poder hablar de ciertos temas que a veces cuestan un poco, para que haya más voz y que no sea un tema tabú.
El estilo de Amaramar se mueve entre el indie rock y el pop. ¿Tenéis alguna influencia a la hora de componer?
Los cuatro tenemos influencias muy diferentes. Julia, que escucha folk, a Roi y Darío, que escuchan más hardcore y heavy metal, y yo, que he estado desde proyectos de electrónica hasta proyectos de metalcore, que son estos que chillan como locos y que la música es súper oscura.
Creo que eso es muy bonito porque, al final, de este conjunto de estilos tan diferentes nació Amaramar, que mantiene esa esencia un poco oscura, por así decirlo, a nivel musical de guitarras. Utilizamos un tipo de afinación que no es la usual en el rock indie, que se llama Drop D, en el que las guitarras quedan algo más pesadas, más oscuras.
A nivel de influencia, sobre todo lo que más marcó, sin duda, sería toda la música Britpop, como Oasis, el indie más de los 80, como Joy Division y The Cure, y el indie más actual de los 2010. Se ve claramente una influencia de The Strokes y Arctic Monkeys. Esas vendrían a ser de donde más podemos ver representada nuestra música, pero siempre manteniendo nuestras influencias personales.
Podríamos decir que eres un gallego ya en adopción. ¿Qué diferencias encuentras en el panorama musical gallego y el catalán?
Hay una gran diferencia. Una de las cosas que más me impactó cuando llegué a Galicia fue el hecho de que gente pequeña, joven o mayor esté tan implicada en los bailes tradicionales, en juntarse en las foliadas, en disfrutar de la música de raíz que tenéis, que es tan preciosa, y que puedas ver en la gente joven esa estima hacia la tierra, hacia la lengua y hacia la cultura y la música gallega, cosa que en Cataluña creo que se está perdiendo, sobre todo a nivel musical. Hay un baile tradicional que son las sardanas, que yo me acuerdo de pequeño verlo siempre en gente mayor bailándolo y hoy en día va peor, menos gente joven sigue estas costumbres y es una pena. Creo que esto es lo que más me marcó, sobre todo a nivel musical.
Otra de las cosas que me encanta de las propuestas de Galicia es que hay muchos artistas jóvenes que están emergiendo, que están cogiendo su música de raíz, la música tradicional, y la están mezclando con estilos mucho más modernos, creando una mezcla increíble. Siempre pongo como ejemplo a Baiuca, que obviamente no es emergente, su música me encanta, es increíble, y al final lo que está haciendo él es meter música moderna, como sería la electrónica, con música de raíz.
También tenéis en el panorama gallego a Mondra, que es un artistazo, y cada vez veo más artistas que van saliendo, gente joven, gente fresca, y eso a nivel del panorama catalán no lo veo igual, es una pena.
Una de las cosas que más me impactó cuando llegué a Galicia fue el hecho de que gente pequeña, joven o mayor esté tan implicada en los bailes tradicionales, en juntarse en las foliadas, en disfrutar de la música de raíz
¿Qué supone ganar la segunda convocatoria de Onda Chicha?
Fue algo espectacular, me hizo muchísima ilusión. Siempre explico la misma historia, y es que Chichalovers creció de un proyecto con muchísima ilusión, de tener muchas ganas de emprender algo nuevo y cada vez va a más.
Empiezo a escuchar el nombre de Chichalovers por todos los sitios y poder formar parte de eso, poder colaborar con ellos y haber sido escogidos dentro de su programa de Onda Chicha, pues obviamente me hace muchísima ilusión.
En 2026 tendrá lugar el Chichafest en la Sala Capitol, una sala que ya conocéis cuando fuisteis uno de los grupos participantes de Música no atardecer y teloneros de Barry B, ¿cómo vivisteis ese momento?
Tocar en la Capitol siempre es un sueño. Nosotros tuvimos la suerte de poder presentar nuestro álbum, el mar, cuando salió en octubre, como teloneros de Barry B. Fue un sueño realizado, uno de esos sueños que tienes cuando eres pequeño y que se cumplen al cabo de casi treinta años. Es algo inimaginable como artista.
Sería todo un honor, un placer increíble, poder volver a repetir esa experiencia junto a Onda Chicha con otros artistas emergentes como nosotros. Poder darlo todo en el escenario sería un sueño increíble.
¿Qué esperas que traiga este nuevo año a Amaramar?
Este nuevo año para Amaramar, viene cargado de muchas cosas. El 2025 fue un año para nosotros de presentarnos, al final la banda se formó a finales de 2024, así que 2025 fue un año de sacar canciones, de darnos a conocer, de empezar a tocar.
Ahora que ya estamos aquí y hemos dicho quiénes somos, 2026 es un año que va a estar completo de conciertos y de nuevas canciones, alguna de ellas en gallego. Y, sobre todo, de poder disfrutar cada día que tenemos la suerte de poder tocar, de poder hacer música y disfrutar la vida del artista emergente. Poco a poco esperemos ir un poquito más allá.